Joder, joder, joder
Con los dos protagonistas en la cocina el programa de TVE empez¨® a cerrarse en torno a la idea de la Espa?a esencial
¡°Espa?a es un pa¨ªs en el que hay muy buena gente¡±, dijo Bert¨ªn Osborne. Rajoy asinti¨®: ¡°Es verdad¡±. El intercambio de golpes no se qued¨® ah¨ª. Desatado, Bert¨ªn solt¨® la estocada: le dijo a Rajoy que era la primera vez que escuchaba a un pol¨ªtico no hablar mal de la oposici¨®n. Rajoy encaj¨® el golpe como pudo y se dirigi¨® tambale¨¢ndose a la cocina a abrir la empanada y ponerse a beber vino. ¡°Rajoy est¨¢ saliendo airoso¡±, escrib¨ª en Twitter en ese momento, y el Partido Popular le dio a ¡°me gusta¡±. Ya est¨¢bamos todos.
Con los dos protagonistas en la cocina el programa empez¨® a cerrarse en torno a la idea de la Espa?a esencial, esa que lleva fragu¨¢ndose en casa de Bert¨ªn y de millones de espa?oles para decidir elecciones a su antojo seg¨²n los tics cercanos de sus candidatos. Hombres cocinando como algo semidivertido y loco, reproch¨¢ndose su torpeza mientras advierten que sus mujeres les van a llamar paquetes por no saber cocer mejillones. La conversaci¨®n suavemente masculina que manten¨ªan echados como sultanes en un sof¨¢ y en la que Bert¨ªn avisa de que las fechas importantes de la relaci¨®n "las mujeres no las olvidan" .
El espect¨¢culo fue un ejercicio de naturalidad, el mayor que ha hecho hasta ahora un candidato. La voz en off de Bert¨ªn, como la de Primitivo en El precio justo, anunci¨® que Rajoy hab¨ªa dejado una vida c¨®moda de registrador (sin estrenar, m¨¢s bien) para salvarnos las almas. Despu¨¦s se dej¨® paso a la charleta, que gir¨® en torno al gran asunto de dos espa?oles a punto de conocerse: los sitios en los que han estado. Esa base s¨®lida sirvi¨® para trenzar una empat¨ªa dif¨ªcil de erradicar: la de las casualidades. Bert¨ªn, cuando descubr¨ªa que hab¨ªa estado en el mismo pueblo que hab¨ªa visitado Rajoy, se romp¨ªa en carcajadas. Inclinaba el cuerpo hacia atr¨¢s, sorprendido de tama?a locura, y luego lo volcaba hacia adelante como si le fuese a dar un bocado al presidente.
Los lugares, los restaurantes, las gentes. Las incre¨ªbles coincidencias de la vida. Cuando Rajoy dijo que en un paseo de tres alcaldes uno hab¨ªa pinchado (¡°no voy a decir el nombre¡±), se ech¨® en falta a?adir que son cosas que ¡°solo pasan en Espa?a¡±. Para cauterizar sus asombros Bert¨ªn us¨® la expresi¨®n ¡°joder, joder, joder¡±, que no abandon¨® en toda la noche pues por momentos parec¨ªa tener delante a Monty Python. Era tal la sorpresa que mostraba cuando Rajoy le dec¨ªa, con los ojos como platos, que hubo buen tiempo el 28 de diciembre, que si en ese momento aterrizasen marcianos en el jard¨ªn Bert¨ªn se los hubiese quitado de en medio al grito de ¡°iros a la mierda, que hubo solazo en diciembre¡±.
En la tuya o en la m¨ªa tiene un nombre alentador; la broma suave, p¨ªcara, destinada a enganchar al gran electorado. Todo lo que sucedi¨® ayer en casa de Bert¨ªn Osborne ten¨ªa ese sentido pr¨¢ctico. Incluso el pase obsesivo de las fotos familiares de Rajoy que estaban por todo el sal¨®n y que Bert¨ªn no sacar¨¢ en 40 a?os. Esa casa es el verdadero term¨®metro electoral del pa¨ªs. Solo hay que saber d¨®nde est¨¢ la risa de Bert¨ªn para saber d¨®nde est¨¢ Espa?a: en ¡°las pelotas las tengo yo¡± (carcajada). O en el detalle de avisar de que empezaban las preguntas personales dos minutos despu¨¦s de interesarse cuatro veces por la muerte del hermano de Rajoy, como si aquello estuviese en el programa electoral.
De ah¨ª que a esa atm¨®sfera, la atm¨®sfera alejada de ¨¦lites y gur¨²s, la que cosecha burlas en redes sociales y miles de votos fuera, se acercase tambi¨¦n Pedro S¨¢nchez y quieran acercarse todos a ser entra?ables y despistados. Que Rajoy terminase delante de un futbol¨ªn pregunt¨¢ndole a Bert¨ªn si quer¨ªa presentarse a alcalde de Jerez no sorprende m¨¢s que el hecho de que Bert¨ªn dijese que ya estuvo a punto de hacerlo; ni de que, de haberlo hecho, hubiese ganado de calle con sus propias siglas bertinescas. Anticipo del "joder, joder, joder" que escucharemos en los recuentos del 20-D.
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