Siete respuestas ante el desaf¨ªo soberanista
A dos semanas del 27-S, cinco intelectuales de ra¨ªces catalanas responden a un cuestionario de EL PA?S sobre la situaci¨®n pol¨ªtica de Catalu?a y el reto independentista
Nunca antes hubo unas elecciones catalanas tan polarizadas como las del pr¨®ximo 27 de septiembre. Justo cuando quedan poco m¨¢s de quince d¨ªas para la cita, cinco intelectuales aceptan responder a un cuestionario de EL PA?S para analizar una convocatoria marcada por la opci¨®n independentista, que lidera todas las encuestas; llena de matices en las propuestas de lo pol¨ªtico, porque no son descartables m¨²ltiples alianzas poselectorales; y con un fuerte contenido emocional, como demuestran los discursos encendidos y las banderas que copan los balcones.
Siete preguntas ante la crisis territorial
1. A su juicio, ?qu¨¦ ha pasado en los ¨²ltimos 30 a?os para que se produzca esta fractura entre Catalu?a y el resto de Espa?a?
2. ?Qu¨¦ soluci¨®n propondr¨ªa para esa fractura?
3. Algunos pol¨ªticos denuncian cierto adoctrinamiento en las escuelas y los medios. ?Coincide?
4. Los partidos independentistas afirman que el Gobierno ahoga econ¨®micamente a Catalu?a y no respeta sus se?as de identidad que le diferencian. ?Qu¨¦ opina?
5. Siendo el n¨²mero cuatro de la lista de Junts pel S¨ª, y tras ver las investigaciones sobre su partido, ?entender¨ªa que Artur Mas repitiera como presidente?
6. Si usted fuera Rajoy, ?qu¨¦ har¨ªa si se proclama la independencia?
7. Si no gana la independencia, ?qu¨¦ proyecto propondr¨ªa para todos aquellos que votaron s¨ª a una Catalu?a fuera de Espa?a?
XAVIER RUBERT DE VENT?S. (Barcelona, 1939). Catedr¨¢tico de est¨¦tica, fil¨®sofo y escritor, premio Anagrama, Josep Pla i Creu de Sant Jordi, apoya a Junts pel S¨ª.
1. Catalu?a se manten¨ªa en el div¨¢n mientras los amigos espa?oles intentaban entenderla. El problema se produce cuando el que se echa en el div¨¢n ya ha perdido y el que le pregunta sentado en una silla con la libreta est¨¢ en una posici¨®n de poder. Quiz¨¢s nosotros no somos el problema, sino la soluci¨®n. Madrid y Par¨ªs se han ido haciendo nacionalistas para legitimarse desde lo simb¨®lico, porque si algo ya no funciona, ha de ser simb¨®lico. Han perdido funciones. Siempre digo: cuidado con el fuego del coraz¨®n, que no nos cree humo en el cerebro. Al Estado naci¨®n se le ha subido el humo a la cabeza.
2. Para que dos se abracen, los dos tienen que ser independientes. Para abrazarse hay que ser dos. Si uno de los que abraza es prepotente, si tiene al otro atado, no hay abrazo posible.
3. El aprendizaje de una lengua es un mecanismo muy bueno para integrarse. Entiendo el simbolismo de las 20 o 50 familias que piden la educaci¨®n en castellano, pero es manejable. [La protesta] es un recurso estrat¨¦gico. Nuestro sistema escolar, que no nos lo toquen.
4. Si solo es v¨¢lido lo constitucional, pues Navarra no tiene problema alguno [en financiaci¨®n], se puede dar al Pa¨ªs Vasco¡ y a otros no [por Catalu?a]. Cuando Puyol se puso una bandera en su coche, se mont¨® un Cristo, se dijo que aquello era un atentado. Luego, en Madrid ponen una bandera, y parece que esto es casi de ver qui¨¦n la pone m¨¢s grande. Catalu?a le dice a Europa que ser puede ser independiente sin ser nacionalista.
5. Mas ha adquirido una dimensi¨®n simb¨®lica. Es ¨¦l quien representa, encarna y simboliza nuestras aspiraciones, de ¨¦l es de quien habla el contrincante. Deber¨ªa ser ¨¦l.
6. Hacer algo en lo que es especialista, callar.
7. Ser¨ªa una depresi¨®n muy fuerte para este pa¨ªs. Si no lo ven los ni?os de ahora, lo ver¨¢n sus hijos. Ser¨¢ muy pronto en t¨¦rminos hist¨®ricos. Si no sale la independencia en estas elecciones, nos metemos en un callej¨®n, m¨¢s en el caso de Espa?a. Desaz¨®n para nosotros, desconcierto para Madrid.
ALBERT BOADELLA. (Barcelona, 1943). Fund¨® la compa?¨ªa teatral de Els Joglars, dirige los Teatros del Canal, en Madrid, y firm¨® el manifiesto con el que se lanz¨® Ciudadanos.
1. Lo mismo que sucedi¨® en el pasado pero ahora con una Constituci¨®n que acept¨® el artificio de estructurar en formas pol¨ªticas unos supuestos hechos diferenciales. Tales hechos no tienen relevancia alguna en Catalu?a al margen del folklore y una lengua muy parecida al espa?ol. A partir de aqu¨ª la ficci¨®n y el cuento toman cuerpo activo y la sociedad catalana vive en la irrealidad de una diferencia virtual. Esta situaci¨®n es aprovechada por una clase pol¨ªtica y cultural para establecer su predominio, exigiendo privilegios a base de crear un enemigo com¨²n contra su pretendida etnia. La paranoia anti espa?ola se muestra as¨ª como la patolog¨ªa m¨¢s f¨¢cil de inocular por parte de los dirigentes.
2. Los catalanes tendr¨¢n que aceptar la legalidad de su pertenencia hist¨®rica y hoy democr¨¢tica a la naci¨®n espa?ola. Deben asumir que todos somos iguales y copropietarios de las hect¨¢reas que forman Espa?a y que nadie tiene el derecho de amputarnos unilateralmente esta propiedad. Lo democr¨¢tico no es la decisi¨®n unilateral de independencia sino, en todo caso, convencer al resto de propietarios de que les regalen el terreno.
3. No solo los partidos sino cientos de miles de ciudadanos han sido v¨ªctimas de ello. El haber creado esa cantidad de paranoicos separatistas bajo una ficci¨®n tan trivial solo es posible mediante un asedio ideol¨®gico en todos los terrenos dirigidos por el gobierno auton¨®mico.
4. El gran ¨¦xito de los nacionalistas es haber conseguido acomplejar al resto de los espa?oles mostr¨¢ndose ellos como v¨ªctimas y portadores de diferencias especiales. Lo grave es la cantidad de espa?oles que han ca¨ªdo en esa treta y otorgan una "singularidad" a Catalu?a. En la Europa del siglo XXI hay que tener desverg¨¹enza para establecer diferencias relevantes entre un ciudadano de Barcelona, Lyon, Copenhagen o Zaragoza.
5. Si en la vida siempre ganaran los buenos, Artur Mas deber¨ªa estar en la c¨¢rcel por provocar la divisi¨®n y el odio entre una comunidad que fue en su tiempo paradigma de prudencia y sentido com¨²n.
6. Coloc¨¢ndome en su piel, me fumar¨ªa un puro y mirar¨ªa un partido de futbol por la tele que es lo que m¨¢s le gusta al presidente.
7. Un tratamiento de Prozac que sirve adem¨¢s para ir recuperando poco a poco la realidad y dejar de vivir del cuento.
JORGE HERRALDE. (Barcelona, 1935). Fundador y director de Editorial Anagrama.
1. Un campeonato de incompetencia pol¨ªtica, capaz de convertir problemas reales pero no irresolubles en una posibilidad de incendio, o de fractura (y no s¨®lo entre Espa?a y Catalu?a sino tambi¨¦n, claro, en la propia Catalu?a).
2. En primer lugar, ser¨ªa higi¨¦nico que desaparecieran del mapa los ¡°pol¨ªticos¡± que ¡°lideran¡± la falta de di¨¢logo. Y olvidarnos del famoso cuadro de Goya y sus garrotazos e intentar dialogar y negociar, aprender a ceder mutuamente.
3. Hay adoctrinamiento en los medios y las escuelas, claro est¨¢. Y tambi¨¦n sectarismo en tantos medios madrile?os respecto al tema catal¨¢n.
4. Quiz¨¢s m¨¢s que un (truculento) ¡®ahogo¡¯ econ¨®mico podr¨ªa tratarse de gesticulantes humillaciones identitarias, que al parecer son m¨¢s hondas. La ¨²ltima, la posible intervenci¨®n del Ej¨¦rcito, venga alegr¨ªa (chiflada)
5. No. Aunque tampoco lo entender¨ªa aunque fuera el n¨²mero uno de la lista. Y le aconsejar¨ªa que evitara su tan inadecuada muletilla ¡®win-win¡¯.
6. Si yo fuera Rajoy me registrar¨ªa como propietario de la abulia y me retirar¨ªa a alg¨²n pazo.
7. Complicad¨ªsima cuesti¨®n la de gestionar una decepci¨®n, para dichos votantes, a la vez tan profunda y extendida.
JOAQUIM COLL. (Barcelona, 1967).?Es historiador, vicepresidente de Societat Civil y cercano al PSC.
1. No existe un problema entre un sujeto llamado ¡°Catalu?a¡± y otro ¡°Espa?a¡±. Hay un problema sociopol¨ªtico que sufrimos de entrada los propios catalanes porque el nacionalismo catal¨¢n se ha vuelto separatista. Y esto ha ocurrido en los ¨²ltimos a?os por razones diversas, pero sobre todo como respuesta oportunista frente a la crisis. Artur Mas adelant¨® las elecciones en 2012 para obtener una mayor¨ªa absoluta de la que carec¨ªa cuando alcanz¨® la presidencia dos a?os antes. Pas¨® de apoyarse en el PP en 2011 a romper todos los puentes, exigiendo el pacto fiscal al a?o siguiente. Vio la oportunidad de blindarse pol¨ªticamente. El discurso soberanista le permit¨ªa distraer la atenci¨®n de los brutales recortes que tendr¨ªa que acometer durante algunos a?os y culpar a Espa?a de ellos. Pero el tiro le sali¨® por la culata, y acab¨® prisionero del discurso insurreccional de ERC. Desde 2013 la Generalitat ha impulsado acciones tendentes a romper la legalidad, cuya primera estaci¨®n fue la consulta soberanista del 9N. Y ahora estas elecciones pretendidamente plebiscitarias.
2. La fractura es emocional por parte de los que desean la secesi¨®n, que mayormente han dejado de considerarse espa?oles. Frente a ello no veo una soluci¨®n f¨¢cil. Oriol Junqueras y muchos independentistas consideran que aunque Espa?a fuera el mejor pa¨ªs del mundo, ellos querr¨ªan igualmente la separaci¨®n. Luego hay otros que se han vuelto separatistas porque se han cre¨ªdo un relato de maltrato y discriminaci¨®n o creen que Espa?a est¨¢ condenada a ser un desastre de pa¨ªs. Para ello lo mejor es lograr que el proyecto com¨²n espa?ol vuelva a ser interesante y atractivo. Sin duda, el modelo institucional espa?ol necesita cambios y reformas. Tenemos una suerte de federalismo sin Estado federal.
3. En buena medida la escuela se ha utilizado estas ¨²ltimas d¨¦cadas para llevar a cabo un proceso de ¡°nacionalizaci¨®n¡± de las nuevas generaciones, fomentando una ¨²nica identidad, la catalana, a menudo en contraposici¨®n con la espa?ola. Los elementos particulares se han privilegiado frente a los comunes. El papel de los medios de comunicaci¨®n est¨¢ siendo particularmente escandaloso desde 2012. Muchas instituciones en Catalu?a han quebrado el principio de neutralidad, como los ayuntamientos, permitiendo que el espacio p¨²blico sea ocupado por s¨ªmbolos separatistas.
4. La financiaci¨®n per c¨¢pita de Catalu?a est¨¢ en la media espa?ola gracias al nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica que se aprob¨® en 2009. ?Es mejorable? Sin duda. Las autonom¨ªas deber¨ªan tener mayor suficiencia financiera. ?El Gobierno espa?ol invierte lo debido en Catalu?a? En la serie hist¨®rica vemos que se acerca bastante al criterio de poblaci¨®n (16%), pero hay infraestructuras como las ferroviarias de cercan¨ªas que necesitan una inversi¨®n urgente y decidida. En cuanto a las se?as de identidad, no veo en qu¨¦ no se respetan. Me parece un t¨®pico. Otra cosa ser¨ªa avanzar en una ley de lenguas oficiales como desde sectores reformistas y federalistas se plantea.
5. La lista de Junts pel S¨ª est¨¢ fabricada para evitar el debate sobre la gesti¨®n de Mas, y facilitar su reelecci¨®n con la promesa de la secesi¨®n expr¨¦s. Es una absoluta anormalidad pol¨ªtica y democr¨¢tica.
6. Aplicar las medidas necesarias para evitar la quiebra del orden constitucional.
7. Los que voten Junts pel S¨ª o CUP deber¨¢n entender que en democracia se necesitan mayor¨ªas especiales para seg¨²n qu¨¦ cosas, y se deben respetar siempre las reglas de juego. Le invitar¨ªa a reflexionar sobre el car¨¢cter regresivo del proyecto secesionista y les emplazar¨ªa a participar en un proyecto de uni¨®n m¨¢s perfecto como el federal: el derecho a la diferencia, sin diferencias de derechos.
VALENT? PUIG?(Palma de Mallorca, 1949). Escritor y premio Ramon Llull, se declara conservador de centro.
1. Se da la paradoja de que, en un trayecto tan positivo para Catalu?a como es la senda constitucional de 1978, el nacionalismo secesionista considera agotada esa v¨ªa y concibe una aventura que puede acabar siendo muy frustrante para la sociedad catalana. Como hip¨®tesis, a¨²n cuando todos los agravios fuesen ciertos, ?justifican la voluntad abismal de separarse de Espa?a y quedarse fuera de la Uni¨®n Europea?
2. Existen varios tipos de descontento, como existen diversos grados de victimismo. Y en cada caso, la pol¨ªtica debiera saber distinguir y prevenir. Mas se hizo secesionista cuando Espa?a estaba d¨¦bil a causa de la crisis de 2008 y ¨¦l mismo, con sus recortes, tuvo una contestaci¨®n social muy acusada. Ahora mismo, incluso la soluci¨®n m¨¢s imaginativa no apaciguar¨ªa a los sectores radicales. Pero esos sectores no representan la interrelaci¨®n de identidades- catalana, espa?ola, europea- que es la realidad de Catalu?a. Hay que contar los votos para saber c¨®mo encauzar el desbordamiento.
3. Desde sus or¨ªgenes, en el nacionalismo m¨¢s primitivo cundi¨® el deseo de una no-Espa?a, pero el catalanismo tambi¨¦n tuvo su hora regeneracionista y supo que lo mejor era intervenir en la gobernaci¨®n de Espa?a. A partir de la transici¨®n, de modo gradual, el sistema educativo en mayor o menor medida ha asumido esa voluntad de no-Espa?a. De otro modo no se explica el ardor secesionista de parte de las nuevas generaciones. En cuanto al efecto medi¨¢tico, el sesgo de TV3 es grotesco y, adem¨¢s, Artur Mas ha procurado que exista un entorno digital ¨Cwebs, redes sociales- de notoria agresividad.
4. La necesidad de un pacto fiscal ha sido ratificada por muchos estamentos de la sociedad catalana y es negociable, pero es obvio que uno no puede hacer la contabilidad seg¨²n le convenga. Sin rigor, las instituciones decaen. Respecto a la identidad de Catalu?a ¨Ctan plural-, nunca estuvo m¨¢s respetada que con la Constituci¨®n actual.
5. Es muy peculiar que Mas desee liderar el futuro a pesar de no saber c¨®mo, porque carece de sentido hist¨®rico.
6. Ser¨ªa partidario de la m¨¢xima prudencia, de distinguir el grano de la paja, de tener muy en cuenta los distintos grados de la sentimentalidad de Catalu?a y generar m¨¢s empat¨ªa con los muchos ciudadanos que ven con alarma lo que puede pasar. Hacen falta dosis extra de ecuanimidad. Pero al final la ley es la ley.
7. Est¨¢n en su derecho a postular el independentismo todo lo que quieran, siempre que se respete la ley. En este momento, la confusi¨®n es muy grande y los votos viajan a velocidad de v¨¦rtigo. Con el derrumbe de Converg¨¨ncia, queda un espacio para el catalanismo de centro y autonomista, moderado. De todos modos, posiblemente lo m¨¢s inmediato sean la fragmentaci¨®n y la inestabilidad
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