Con la Constituci¨®n
El dirigente socialista sostiene que la Constituci¨®n est¨¢ hecha para preservar viva la llama del entendimiento
Este domingo celebramos el trig¨¦simo s¨¦ptimo aniversario de la Constituci¨®n. Celebramos as¨ª casi cuatro d¨¦cadas de convivencia en libertad. Nunca, en toda nuestra historia, hemos gozado de un tiempo tan largo e ininterrumpido en el que construir, de manera democr¨¢tica, una Espa?a capaz de integrar pac¨ªfica y arm¨®nicamente su pluralidad como el que nos ha dado la Constituci¨®n de 1978. Honrar la Constituci¨®n es honrar a una generaci¨®n de hombres y mujeres que tuvieron la inteligencia, el coraje y la generosidad de llegar a un acuerdo en el que hemos cabido todas las espa?olas y todos los espa?oles, con nuestras identidades y aspiraciones, con nuestras ideas y nuestras creencias, con nuestros proyectos personales y colectivos.
Un acuerdo que nos ha permitido desarrollar nuestras vidas en libertad y con unos niveles de prosperidad que nunca antes hab¨ªamos conocido. Hoy, cuando algunos ponen en cuesti¨®n la validez de aquel acuerdo, es el momento para reivindicarlo. Fue un acuerdo que ha permitido construir y mantener un sistema democr¨¢tico, actuar en su marco a Gobiernos de signo distinto y respetar todas las identidades que constituyen la riqueza de Espa?a. Estoy convencido de que lo m¨¢s importante de nuestra Constituci¨®n es el esp¨ªritu con el que fue construida, el esp¨ªritu de la concordia. La Constituci¨®n est¨¢ hecha para preservar viva esa llama de entendimiento que las espa?olas y los espa?oles fuimos capaces de encender.
Pero, como consecuencia de la crisis y de la respuesta conservadora a la crisis, nuestra convivencia se ha resentido. No cabe duda de que las tensiones m¨¢s visibles est¨¢n siendo las territoriales, pero ni se limitan a Catalu?a ni son las ¨²nicas. Tambi¨¦n es cada vez m¨¢s visible la desafecci¨®n de una parte de la ciudadan¨ªa hacia la organizaci¨®n y funcionamiento de algunas de las instituciones y su reclamaci¨®n de participaci¨®n activa en los asuntos p¨²blicos, lo que exige intensificar la democracia mediante la revisi¨®n del sistema electoral, el r¨¦gimen de los partidos, la designaci¨®n de los ¨®rganos constitucionales o el funcionamiento del Congreso y del Senado. Igualmente, se ha hecho cada vez m¨¢s necesario y urgente el reconocimiento y garant¨ªa efectiva de nuevos derechos civiles, pol¨ªticos y sociales, tan brutalmente erosionados por las medidas adoptadas por el Gobierno en estos cuatro ¨²ltimos a?os.
Los socialistas vemos en la reforma una oportunidad de volver a conectar con la democracia a la ciudadan¨ªa" Pedro S¨¢nchez
Los socialistas vemos en la reforma de la Constituci¨®n una oportunidad de volver a conectar ¨ªntimamente al conjunto de la ciudadan¨ªa con la legalidad y la democracia, y, as¨ª, restaurar el marco de la convivencia, mejorar el funcionamiento de nuestras instituciones y reforzar nuestros derechos. En 2004 planteamos por primera vez la necesidad de hacer una reforma de alcance limitado. Nuevamente, en 2013, elaboramos una propuesta en nuestra Declaraci¨®n de Granada. Hace un mes hemos hecho una propuesta detallada. En todas las ocasiones, y tambi¨¦n ahora, la actitud del PP ha sido la misma: una negativa rotunda que convierte la Constituci¨®n en un documento sagrado, en una verdad revelada a la que las nuevas generaciones nada podemos aportar. A la hora de reformar nuestra Constituci¨®n los socialistas no olvidamos, ni queremos olvidar, que fue aprobada por una mayor¨ªa abrumadora.
Sabemos, por ello, que el resultado de la reforma incluir¨¢ algunas de nuestras propuestas pero tambi¨¦n otras presentadas por las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas. Todas tendr¨¢n una virtud compartida: ser¨¢n el resultado de un acuerdo. Los socialistas amamos a Espa?a, porque con los dem¨¢s espa?oles la hemos hecho, y la queremos libre, unida, pr¨®spera y feliz. La Constituci¨®n fue el instrumento que sell¨® el pacto que ha hecho posible esta Espa?a. El esp¨ªritu de concordia que la hizo posible es el que debe impulsarnos a encontrar en su reforma un nuevo pacto de convivencia que legar a nuestros hijos.
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