El coronel de la Guardia Civil ligado al narco quiso el mando de Antidroga
La instrucci¨®n judicial describe su supuesta estrategia para ganarse la confianza de una banda que introduc¨ªa hach¨ªs en Granada.
La investigaci¨®n de la Guardia Civil que acusa al coronel del Cuerpo Francisco Garc¨ªa Santaella de cobrar 480.000 euros en mordidas para beneficiar a narcotraficantes, estima que el alto mando elabor¨® una estrategia a medio-largo plazo para asumir la direcci¨®n de la unidad Antidroga poco a poco a lo largo de dos a?os. ¡°Eliminando de forma an¨®mala a la cadena jer¨¢rquica natural y arrog¨¢ndose en exclusiva el papel de manipulador de los colaboradores del servicio en materia de narcotr¨¢fico, no todos, sino los que a ¨¦l le interesaban¡±, describe el informe clave del caso que instruye el Juzgado de Instrucci¨®n 2 de Granada.
Garc¨ªa Santaella planteaba operaciones de desembarco en tres fases (introducir el hach¨ªs, almacenarlo y luego explotarlo) y, por otro lado, propon¨ªa la venta de fardos de alijos introducidos. Como n¨²mero tres en el escalaf¨®n de la Comandancia de Granada en 2005, el entonces comandante controlaba toda la unidad de Polic¨ªa Judicial y de Informaci¨®n, pero se concentr¨® en Antidrogas, el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), hasta el punto de controlar personalmente las operaciones en la costa.
La estrategia que puso en marcha impuso una ¡°falsa efectividad¡± y transparencia en los desembarcos de alijos de hach¨ªs, a los que invitaba unidades que no estaban directamente implicadas en el narcotr¨¢fico internacional. Santaella premiaba a sus agentes con recompensas, condecoraciones y m¨¦ritos.
En su v¨ªnculo con las organizaciones criminales, el coronel puso en peligro la vida de los agentes, ya que las bandas conoc¨ªan los dispositivos de vigilancia y aprehensi¨®n. Llama la atenci¨®n el episodio en el que un narcotraficante sorprendi¨® a miembros de la unidad de Asuntos Internos en septiembre de 2006 y, cuando estos huyeron, el narcotraficante les persigui¨® mientras llamaba por tel¨¦fono al coronel. Tras entrevistarse, Garc¨ªa Santaella comprob¨® en la Central Operativa del Servicio que la matr¨ªcula facilitada por el narco pertenec¨ªa a un coche de Asuntos Internos. Entonces, el coronel le dijo al narco, seg¨²n refleja el informe, ¡°que si alguna vez le preguntaban por su relaci¨®n dijera que era un colaborador de la Guardia Civil para el tema de alijos¡±.
El informe detalla diversas operaciones en la Costa Tropical. Como la del 1 y 2 de mayo de 2006, en la que no hubo detenidos ni se alert¨® a la fiscal¨ªa, pero se prepar¨® el operativo de control, seguimiento y vigilancia del hach¨ªs, y dos agentes con c¨¢maras t¨¦rmicas vieron a los narcos alijar en plena playa. En otra operaci¨®n un agente observ¨® c¨®mo Santaella ¡°met¨ªa fardos en el Terrano azul,[SU VEH?CULO] acto seguido recibi¨® una llamada del comandante¡± para preguntarle ¡°si ve¨ªa lo que estaba haciendo, a lo que el Guardia Civil le contest¨® que s¨ª, que lo estaba viendo¡±.
El principio del fin para Santaella lleg¨® hace un a?o con la Operaci¨®n Golia, desarrollada con 17 detenidos, cuando uno de ellos decidi¨® revelar el nombre oculto tras el apelativo ¡°el padre¡±, y del que en conversaciones intervenidas quedaba claro que recibi¨® mordidas de 120.000 euros por cada alijo que penetraba en la costa granadina.
Hoy, el abogado de Garc¨ªa Santaella defiende su inocencia, considera los indicios de la investigaci¨®n meras conjeturas, las acusaciones de los narcos invenciones para reducir sus condenas y entiende que no es el momento procesal para que el coronel ofrezca su versi¨®n de los hechos.
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