Aznar dice que ¡°Espa?a sali¨® ganando¡± con la guerra de Irak

De los tres presidentes del Tr¨ªo de las Azores, que patrocin¨® la invasi¨®n de Irak en 2003 (el estadounidense George W. Bush, el brit¨¢nico Tony Blair y el espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar), s¨®lo el ¨²ltimo sigue justificando la guerra que provoc¨® un incendio cuyas llamas a¨²n no se han apagado. ¡°En t¨¦rminos de influencia y de apoyo internacional a nuestros objetivos, Espa?a sali¨® ganando. Y no s¨®lo Espa?a¡±, asegura Aznar en una carta al ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo.

Bush ya reconoci¨® en sus memorias (publicadas en 2010) y en sucesivas declaraciones p¨²blicas, la cadena errores que rode¨® la guerra de Irak, comenzando por la inexistencia de las supuestas armas de destrucci¨®n masiva. Por su parte, Blair admiti¨®, hace solo una semana, que quienes patrocinaron el ataque no calcularon las consecuencias de su decisi¨®n y asumi¨®, incluso, cierta responsabilidad por el caos que se ha adue?ado de la regi¨®n y que ha permitido el ascenso del Estado Isl¨¢mico (EI).

El expresidente alega que "no se puede pedir ayuda a un amigo [Bush] y neg¨¢rsela si te la reclama"

Margallo a Aznar: "El pueblo espa?ol no entendi¨® ni se le supo explicar la raz¨®n de la invasi¨®n"

En cambio, Aznar se escuda en que ¨¦l solo hizo ¡°lo que la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos¡±, aunque su ¡°visibilidad era mayor¡± porque ocupaba un puesto no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU¡±. Y alega que Espa?a ¡°no particip¨® en ninguna guerra¡± y que ¡°ning¨²n soldado espa?ol estuvo en Irak ni un solo d¨ªa sin la cobertura de Naciones Unidas¡±. Se refiere a que, cuando las tropas espa?olas llegaron, la ONU ya hab¨ªa aprobado una resoluci¨®n que atribu¨ªa a las potencias extranjeras la condici¨®n de ocupantes, y les impon¨ªa las correspondientes obligaciones; y a que el apoyo de Madrid a Washington fue m¨¢s pol¨ªtico, ante el rechazo de Par¨ªs o Berl¨ªn, que militar.

Aznar elude las espinosas cuestiones que llevaron a Bush o Blair a excusarse y argumenta que, si apoy¨® la invasi¨®n de Ir¨¢n ¡ªque asimila a la de Afganist¨¢n, esa s¨ª legitimada por la ONU¡ª fue ¡°por convicci¨®n atlantista, porque conven¨ªa estrat¨¦gicamente a Espa?a y por un elemental sentido de reciprocidad pol¨ªtica: no se puede pedir ayuda a un amigo [Bush] y luego, cuando ese mismo amigo te la reclama, neg¨¢rsela¡±.

La carta de Aznar, fechada el pasado 12 de agosto, figura en el libro Todos los cielos conducen a Espa?a. Cartas desde un avi¨®n, de Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo (Editorial Planeta). El volumen incluye 44 misivas del ministro a resposables pol¨ªticos, expertos o diplom¨¢ticos, y sus correspondientes respuestas, centradas en distintos aspectos de la pol¨ªtica exterior espa?ola. En la carta que da pie a la r¨¦plica de Aznar, el ministro del PP admite sin ambages: ¡°Ya sabes que no comparto la decisi¨®n que tuvo el Gobierno de entonces [sobre Irak] El pueblo espa?ol no entendi¨®, ni se le supo explicar, el porqu¨¦ de aquella decisi¨®n¡±.

La invasi¨®n de Irak tambi¨¦n la aborda el expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, a quien Margallo reprocha en su misiva romper el consenso que hab¨ªa presidido la pol¨ªtica exterior espa?ola con la retirada de las tropas de Irak, que califica de ¡°acertada y precipitada a la vez¡±.

Zapatero rechaza esa cr¨ªtica y alega que lo que rompi¨® el consenso ¡ªno solo el dom¨¦stico, sino tambi¨¦n con la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos, ¨¢rabes e iberoamericanos¡ª fue la implicaci¨®n de Aznar en la invasi¨®n.

¡°La retirada de las tropas, adem¨¢s del cumplimiento de un compromiso electoral, represent¨® el fin de ese desencuentro¡±, reivindica Zapatero. Respecto a la relaci¨®n con EE?UU, asegura que el distanciamiento con la Administraci¨®n Bush, ¡°m¨¢s aparente que en la interlocuci¨®n diaria¡±, se recuper¨® con Obama.

El tercer expresidente que se cartea con Margallo, Felipe Gonz¨¢lez, tambi¨¦n alude a la ¡°recomposici¨®n de las relaciones con EE UU¡± ¡ªla renegociac¨®n del convenio militar¡ª como ¡°el cap¨ªtulo m¨¢s complicado¡± de su pol¨ªtica exterior, pues Washington no quer¨ªa perder las ventajas arrancadas a Franco. Y rebate la ¡°confusi¨®n ampliamente extendida¡± de que el ingreso en la OTAN o el reconocimiento de Israel fueran contrapartidas por la adhesi¨®n a las Comunidades Europeas.