La democracia llega a la educaci¨®n
La Constituci¨®n abri¨® el camino a la educaci¨®n universal, aunque no se ha vuelto a lograr un pacto de Estado sobre la ense?anza
Uno de los libros que mejor reflejan lo que quiso construir la II Rep¨²blica y arras¨® la dictadura de Franco es El l¨¢piz del carpintero, de Manuel Rivas. La figura de aquel maestro interpretado en su versi¨®n cinematogr¨¢fica por Fernando Fern¨¢n G¨®mez representaba el ideal de la educaci¨®n en libertad como ¨²nica forma de cambiar y hacer avanzar una sociedad. Su asesinato simbolizaba el final de aquella esperanza. Cuando se cumplen 40 a?os de la muerte de Franco, se puede afirmar sin duda que uno de los grandes logros de este periodo ha sido la democratizaci¨®n de la ense?anza y del conocimiento. El acceso casi universal a la ense?anza por encima del origen econ¨®mico o social y el cumplimiento de la ense?anza obligatoria han marcado estas cuatro d¨¦cadas. Sin embargo, la Espa?a democr¨¢tica nunca ha logrado forjar un pacto de Estado sobre la educaci¨®n que vaya m¨¢s all¨¢ del conseguido en torno al art¨ªculo 27 de la Constituci¨®n de 1978.
Preguntado sobre si la democratizaci¨®n de la educaci¨®n ha sido uno de los grandes avances de la transici¨®n, el fil¨®sofo y profesor universitario Fernando Savater, autor de uno de libros sobre la docencia m¨¢s le¨ªdos de los ¨²ltimos a?os, El valor de educar, responde con un contundente "sin duda". "En much¨ªsimas carreras no hab¨ªa mujeres, la universidad no era ni de lejos paritaria. Hab¨ªa estudios que parec¨ªa que se pasaban de padres a hijos y con la democracia se abrieron a mucha m¨¢s gente. Adem¨¢s, y eso se olvida, todav¨ªa en mi ¨¦poca un profesor ten¨ªa que jurar fidelidad a los principios del movimiento. Era un tr¨¢mite, firmar un papel, pero hab¨ªa que hacerlo".
Sin embargo, este pensador reconoce que "el amontonamiento de leyes educativas" ha sido uno de los problemas de la Espa?a democr¨¢tica. "No creo que haya habido ninguna generaci¨®n que haya empezado a estudiar con una ley educativa y haya acabado con la misma. Nunca se ha logrado alcanzar un consenso. Form¨¦ parte de proyectos que intentaron agrupar a personas de todo tipo, profesores, sindicalistas, padres, para lograr un m¨ªnimo denominador com¨²n que estuviese al margen de los vaivenes. No hubo forma".
"Claro que es un ¨¦xito. En educaci¨®n no hay atajos, son cambios muy lentos que tambi¨¦n tienen que producirse en la sociedad. Pero es indudable que Espa?a ha realizado un esfuerzo formidable en los ¨²ltimos 40 a?os", asegura por su parte Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, exministro socialista de Educaci¨®n y que ocup¨® diferentes cargos dentro de este Ministerio durante los primeros gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez (y que adem¨¢s es profesor universitario de Qu¨ªmica). "Pese a que tenemos problemas de calidad, que tenemos que adecuar nuestros sistema educativo a la realidad empresarial, que deber¨ªa ser m¨¢s innovador, todo esto es verdad, pero si echamos la vista atr¨¢s y miramos la escuela de los setenta, no tiene nada que ver. Se han aumentado las tasas de escolarizaci¨®n como nunca en la historia de Espa?a, lo hemos hecho a una velocidad enorme, teniendo en cuenta que es muy dif¨ªcil, que en educaci¨®n los cambios son siempre geol¨®gicos. Todos los estudios de la OCDE, de la UE reconocen ese esfuerzo".
Aunque la ense?anza primaria era obligatoria en Espa?a desde los a?os sesenta, fue la Ley General de Educaci¨®n de 1970 la que, en palabras de Alejandro Tiana, ex secretario general de Educaci¨®n entre 2004 y 2008, actual rector de la UNED y experto en la historia de la ense?anza como catedr¨¢tico de Teor¨ªa e Historia de la Educaci¨®n, "hace que nuestro sistema se equipare al de los pa¨ªses europeos". Sin embargo, Tiana explica que las tasas de escolarizaci¨®n eran muy bajas y que muchos chavales se quedaban fuera del sistema. "Hab¨ªa casi un mill¨®n de ni?as y ni?as sin escolarizar entre los seis y los 14 a?os. Era obligatoria sobre papel, pero el nivel social establec¨ªa enormes diferencias y muchos se quedaban fuera. Ya en los a?os ochenta, la tasa se eleva hasta el 100% hasta los 14 a?os y en los noventa se alcanza ese porcentaje hasta los 16".
Los avances no se produjeron s¨®lo en la ense?anza primaria, sino tambi¨¦n en la secundaria y en la universitaria. Seg¨²n c¨¢lculos de Miguel Recio, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa, director del Instituto Vega del Jarama de Madrid y responsable del Gabinete de Estudios de la Federaci¨®n de Ense?anza de CCOO, en 1975 en torno al 20% de la poblaci¨®n contaba con educaci¨®n superior o doctorado mientras que en 2013 se eleva hasta el 40%. "En 30 a?os se ha duplicado el n¨²mero de universitarios. Esto indica un muy importante esfuerzo, pues los cambios en educaci¨®n son lentos por definici¨®n", explica Recio.
Durante las cuatro d¨¦cadas de democracia se han sucedido las leyes educativas, la LODE en 1985 y la LOGSE en 1990 bajo los gobiernos socialistas, la LOCE de 2002 que casi no lleg¨® a aplicarse bajo Aznar, la LOE bajo Zapatero de 2006 y la LOMCE, la llamada ley Wert por el nombre del ministro que la impuls¨®, que es la que se aplica actualmente. Todos estos cambios estuvieron all¨ª desde el principio, en la enorme dificultad para encontrar un consenso en torno al art¨ªculo 27, que regula la ense?anza, en la Constituci¨®n de 1978. De hecho, el ¨²nico momento en que los socialistas llegaron a abandonar la ponencia. A trav¨¦s de las sesiones en la Comisi¨®n de Educaci¨®n del Congreso durante 1978, que presid¨ªa Federico Mayor Zaragoza, se puede seguir un debate apasionante en el que el socialista Luis G¨®mez Llorente, una de las grandes figuras de la educaci¨®n en Espa?a, tuvo un papel muy importante pero tambi¨¦n se mostr¨® como un duro negociador. "Es un asunto que ha sido objeto de grandes enfrentamientos", reconoc¨ªa en uno de aquellos debates G¨®mez Llorente, quien se?al¨® que el consenso fue "el ¨²nico posible en aquellos momentos".
El catedr¨¢tico de Historia de la Educaci¨®n y Educaci¨®n comparada de la UNED Manuel de Puelles Ben¨ªtez resumi¨® en un c¨¦lebre art¨ªculo en la Revista de Educaci¨®n titulado "?Pacto de Estado?" aquel consenso de m¨ªnimos que, b¨¢sicamente, permiti¨® a cualquier Gobierno adaptar las leyes a su conveniencia. El gran conflicto estuvo en torno a la escuela p¨²blica frente a la escuela privada (mayoritariamente religiosa en la Espa?a de entonces), el derecho a la educaci¨®n frente a la libertad de ense?anza, los dos conceptos que se unen en el art¨ªculo 27. "El problema estribaba en c¨®mo conciliar principios y valores hasta entonces interiorizados como opuestos", escrib¨ªa De Puelles Ben¨ªtez. "La educaci¨®n ha conservado desde la irrupci¨®n de la modernidad pol¨ªtica un doble car¨¢cter: una vertiente p¨²blica, derivada del principio de igualdad, que trata de facilitar a todos los ciudadanos el derecho a recibir esta prestaci¨®n, y una vertiente privada, que pone el acento en la libertad de ense?ar y de aprender, y, por tanto, en la libertad de creaci¨®n y en la libertad de elecci¨®n de centros docentes. Esta doble vertiente explica la existencia de una larga y conflictiva historia escolar en la que los principios de igualdad y libertad se enfrentaron, a lo largo de dos siglos de historia espa?ola, originando un conflicto que se alimentaba de fuertes pasiones pol¨ªticas y religiosas".
De esta dif¨ªcil negociaci¨®n surgi¨® un sistema que se da en pocos lugares ¨Cen Europa s¨®lo en B¨¦lgica¨C en el que existen centros p¨²blicos, pero tambi¨¦n un n¨²mero muy elevado de centros privados que cuentan con subvenciones p¨²blicas, los llamados concertados. "La soluci¨®n fue un compromiso, pero transitorio, y todav¨ªa se mantienen las posiciones", explica Miguel Recio. "Creo que la soluci¨®n de los conciertos fue acertada en su momento, pero ha resultado de dif¨ªcil aplicaci¨®n y, al final no ha cumplido el objetivo propuesto, por lo que hay que revisarlo yendo hacia una publificaci¨®n y normalizaci¨®n de esa red", agrega.
La llamada Ley Wert, que lleva dos a?os aplic¨¢ndose de manera paulatina, puede tener los d¨ªas contados si se produce un cambio de signo pol¨ªtico en el Gobierno en las elecciones de diciembre. La larga marcha de la educaci¨®n en Espa?a en democracia no ha terminado, ni mucho menos. Pero el camino avanzado es gigantesco.
Art¨ªculo 27 de la Constituci¨®n Espa?ola
De los derechos fundamentales y de las libertades p¨²blicas
Art¨ªculo 27
Todos tienen el derecho a la educaci¨®n. Se reconoce la libertad de ense?anza.
La educaci¨®n tendr¨¢ por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democr¨¢ticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
Los poderes p¨²blicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formaci¨®n religiosa y moral que est¨¦ de acuerdo con sus propias convicciones.
La ense?anza b¨¢sica es obligatoria y gratuita.
Los poderes p¨²blicos garantizan el derecho de todos a la educaci¨®n, mediante una programaci¨®n general de la ense?anza, con participaci¨®n efectiva de todos los sectores afectados y la creaci¨®n de centros docentes.
Se reconoce a las personas f¨ªsicas y jur¨ªdicas la libertad de creaci¨®n de centros docentes, dentro del respeto a los principios constitucionales.
Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendr¨¢n en el control y gesti¨®n de todos los centros sostenidos por la Administraci¨®n con fondos p¨²blicos, en los t¨¦rminos que la ley establezca.
Los poderes p¨²blicos inspeccionar¨¢n y homologar¨¢n el sistema educativo para garantizar el cumplimiento de las leyes.
Los poderes p¨²blicos ayudar¨¢n a los centros docentes que re¨²nan los requisitos que la ley establezca.
Se reconoce la autonom¨ªa de las Universidades, en los t¨¦rminos que la ley establezca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Democracia
- UNED
- Luis G¨®mez Llorente
- Alfredo P¨¦rez Rubalcaba
- LODE
- Ministerio de Educaci¨®n
- Constituci¨®n Espa?ola
- Legislaci¨®n espa?ola
- Transici¨®n espa?ola
- Universidad
- Ministerios
- Transici¨®n democr¨¢tica
- Educaci¨®n superior
- Conflictos pol¨ªticos
- Partidos pol¨ªticos
- Parlamento
- Sistema educativo
- Historia contempor¨¢nea
- Administraci¨®n Estado
- Educaci¨®n
- Legislaci¨®n
- Historia
- Pol¨ªtica
- Justicia
- Espa?a