Militares y pol¨ªtica: un paso al frente casi sin retorno
Por primer vez los partidos fichan para sus listas a profesionales de las Fuerzas Armadas por serlo
Dos de los fichajes m¨¢s sonados de esta campa?a, los de la comandante Zaida Cantera y el general del Aire Julio Rodr¨ªguez, son militares. La primera, incorporada a la lista del PSOE, salt¨® a la luz p¨²blica por su lucha contra el acoso a la mujer en las Fuerzas Armadas, logrando la condena de un superior en una instituci¨®n altamente jerarquizada. El segundo, candidato por Podemos en Zaragoza, era casi desconocido pese a haber ocupado el m¨¢ximo cargo militar, solo por debajo del Rey, en la segunda legislatura de Zapatero. Por su parte, el exjefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito Luis Alejandre se present¨® a las elecciones de 2011 en la lista del PP al Consell Insular de Menorca, aunque nunca pas¨® del ¨¢mbito local.
La presencia de espadones en la pol¨ªtica es una constante de la historia espa?ola de los dos pasados siglos. Prim, Espartero, O¡¯Donell o, ya en el siglo XX, Primo de Rivera y Franco ocuparon el poder, por m¨¦todos escasamente democr¨¢ticos. Durante el franquismo, los militares eran, sin dejar de serlo, ministros, subsecretarios, directores generales o gobernadores (valga la paradoja) civiles.
Fue el general Manuel Guti¨¦rrez Mellado quien, al inicio de la transici¨®n, cort¨® de cuajo la pasarela, obligando a colgar el uniforme a los militares que quisieran dedicarse a la pol¨ªtica. Con esta medida, quiso evitar que las listas de la ultraderecha, en las primeras elecciones democr¨¢ticas, se llenaran de galones y entorchados. ?l mismo tuvo que pedir el pase a retiro y oblig¨® a hacerlo, de mala gana, a su compa?ero de Gabinete, el vicepresidente Alfonso Osorio, coronel jur¨ªdico del Aire.
En las primeras legislaturas democr¨¢ticas ocuparon esca?o algunos militares, aunque ya desvinculados por completo de la milicia. Juli Busquets, fundador de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD), y Carlos Sanju¨¢n, jur¨ªdico de la Armada, en las del PSOE. M¨¢s tarde, Federico Trillo, tambi¨¦n jur¨ªdico de la Armada, que lleg¨® a presidente de las Cortes, en las del PP.
Con los a?os, la incompatibilidad irreversible entre carrera militar y pol¨ªtica se fue suavizando. Oblig¨® a ello, entre otros factores, la estrategia de los pilotos que, para forzar al Ej¨¦rcito del Aire a darles la baja y pasarse a la aviaci¨®n comercial, donde ganaban m¨¢s, se alistaran a la candidatura de Ruiz-Mateos.
La Ley de la Carrera Militar de 2007 permite que los militares que ocupen puestos p¨²blicos pasen a la situaci¨®n de servicios especiales, donde acumulan antig¨¹edad y pueden incluso ascender, sin estar sujetos a la disciplina castrense. Muy pocos han hecho el viaje de vuelta de la pol¨ªtica a la milicia, entre ellos Julio Padilla, diputado del PP en cuatro legislaturas, que se ha reincorporado como jur¨ªdico militar.
No es el caso de Zaida Cantera o Julio Rodr¨ªguez, cuyo salto a la pol¨ªtica ya no tiene marcha atr¨¢s. Lo novedoso no es que haya militares en las listas, sino que por vez primera se les busque por su trayectoria en el Ej¨¦rcito y no a pesar de ella. ¡°Personas como Julio [RODR?GUEZ]nos ayudan a llegar a sectores que ven el cambio con simpat¨ªa pero que a lo mejor recelaban de nosotros¡±, reconoc¨ªa a El Mundo el jefe de campa?a de Podemos, ??igo Errej¨®n. En tiempos de desprestigio de la casta pol¨ªtica, los uniformes vuelven a brillar.
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