Elena Arnedo, el compromiso de cuidar a las mujeres
Nos ha dejado Elena Arnedo, una mujer buena en el sentido machadiano del t¨¦rmino, una mujer extraordinaria. Como les suele ocurrir a las personas que se dedican en cuerpo y alma a los dem¨¢s, se ha ido en apenas semanas despu¨¦s de serle descubierta una grave enfermedad. Quienes hemos seguido su trayectoria, podemos y debemos reivindicar a Elena como la gran activista que fue durante toda su vida en la defensa de los derechos de las mujeres, aunque Elena Arnedo fue algo m¨¢s que eso.
Elena naci¨® en Madrid en el seno de una familia ilustrada y progresista de la capital. Hija de la escritora Elena Soriano y de Juan Jos¨¦ Arnedo, un gran humanista y mecenas de muchos proyectos sociales, tuvo siempre en sus padres unos gu¨ªas extraordinarios que la acompa?aron toda su vida. Como ginec¨®loga y experta en patolog¨ªa mamaria, fue una de las pioneras de la educaci¨®n sexual y afectiva de las mujeres y de la puesta en marcha en Espa?a de los primeros centros de planificaci¨®n familiar.
Form¨® parte, junto con Carlota Bustelo y algunas otras compa?eras, del grupo ¡°Mujer y Socialismo¡± del PSOE, un grupo que superando los obst¨¢culos y barreras nada f¨¢ciles de la misoginia pol¨ªtica, consigui¨® con los gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez la puesta en marcha del Instituto de la Mujer, las primeras pol¨ªticas de igualdad y la llegada del feminismo a la agenda pol¨ªtica y a las pol¨ªticas p¨²blicas del Estado del Bienestar.
Concejala en el Ayuntamiento de Madrid entre 2003 y 2007, siempre dispuesta a trasmitir y compartir su enorme caudal de conocimiento e ideas en pro del inter¨¦s general, Elena aport¨® ideas y textos innovadores a pr¨¢cticamente todos los programas electorales socialistas en el cap¨ªtulo de pol¨ªticas p¨²blicas de igualdad. Tambi¨¦n ofreci¨® su asesoramiento en muchas leyes y normas que han contribuido notablemente al avance de la igualdad en Espa?a. La ¨²ltima de ellas fue la Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo del a?o 2008, en la que form¨® parte del grupo de personas expertas creado para su elaboraci¨®n.
Todo ello supo compatibilizarlo con su profesi¨®n de ginec¨®loga, que adoraba y con la que ha ayudado a miles de mujeres; con la maternidad, que ejerci¨® con la entrega y sensibilidad que la caracterizaban; con sus amigos, que disfrut¨¢bamos enormemente de su ingenio y sentido del humor; con un compromiso que no conoc¨ªa l¨ªmites.
Particip¨® de manera altruista y generosa en un sinf¨ªn de organizaciones de mujeres y organizaciones sociales, intentando dar siempre todo lo que su sabidur¨ªa, trabajo y esfuerzo eran capaces de aportar, que fue much¨ªsimo. Elena era tan generosa y humilde que igual escrib¨ªa un tratado que ejerc¨ªa como apoderada socialista en un colegio electoral. Muchas todav¨ªa recordamos c¨®mo en el Primer Encuentro de Mujeres espa?olas y Africanas, que se celebr¨® en Maputo, Mozambique, en 2006, no tuvo reparos en subirse a las cabinas de traducci¨®n a hacer de int¨¦rprete de franc¨¦s cuando el servicio se desbord¨®.
Elena, como su madre, siempre tuvo buena pluma y public¨® varios libros: ¡°Rebeldes¡±, ¡°La picadura del t¨¢bano¡±, ¡°El donjuanismo femenino¡± o ¡°El gran libro de la mujer¡±, un bestseller divulgativo sobre la salud de las mujeres con el que, seg¨²n la propia Elena, quer¨ªa que las mujeres se conocieran mejor y ¡°ayudarlas a ser m¨¢s felices¡±.
Podr¨ªa decirse que Elena representa bien a esa generaci¨®n de mujeres ilustradas feministas de los a?os 60 que en Espa?a tuvieron que leer a escondidas a Betty Friedan o Simone de Beauvoir. De esas lecturas sacaron todas las lecciones necesarias para, a?os m¨¢s tarde, educarnos a las m¨¢s j¨®venes en una cultura de la igualdad y la no resignaci¨®n.
Todos la vamos a echar mucho de menos, pero en especial el movimiento feminista, el feminismo socialista y las mujeres en general, que le debemos una vida de entrega, una generosidad sin l¨ªmites y una gran inteligencia al servicio del bien com¨²n.
Adi¨®s, amiga.
Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, fue vicepresidenta del Gobierno (2004-201), Delia Blanco, Leire Paj¨ªn, Isabel Mart¨ªnez, Marivi Monteser¨ªn y Maria Irigoyen firman tambi¨¦n, entre otras, el texto.
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