?Por qu¨¦ Ibarretxe se fue y Mas sigue?

El lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe condujo a Euskadi, entre 2004 y 2009, a vicisitudes similares por las que atraviesa Catalu?a desde 2012 con Artur Mas. Les iguala su apuesta por planes soberanistas y de consulta sobre el derecho a decidir, rechazadas en ambos casos por su ¡°inconstitucionalidad¡±. Imbuidos de esp¨ªritu mesi¨¢nico, convocaron elecciones anticipadas tras el rechazo institucional a las consultas y, en su huida hacia adelante, perdieron peso tras ellas, adem¨¢s de dividir sus sociedades y debilitar sus partidos. La aventura de Ibarretxe se sald¨® con su salida de la presidencia y el entierro de su plan. No se descarta que Mas acabe igual, pero el plan soberanista le trasciende y continuar¨¢.

Ibarretxe aprob¨® su plan en diciembre de 2004 y el Congreso lo rechaz¨® en febrero de 2005. Como respuesta, adelant¨® las elecciones y perdi¨® cuatro esca?os. Lo siguiente fue una ley de consultas, que el Constitucional invalid¨® en 2008. Convoc¨® nuevas elecciones para 2009, y volvi¨® a fracasar. A su vez, Mas, tras la multitudinaria Diada de 2012, tambi¨¦n adelant¨® las elecciones. Perdi¨® 12 esca?os. Despu¨¦s, consigui¨® una declaraci¨®n del Parlamento de Catalu?a como ¡°sujeto pol¨ªtico soberano¡±, en marzo de 2014, que el Constitucional invalid¨® y, en noviembre, celebr¨® una consulta, que tambi¨¦n rechaz¨® el alto tribunal. Celebr¨® elecciones el domingo y, la plataforma en la que CDC se diluy¨® con ERC obtuvo nueve esca?os menos que en los anteriores comicios por separado.

A partir de ah¨ª, los caminos se separan. Ibarretxe gan¨® las elecciones de 2009, pero fue desalojado de Ajuria Enea al sumar mayor¨ªa PSE y PP. Ah¨ª murieron su plan y su carrera pol¨ªtica al perder, incluso, el apoyo de su partido, el PNV. Clave en su fracaso fue la contaminaci¨®n de su plan por la violencia al ser apoyado por la izquierda abertzale, a¨²n brazo pol¨ªtico de una ETA activa, con lo que arreci¨® la hostilidad de los partidos constitucionalistas, medios de comunicaci¨®n y la mayor¨ªa de la intelectualidad vasca.

Sin embargo, en Catalu?a existen partidos catalanistas, no independentistas, que han defendido el derecho a decidir, como ICV o Podemos y, por momentos, el PSC. Otra diferencia es que en Catalu?a numerosos intelectuales y medios de comunicaci¨®n, algunos muy influyentes, han apoyado el proceso soberanista.

Mas apenas ha contado con disidencias en su partido, CDC, al que sus problemas de corrupci¨®n espolean en su huida hacia adelante. Ha perdido a su viejo aliado, Uni¨®. Adem¨¢s, ha tenido enfrente al inmovilismo de Mariano Rajoy y la torpeza de algunos ministros que han contribuido a exacerbar el independentismo, y cuyo ¨²ltimo cap¨ªtulo es su imputaci¨®n por convocar la consulta. Ello estuvo precedido de una mala gesti¨®n de la reforma estatutaria, en la etapa socialista, y de un problema de financiaci¨®n. El resultado es un proceso que vive al margen de Mas.

El PNV sacrific¨® a Ibarretxe y regres¨® a la v¨ªa foral y pactista que le ha otorgado ¨¦xitos, como el Concierto Econ¨®mico, tan reclamado por Mas. El Gobierno vasco contempla la experiencia soberanista como un par¨¦ntesis en su trayectoria. S¨®lo con una torpeza sostenida por el Gobierno central, como con Catalu?a, podr¨ªan reaparecer los viejos fantasmas.