El lehendakari y el cambio constitucional

La ¨²ltima vez que se encontraron el lehendakari I?igo Urkullu y el president Artur Mas en mayo pasado en Ajuria Enea, sede del Gobierno vasco, con ocasi¨®n del partido entre el Athletic y el Barca, ambos mandatarios se limitaron a intercambiarse informaci¨®n porque sus v¨ªas por el autogobierno ya eran divergentes. Fue en el encuentro anterior, celebrado a?o y medio antes, cuando Urkullu intent¨® convencer a Mas sin ¨¦xito para trabajar juntos por una reforma constitucional que reconociera a Espa?a como Estado plurinacional. Pero fue tarde. Mas ya se hab¨ªa embarcado, con el impulso de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en su apuesta unilateral hacia el soberanismo.

Este hecho era conocido en los medios pol¨ªticos vascos. La novedad consisti¨® en que Urkullu le diera rango de notoriedad al manifestarlo ayer en sede parlamentaria. Lo que no dijo, porque no se lo preguntaron los interpelantes (Bildu y UPyD), fue que esa misma propuesta tambi¨¦n la conocen el presidente Mariano Rajoy y el l¨ªder del PSOE, Pedro S¨¢nchez, porque se la formul¨® a ambos en t¨¦rminos similares en sus ¨²ltimos encuentros, en septiembre de 2014 y en julio de 2015, respectivamente. Rajoy la desatendi¨® y S¨¢nchez tom¨® nota.

Urkullu coincide con Mas en el malestar por la ausencia de di¨¢logo con Rajoy en esta legislatura y por el proceso de recentralizaci¨®n que ha protagonizado su Gobierno. Si Rajoy encuentra en la intransigencia de Mas la coartada para cerrarse al di¨¢logo, lo tiene m¨¢s complicado con Urkullu, que en septiembre de 2014 se le ofreci¨® a participar en una reforma constitucional. Algo a resaltar en el representante de un partido, el PNV, que se abstuvo en la Constituci¨®n. Aunque parezca mentira, Rajoy ni ha respondido a Urkullu ni ha vuelto a reunirse con ¨¦l.

El lehendakari, como la mayor¨ªa de los l¨ªderes pol¨ªticos espa?oles, coincide en que el modelo de Estado est¨¢ desfasado. Pero, pese a los desplantes de Rajoy, ha renunciado a seguir la v¨ªa unilateral al soberanismo de Mas, de la que discrepa y ve cada vez m¨¢s desbocada por su dependencia, primero de ERC, y ahora de la CUP, que le empuja a desacatar la legislaci¨®n. Una discrepancia que ayer volvi¨® a aclarar a la izquierda abertzale que le tienta a emular a Mas.

Urkullu cree posible avanzar, a trav¨¦s de la legalidad de una reforma constitucional pactada, hacia un Estado plurinacional que reconozca a Euskadi y Catalu?a como naciones y blinden sus competencias, de modo bilateral. Paralelamente, defiende para Euskadi un acuerdo transversal entre los partidos nacionalistas y no nacionalistas de reforma del Estatuto de 1979, que se abordar¨¢ en la pr¨®xima legislatura vasca, en 2016. Nada que ver con la apuesta de Mas hacia la soberan¨ªa por una v¨ªa unilateral, no pactada, al margen de la legalidad y sin reconocimiento en Europa. Una apuesta que, aunque Urkullu no lo explicit¨® ayer, la cree abocada al fracaso.