Nosotras, las ciudades de Europa
Europa se juega estos d¨ªas su credibilidad. No podemos permanecer impasibles mientras la muerte acecha diariamente nuestras playas
Europa se juega estos d¨ªas su credibilidad. No podemos permanecer impasibles mientras la muerte acecha diariamente nuestras playas, mientras miles de familias que huyen de la guerra en ?frica, Oriente Medio y Asia Central se agolpan en puertos, estaciones, trenes y carreteras a la espera de una respuesta humanitaria por parte de Europa. No se trata de un gesto de caridad. Se trata de garantizar un derecho humano, el del asilo.
Somos responsables ante nuestros ciudadanos que nos exigen tomar medidas urgentes y ponen a nuestra disposici¨®n recursos y medios para facilitar la acogida. Somos responsables ante los pa¨ªses lim¨ªtrofes que est¨¢n acogiendo refugiados muy por encima de sus capacidades, con el riesgo que supone para la estabilidad de la regi¨®n ¡ªs¨®lo en L¨ªbano hay 1,1 millones de refugiados lo que representa el 25% de su poblaci¨®n¡ª. Somos responsables ante la idea misma que vio germinar a Europa, fundada tras las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, la verg¨¹enza del Holocausto y la derrota de los fascismos para asegurar un futuro de paz, prosperidad y fraternidad a las generaciones venideras. Debemos estar a la altura de la promesa que se hizo sobre un continente en ruinas: ¡®Nunca m¨¢s¡¯.
Nuestra mayor responsabilidad es con el g¨¦nero humano. Si seguimos alzando muros, cerrando fronteras, subrogando el trabajo sucio a otros estados para que sean ellos quienes ejerzan de gendarmes de nuestras fronteras, ?qu¨¦ mensaje estamos lanzando al mundo? ?Qu¨¦ rostro de Europa nos devuelve reflejado un Mar Mediterr¨¢neo cubierto de cuerpos sin vida?
Las ciudades europeas estamos preparadas para convertirnos en lugares de acogida. Nosotras, ciudades de Europa, queremos dar la bienvenida a los y las refugiadas. Los estados son quienes otorgan el estatuto de asilo, pero las ciudades son las que brindan cobijo. Son los municipios de las fronteras, como Lampedusa o las islas de Kos o Lesbos, los primeros en recibir los flujos de personas refugiadas; y son los municipios europeos quienes deber¨¢n acoger estas personas y quienes deber¨¢n garantizar que inician una nueva vida, ya a salvo de los peligros de los que escaparon. Para ello, disponemos de espacio, servicios y lo que es m¨¢s importante, la voluntad ciudadana para hacerlo. Nuestros servicios municipales est¨¢n ya trabajando en planes de acogida para asegurar pan, techo y dignidad a todos aquellos que huyen de la guerra y del hambre. S¨®lo falta la ayuda de los estados.
De acuerdo con la ACNUR, nos encontramos frente a la mayor crisis de refugiados desde finales de la Segunda Guerra Mundial. De ustedes, los gobiernos de los Estados y la UE, depende que esta crisis humanitaria no se convierta en una crisis civilizatoria, en una crisis de aquellos valores fundacionales que forjaron nuestras democracias. Durante a?os, los gobiernos europeos han destinado la mayor¨ªa de fondos de asilo y migraci¨®n a blindar nuestras fronteras, a convertir Europa en una fortaleza. Esta pol¨ªtica equivocada es la causa de que el Mediterr¨¢neo se haya convertido en una tumba para miles de refugiados que intentan acercarse y compartir nuestra libertad. Ha llegado el momento de cambiar las prioridades: destinen los fondos para garantizar la acogida de los refugiados en tr¨¢nsito, apoyen con recursos a las ciudades que se han ofrecido como espacios de refugio. No es el momento de palabras huecas, de discursos vac¨ªos, es el momento de actuar.
El pr¨®ximo lunes 14 de septiembre se celebrar¨¢ en Bruselas la cumbre de ministros de Interior y Justicia para abordar la crisis de refugiados. Les pedimos que no den la espalda a las ciudades, que escuchen el clamor que procede de ellas, necesitamos el respaldo y cooperaci¨®n de los Estados, la Uni¨®n Europea y las instituciones internacionales para asegurar la acogida. Es tiempo de construir la historia de Europa como queremos ser reconocidos por los dem¨¢s pueblos del mundo y ser recordados por las generaciones de europeos que est¨¢n por llegar. No les dejen solos, no nos dejen solas.
Ada Colau es alcaldesa de Barcelona. Anne Hidalgo, de Par¨ªs. Spyros Galinos, de Lesbos. Giusi Nicolini, de Lampedusa.
Suscriben tambi¨¦n este manifiesto Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid; Xulio Ferreiro, alcalde de A Coru?a; Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez, 'Kichi', alcalde de C¨¢diz; Marti?o Noriega, alcalde de Santiago de Compostela y Pedro Santisteve, alcalde de Zaragoza
Las ciudades que quieran adherirse pueden hacerlo a trav¨¦s de ciutatrefugi@bcn.cat.
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