El catal¨¢n como elemento de clase
La lengua act¨²a en ese territorio no solo como marcador identitario, sino tambi¨¦n como elemento de distinci¨®n social
La encendida defensa de la escolarizaci¨®n en la lengua materna que el nacionalismo y la izquierda realizaron durante la Transici¨®n para preservar el catal¨¢n se ha trastocado en la llamada inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica que reserva a esa lengua la condici¨®n de lengua vehicular. El argumento es que bastan unas pocas horas semanales de ense?anza del castellano ¡ªse ha pasado de dos a tres en el presente curso¡ª, para asegurar el biling¨¹ismo efectivo terminal de los escolares, pero el asunto est¨¢ altamente politizado y se ha convertido en un arma arrojadiza de alto voltaje. El desacato nacionalista a las sentencias de los tribunales de Justicia se asienta en el pliego de descargo de que el biling¨¹ismo resulta letal para la supervivencia del catal¨¢n. ?El biling¨¹ismo mata ¡ªcomo reza el t¨ªtulo del libro del fil¨®logo y escritor Pau Vidal¡ª, al catal¨¢n o es que lastra decisivamente el proyecto independentista?
Ciertamente, la ley de hierro que explica la expansi¨®n y retroceso de las lenguas en funci¨®n del beneficio comunicativo que aportan perjudica seriamente a las lenguas minoritarias puesto que la totalidad de los hablantes de esas lenguas pueden igualmente comunicarse en castellano. Est¨¢ claro que las instituciones del Estado y la sociedad espa?ola misma deben defender sus lenguas minoritarias pero siempre que las pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas respondan a criterios rigurosamente pedag¨®gicos, respeten la pluralidad y tengan un coste social, educativo y econ¨®mico razonable. ?Resulta razonable privar de la educaci¨®n en su lengua materna a casi la mitad de los catalanes? ?Espa?a puede permitirse el lujo de avalar pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas que refuercen la hegemon¨ªa cultural, ideol¨®gica y pol¨ªtica nacionalista y lubrifiquen el camino de la ruptura?
"No hay ning¨²n pa¨ªs o territorio autogobernado con m¨¢s de una lengua oficial que excluya a una de esas lenguas de la condici¨®n de lengua de ense?anza. La inmersi¨®n no cumple ninguna funci¨®n pedag¨®gica o social que no se pueda alcanzar por el sistema del biling¨¹ismo vehicular, pero s¨ª cumple la tarea de corroer los lazos sentimentales comunes que los nacionalistas necesitan para llevar a cabo su apuesta secesionista", asegura el ensayista y diplom¨¢tico Juan Claudio de Ram¨®n. La metamorfosis onom¨¢stica que obra el efecto de catalanizar, galleguizar, euskaldunizar los nombres y apellidos de personas de origen castellano contin¨²a en boga entre las gentes que buscan una nueva identidad p¨²blica y pretenden mimetizarse mejor en el paisaje pol¨ªtico, m¨¢s y m¨¢s marcado por el peso de la lengua. Y es que, en Catalu?a, particularmente, la lengua act¨²a con solo como marcador identitario, sino tambi¨¦n como elemento de distinci¨®n social que aporta estatus y prestigio.
En Catalu?a, la lengua act¨²a no solo como marcador identitario, sino tambi¨¦n como elemento de distinci¨®n social
De hecho, el porcentaje de los profesores y pol¨ªticos locales de origen castellano hablante que se han pasado a adoptar el catal¨¢n es mucho m¨¢s elevado que el que se produce entre la poblaci¨®n en general. Y, por lo mismo, no deja de ser significativo que los polic¨ªas auton¨®micos y otros colectivos hayan encontrado en el uso exclusivo del castellano una forma provocadora de protesta sindical y que esa actitud levante reacciones como la que el presentador de las "Actas del Simposio Espa?a contra Catalu?a", Manuel Cuy¨¢s expres¨® en las p¨¢ginas del El Punt Avui: "Lo que deber¨ªa hacer el consejero de Interior Felipe Puig es hacer formar a los Mossos, identificar a los culpables y decirles usted, usted y usted fuera de la fila, y arrestados. O echarlos fuera del cuerpo. O degradarlos en una exposici¨®n p¨²blica (...) Algunos mossos han manchado el uniforme".
"La posesi¨®n de rasgos asociados con el grupo ¨¦tnico dominante puede procurar, tanto a los que buscan la movilidad ascendente como a los que buscan evitar la movilidad descendente, ventajas simb¨®licas en t¨¦rminos de estatus social y puestos privilegiados en el mercado de trabajo. Estos procesos se exacerban en situaciones de crisis econ¨®micas.", explica Thomas Jeffrey Miley, soci¨®logo y profesor en la Universidad de Cambrige. Miley hizo su tesis doctoral sobre la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica catalana y no oculta su sorpresa por "el ¨¦xito" en la aplicaci¨®n de un modelo educativo, "falsamente llamado de inmersi¨®n", dice ¨¦l. "No conozco un caso parecido en ninguna otra parte del mundo. Ese ¨¦xito se explica, sin duda, por la hegemon¨ªa de un nacionalismo que ha hecho de la lengua la columna vertebral de su proyecto", afirma.
"Cuando llegu¨¦ a Catalu?a me sent¨ª desconcertado al comprobar que el conjunto de la izquierda catalana apoyaba la llamada inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica. Procedo de California y conozco bien el problema de la escolarizaci¨®n de los inmigrantes en los a?os 90. All¨ª, ha sido siempre la derecha la que ha tratado de imponer las pol¨ªticas de inmersi¨®n en ingl¨¦s frente a quienes consideramos que el respeto a la lengua materna en la educaci¨®n es sagrado. Los pedagogos piensan que, de lo contrario, los ni?os pueden tener m¨¢s dificultades de aprendizaje en los primeros a?os, sentir que proceden de estratos sociales inferiores y desarrollar actitudes de rechazo a la escuela. Pronto comprend¨ª que la alianza entre el nacionalismo y el progresismo catal¨¢n ten¨ªa su origen en el trauma compartido del franquismo pero no deja de ser un disparate que la izquierda acepte que el sector p¨²blico sea monopolizado por la poblaci¨®n de lengua materna y piense en la protecci¨®n de la lengua antes que en la protecci¨®n de los derechos de los ciudadanos", indica el soci¨®logo norteamericano.
En su opini¨®n, no cabe asimilar la inmersi¨®n ling¨¹ista catalana con la aplicada en Quebec a la minor¨ªa de habla inglesa que, por lo general disfruta de un estatus social medio alto. "En Quebec, la inmersi¨®n es voluntaria, no obligatoria, y no hay riesgo de que el profesor denigre la cultura angloparlante. M¨¢s que inmersi¨®n, lo de Catalu?a parece una sumersi¨®n", concluye. Es un an¨¢lisis que rechaza gran parte de la izquierda catalana aunque ¨²ltimamente surgen voces cr¨ªticas, desde las filas del PSC, preferentemente, que cuestionan la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica. "La inmersi¨®n estaba justificada por la supervivencia de la lengua. No ha perjudicado al biling¨¹ismo, ni causado fractura social. Y tampoco los estudios psicol¨®gicos han detectado problemas en los castellano-parlantes por la escolarizaci¨®n en catal¨¢n, lengua que, por otra parte, es bastante similar al espa?ol. En las relaciones privadas se habla m¨¢s castellano y en las p¨²blicas, catal¨¢n", apunta Sara Berbel, doctora en Psicolog¨ªa Social. Investigadores como Pau Mari-Klose y Albert Juli¨¤ sostienen, sin embargo, que, a igualdad de condiciones socio-econ¨®micas, los estudiantes catalanes que tienen el castellano como lengua de uso habitual obtienen peores resultados en las pruebas estandarizadas que realiza PISA.
Hay estudios que demuestran que cuanto m¨¢s nacionalista eres m¨¢s puestos importantes llegas a ocupar
Enric Mart¨ªnez, profesor
"Tenemos en marcha un nacionalismo de dominaci¨®n, no de liberaci¨®n. El catal¨¢n no est¨¢ en peligro. Ahora, la lengua es una coartada para protegerse frente a la competencia y reservarse el sector p¨²blico para ellos y sus descendientes. Ya hay estudios de altos funcionarios y miembros de las ¨¦lites pol¨ªticas que demuestran que cuanto m¨¢s nacionalista eres m¨¢s puestos importantes llegas a ocupar. Pasa en todos los partidos, salvo en ERC, pero es porque ah¨ª todos son igual de nacionalistas", sostiene el profesor Enric Mart¨ªnez, doctor en Ciencias Pol¨ªticas. Un dato a favor de esa tesis es que, a principios de este siglo, el 67% de los parlamentarios auton¨®micos era hijo de padres nacidos en Catalu?a, frente al 33% del conjunto de los ciudadanos nacidos en esa comunidad.
El tambi¨¦n doctor en Ciencias Pol¨ªticas, Mart¨ªn Alonso Zarza, cree que tras las invocaciones al pasado de los independentistas catalanes laten factores contempor¨¢neos, como el af¨¢n por "hacer piel nueva" de algunos de los responsables pol¨ªticos que llevaron a Catalu?a al desastre de la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica y cargan con la sospecha de la corrupci¨®n. "En momentos de crisis o escasez, la nacionalidad se convierte en un arma por la competencia de los recursos y la transmigraci¨®n ideol¨®gica es una forma de subirse a la lancha salvavidas inflada con los materiales gaseosos e inflamables del repertorio rom¨¢ntico", concluye Mart¨ªn Alonso, autor del trabajo: "El viraje ¨¦tnico de la intelectualidad catalana".
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