Bandera blanca
CDC, sin renunciar a la independencia, deja claro que no est¨¢ en el orden del d¨ªa
Converg¨¨ncia ha sacado la bandera blanca. Lo hizo en la cadena SER Francesc Homs, candidato a las elecciones generales. Homs es una pieza clave del n¨²cleo duro del presidente Mas, aunque la armon¨ªa no reine en la familia convergente. Anunci¨® que iba a Madrid con la intenci¨®n de ¡°negociar y pactar¡±. Proclam¨® el triunfo del principio de realidad: ¡°No somos tan fuertes como para poder imponer la independencia unilateralmente¡±. Sin renunciar a la independencia, dej¨® claro que no estaba en el orden del d¨ªa. Relativiz¨® la declaraci¨®n de desconexi¨®n. Y confi¨® en que despu¨¦s de las generales se abra espacio para los acuerdos. ?Volver a empezar? Sonaba la m¨²sica de la CDC de siempre, la que c¨ªclicamente sub¨ªa el tono de sus reivindicaciones para negociar con ventaja. S¨®lo que esta vez ha ido tan lejos que las palabras de Homs habr¨¢n producido v¨¦rtigos.
Homs no hizo una sola apelaci¨®n a la CUP, como si la suerte ya estuviese echada. Su vista estaba puesta en su electorado natural para el 20-D y para las hipot¨¦ticas elecciones de marzo. Sus palabras sonaban a recomposici¨®n t¨¢ctica. Las elecciones traducen la realidad pol¨ªtica en t¨¦rminos contantes y sonantes. Y el 27-S se vio que la suma no daba. Una equivocada estrategia de aceleraci¨®n permanente, sobre la que Mas intent¨® surfear a pesar de las adversidades, ha colocado a CDC en situaci¨®n de riesgo. El problema es que el independentismo ha llegado m¨¢s lejos que nunca y cambiar el ritmo requiere tiempo y tino.
CDC ha visto c¨®mo la gesti¨®n del 27-S provocaba el desconcierto en sus bases y amenazaba con romper sus v¨ªnculos con los poderes econ¨®micos locales, que siempre la han visto como casa propia. Paga ahora dos errores de manual: la declaraci¨®n de desconexi¨®n y las concesiones a la CUP. Al nacionalismo moderado le ha entrado el p¨¢nico. Mas, con la declaraci¨®n, se cerr¨® cualquier v¨ªa alternativa para su investidura. Repetir elecciones parece inevitable.
La prioridad ya no es la independencia sino la disputa por la hegemon¨ªa en el ¨¢mbito soberanista. CDC ha comprendido que desde el 27-S todo jugaba a favor de Esquerra Republicana. Y ahora pide una pausa en el proceso y saca la bandera blanca. Madrid no se lo pondr¨¢ f¨¢cil, le esperan con ganas. Y en Catalu?a ser¨¢ complicado de explicar, en un clima de frustraci¨®n y desconfianza. Empieza la batalla medi¨¢tica para determinar el culpable de este par¨®n. La CUP, que tan simp¨¢tica resultaba, va a ser demonizada. ERC juega con la ventaja de no haberse movido de donde estaba. CDC frena, pero el independentismo sigue ah¨ª.
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