Iglesias y los riesgos del ajedrez
El aspirante de Podemos busca demostrar que puede remontar antes del 20-D
Pablo Iglesias (Madrid, 1978) ha construido buena parte de su proyecto alrededor de una met¨¢fora que tom¨® prestada del ajedrez. La aspiraci¨®n a ¡°ocupar la centralidad del tablero¡±, declaraci¨®n de intenciones de la asamblea fundacional de Podemos, refleja el tacticismo que ha caracterizado al candidato de la formaci¨®n emergente en los momentos de auge y en las situaciones cr¨ªticas.
Esa centralidad es la meta de los tres aspirantes a la presidencia del Gobierno que ma?ana se confrontar¨¢n a partir de las 21.00 en el debate organizado por EL PA?S. En esa b¨²squeda, Iglesias ha ido adaptando su discurso sobre la marcha, renunciando a varios postulados iniciales de Podemos. El partido se sit¨²a, seg¨²n la encuesta de Metroscopia que se publica hoy, en cuarta posici¨®n con un 17,1% de los apoyos en estimaci¨®n de voto, unos cinco puntos por debajo del empate t¨¦cnico de PP, PSOE y Ciudadanos. Iglesias no ha renunciado a disputar una parte del espacio pol¨ªtico de los socialistas. Sin embargo, en la campa?a electoral se debate en un complejo equilibrio. Podemos busca un perfil institucional que le permita influir en las decisiones de la pr¨®xima legislatura, especialmente si se reforma la Constituci¨®n. Y debe hacerlo sin renunciar al atrevimiento que caracteriz¨® al partido en su fundaci¨®n y fue su mayor valor a?adido.
El candidato, que naci¨® pol¨ªticamente en el plat¨® de La Tuerka, el programa de tertulias y entrevista que presenta, llega al debate con un objetivo: demostrar que ese ¡°clima de remontada¡± que ha experimentado su formaci¨®n tras la dr¨¢stica ca¨ªda registrada en las elecciones catalanas puede durar hasta el 20 de diciembre. El hecho de que haya tres contrincantes ¡ªel jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, rechaz¨® debatir¡ª supone para el l¨ªder de Podemos una ventaja, ya que podr¨¢ centrar sus cr¨ªticas en el aspirante ausente y en Pedro S¨¢nchez, l¨ªder del PSOE y, seg¨²n el an¨¢lisis de Iglesias, ¨²nico representante del pasado.
Esta circunstancia sit¨²a al exeurodiputado Iglesias y a Albert Rivera en un escenario de disputa por el voto del cambio. En esa pugna estriban los riesgos del tacticismo, de esa partida de ajedrez que la direcci¨®n de Podemos inici¨® tras las elecciones europeas de mayo de 2014. Conseguir ese cambio obliga a definir con claridad un proyecto y el espectro de votantes al que dirigirse. As¨ª, el debate ayudar¨¢ a despejar una pregunta clave ante el 20-D: ?Qu¨¦ es Podemos hoy?
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