La cena del 11-F

El d¨ªa en que Pedro S¨¢nchez destituy¨® a Tom¨¢s G¨®mez como jefe del PSM mucha gente en el PSOE crey¨® que se estaba enterrando a s¨ª mismo. Algunas de esas personas organizaron una cena para echarle una mano con la pala. Fue el mi¨¦rcoles 11 de febrero. Esa noche se reunieron en un domicilio de Madrid Zapatero, Susana D¨ªaz, G¨®mez y Carme Chac¨®n. El objetivo era conjurarse contra S¨¢nchez. Y en un momento de la noche D¨ªaz consol¨® a G¨®mez dici¨¦ndole: ¡°Canijo, t¨² tranquilo que despu¨¦s de las auton¨®micas me tienes aqu¨ª¡±.

Lo que ocurri¨® despu¨¦s fue que todos dieron pasos atr¨¢s. La jugada a G¨®mez, que hab¨ªa sido elegido por la militancia, funcion¨®: Gabilondo, colocado por el aparato, sac¨® buenos resultados. Entre S¨¢nchez e Iceta desactivaron a Chac¨®n. Y D¨ªaz dedic¨® el tiempo de despu¨¦s de las auton¨®micas a asegurar su investidura durante semanas. S¨¢nchez tuvo un verano pl¨¢cido: tanto que termin¨® acogiendo a Madina como peso pesado de la lista en Madrid. Dos meses atr¨¢s hab¨ªa pedido el contacto de Zaida Cantera a los diputados ?ngeles ?lvarez y Diego L¨®pez Garrido.

Hace tres semanas el l¨ªder del PSOE fue m¨¢s all¨¢. Dice ahora que ¨¦l siempre valor¨® el trabajo de Irene Lozano en el Congreso, que le parec¨ªa ¡°una progresista que defiende con vehemencia¡± sus ideales. Esa vehemencia es la que ha provocado el terremoto bajo sus pies. Lozano ha sido una de las grandes fustigadoras del socialismo: se predestin¨® a acabar con el bipartidismo y ha llegado a preguntar, con sorna, si el PSOE segu¨ªa existiendo. Nada de eso evit¨® que a S¨¢nchez, cuando pensaba en las listas, se le cruzase la mujer en la cabeza (¡°como si el Bar?a piensa en Mourinho despu¨¦s de meterle el dedo a Tito¡±, dice un diputado socialista). S¨¢nchez envi¨® a Antonio Hernando a sondear a Lozano en el Congreso. Hernando volvi¨® al despacho de S¨¢nchez con la sensaci¨®n de que Lozano estar¨ªa abierta a escuchar ofertas. Cuando se encontraron, ¨¦l le prometi¨® espacio para su obsesi¨®n en regenerar la pol¨ªtica. No hablaron de las diferencias del pasado. Ni de que la regeneraci¨®n de la pol¨ªtica que tuvo estos a?os Lozano en la cabeza pasaba por liquidar al PSOE.

En Ferraz se defiende que S¨¢nchez prometi¨® a la militancia ¡°abrir el partido e incorporar independientes¡±, aunque en el caso de Gabilondo eso fue a costa de la democracia interna. D¨ªaz ha ordenado calmar las aguas a dos meses de las elecciones. Con el golpe de mano de Lozano, Pedro S¨¢nchez reconoce que todas sus fichas est¨¢n en La Moncloa. Ni un buen resultado que lo deje en la oposici¨®n valdr¨¢ para aplacar la ira de muchos socialistas, generales y soldados, que ayer aprobaron las listas con las mand¨ªbulas apretadas. D¨ªaz lleg¨® una hora y cuarenta minutos tarde, entr¨® y se fue sin hablar. No daban nada por S¨¢nchez cuando fue elegido y han ido conden¨¢ndolo por pactar con Podemos y con Rajoy. Hoy es el candidato m¨¢s probable a presidir el Gobierno con medio partido desconfiando de ¨¦l; si fracasa el 20-D no va a haber mesas en Madrid para tanta cena.