Ocho jueces dieron la pista del dinero escondido en Andorra por Jordi Pujol
Un auto de 1986 sobre la implicaci¨®n del expresidente catal¨¢n en el saqueo de Banca Catalana da pistas al juez Jos¨¦ de la Mata sobre la procedencia de una parte del dinero amasado por el clan
Hace 29 a?os, la v¨ªspera de Navidad de 1986, ocho destacados magistrados de la extinta Audiencia Territorial de Barcelona, pidieron procesar y embargar las cuentas de Jordi Pujol i Soley tras descubrir que supuestamente se hab¨ªa apoderado de al menos 85 millones de las antiguas pesetas (507.000 euros) de la entidad Banca Catalana, S. A. Ahora que el juez de la Audiencia Nacional Jos¨¦ de La Mata indaga el origen de la fortuna del clan de los Pujol, fuentes judiciales relacionadas con aquellas pesquisas afirman no albergar dudas de que ah¨ª nace parte de la explicaci¨®n del dinero escondido en Andorra por esta familia.
El auto, con m¨²ltiples detalles, no prosper¨® ante el voto mayoritario del pleno de la entonces Audiencia Territorial. Uno de los jueces firmantes del auto recuerda hoy las presiones pol¨ªticas que llegaron, incluso desde Madrid, para que se archivase la causa, a lo que ellos se opusieron, y cuya apertura Pujol enmarc¨® como un ataque del Estado espa?ol a su persona y, por extensi¨®n, a Catalu?a.
Las diligencias fueron archivadas, pero los ocho magistrados lo ten¨ªan claro: en el auto revelan el entramado de sociedades, un total de 27, creadas por Banca Catalana para desviar dinero desde esta entidad a los bolsillos de sus gobernantes, entre ellos Jordi Pujol i Soley. Y c¨®mo estos descapitalizaron la entidad hasta dejarla en la ruina. El auto describe el supuesto saqueo, y sit¨²a al expresidente Pujol como uno de los ide¨®logos y ejecutores en la sombra de las decisiones que llevaron a la entidad a su posterior quiebra.
Los ochos jueces (el entonces presidente de la Audiencia de Barcelona, Antonio Do?ate, otros dos presidentes de secciones penales de esa ciudad, Jos¨¦ Presencia y ?ngel de Prada, y otros cinco magistrados de esta instancia judicial, entre ellos la hoy magistrada del Tribunal Supremo Margarita Robles) dan por sentado que Pujol se incorpor¨® en 1965, con Franco en la jefatura del Estado, "a la direcci¨®n de Banca catalana".
Seg¨²n este auto, este ¡°grupo dirigente¡± de Banca Catalana tom¨® decisiones ¡°que nunca fueron plasmadas en documento alguno¡±, entre ellas, ¡°crear una caja B¡± en la entidad opaca al fisco. Y desviar desde ella dinero a sociedades ficticias al frente de las cuales colocaron testaferros para conducir el destino de los millones de pesetas desaparecidos (entonces la moneda oficial de Espa?a). Los ocho jueces sostuvieron que ¡°el se?or Pujol i Soley¡± ten¨ªa ¡°un papel esencial en la direcci¨®n oficial del banco¡±, hasta el punto de que fue ¡°su principal impulsor¡±. Y si bien dimiti¨® como consejero de la entidad el 5 de abril de 1977, mantuvo su condici¨®n ¡°de principal accionista hasta la ¨²ltima operaci¨®n de venta de acciones a la firma HOE, S. A., el 19 de enero de 1982¡±, as¨ª como a "la posterior donaci¨®n de 96.000 acciones de la entidad a la denominada Fundaci¨®n Catalana¡±.
El grupo dirigente de Banca Catalana encabezado por Pujol tom¨® decisiones en ¡°beneficio propio y de terceros¡± en detrimento de las arcas del banco. Es decir, en 1968 ¡°constituy¨® una caja B tambi¨¦n conocida en la jerga del banco como Cane o Mon K¡± que les permiti¨® ¡°tener una doble contabilidad oculta a los accionistas y a las autoridades monetarias¡±. Para desviar fondos de Banca Catalana a esa caja B, el citado grupo encabezado por Pujol otorg¨® ¡°numerosos cr¨¦ditos ficticios a favor de personas f¨ªsicas y jur¨ªdicas¡±. Los jueces acreditaron la entrega de al menos 300.000 pesetas a varios testaferros que ayudaron a sacar dinero de Banca Catalana por la puerta trasera. Entre ¡°1974 y 1981¡±, a?ade el auto, el grupo dirigente extrajo ¡°la suma total de 78,5 millones de pesetas" (470.000 euros de ahora), un 11 % ¡°de los recursos totales" de la entidad durante "los a?os 1974/1977", periodo en que era "consejero ejecutivo el se?or Pujol i Soley¡±, subrayaron los ocho magistrados.?
Para sacar dinero de Banca Catalana, el grupo que encabezaba Pujol ¡°cre¨® sucesivamente hasta 27 sociedades instrumentales, con un exiguo capital que ni siquiera fue desembolsado, y cuyos accionistas y administradores eran ordinariamente funcionarios de la propia Banca Catalana¡±. Por ejemplo, hubo ¡°desvi¨® de importantes fondos de la caja B¡± para la compra de acciones de ¡°Chasir 1879¡±, firma en la que Pujol i Soley ¡°era administrador¡±. Tambi¨¦n sali¨® dinero de Banca Catalana con destino a una sociedad presidida por el padre del expresidente catal¨¢n, Florencio Pujol Brugal. Precisamente, Jordi Pujol confes¨® el pasado enero en un juzgado de Barcelona que su fortuna oculta en Andorra procede de una herencia de 140 millones de pesetas que le dejo su ascendiente y que proced¨ªa de sus actividades clandestinas durante el franquismo.
En el auto se a?ade que "el grupo dirigente" sab¨ªa que con sus chanchullos Banca Catalana se estaba ¡°empobreciendo¡±, y que por eso tuvieron ¡°buen cuidado de procurar desprenderse de sus acciones¡± ante de que trascendiera su estado contable real. En el auto consta el siguiente hecho: ¡°Pujol vendi¨® 1.057 acciones de la serie B de Banca Catalana a HOE, S. A., el 19 de enero de 1982. El precio fue concertado por el aforado, como vendedor [Pujol ya era presidente de la Generalitat], a trav¨¦s del departamento de valores de Banca Catalana, y ello pese a conocer [los dirigentes] que HOE, S. A., a la que se hab¨ªa concedido un cr¨¦dito para pagar [el importe de las acciones] jam¨¢s podr¨ªa hacer frente a sus obligaciones [al cr¨¦dito] dado que su situaci¨®n patrimonial era de -1.714 millones de pesetas¡±.
Los ocho jueces destacan c¨®mo el citado grupo de Banca Catalana ¡°propuso a la Junta General de Accionistas, durante los ejercicios econ¨®micos 1974/1980, un reparto de dividendos por importe de 1.903 millones de pesetas [10,8 millones de euros], de los que Pujol obtuvo 84,3 millones de pesetas [507.000 euros]¡±, y todo ello pese a la situaci¨®n de la entidad, que ellos ¡°conoc¨ªan¡±. Y a?ade que, por ejemplo, en 1979, Pujol se reparti¨® 13,9 millones de pesetas en dividendos, ¡°contribuyendo as¨ª, de forma singular, a la ruina de la entidad¡±.
El auto revela toda la trama que urdi¨® el grupo encabezado por Pujol para que las autoridades monetarias ignoraran el estado financiero de la entidad y, de camino, lucrase personalmente con los fondos de la entidad. Fruto de esta gesti¨®n (se concedieron casi 15 millones de cr¨¦ditos ficticios a sociedades creadas por ellos mismos y que nunca fueron recuperados porque sus destinatarios ¡°eran absolutamente insolventes¡±. El Fondo Nacional de Garant¨ªa de Dep¨®sitos bancarios tuvo que hacer frente, con el dinero de todos, a otros 19 millones de pesetas de la ¨¦poca.
Estos ocho jueces exigieron, sin ¨¦xito, procesar a Pujol y otras 17 personas por el saqueo de Banca Catalana. Para el jefe del clan pidieron que prestase una fianza de 35.000 millones de pesetas como garant¨ªa del desfalco y que le fueran embargadas sus cuentas si no lo hac¨ªa. La mayor¨ªa del pleno de la Audiencia Territorial de Catalu?a, la antecesora del actual Tribunal Superior, opt¨® por no seguir investigando a Pujol y cerr¨® el caso. "Es incre¨ªble todo lo que sucedi¨®, y las presiones que recayeron sobre el presidente del tribunal para que, como sucedi¨®, se archivase el caso", recuerdan un magistrado que intervino en las deliberaciones.
Las pesquisas que desarrolla ahora el juez de la Audiencia Nacional Jos¨¦ de La Mata, quien recientemente orden¨® registros en casa de varios hijos de Pujol, entre ellos el primog¨¦nito Jordi Pujol Ferrusola, acreditan que este cobr¨® a trav¨¦s de sociedades instrumentales 11,5 millones de euros de empresas de la construcci¨®n por servicios que nunca se prestaron. El juez cree que responden a comisiones a cambio de contratos p¨²blicos, y que ese dinero corresponde a todo el clan familiar. "No hay que ir muy lejos para deducir que parte de la fortuna en Andorra de Jordi Pujol padre procede de Banca Catalana; los ocho jueces que firmamos el auto lo vimos muy claro", a?aden las citadas fuentes judiciales.
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