El triunfo del perdedor
La campa?a m¨¢s intensa se est¨¢ librando en el interior de cada votante.
Los m¨¢s esc¨¦pticos sostienen que una campa?a electoral no mueve molino. Apenas modificar¨ªa el destino de unos votos furtivos, vulnerables. Estos d¨ªas, he viajado de norte a sur, de oeste a este. En Catalu?a, en Euskadi, en Andaluc¨ªa, en Madrid, o en Galicia, he experimentado la misma sensaci¨®n. La campa?a m¨¢s intensa se est¨¢ librando en el interior de cada votante.
Preguntas y la gente no reh¨²sa contestar, pero bromea y te cuenta historias que nunca recoger¨¢n las encuestas. Miguel, camino de And¨²jar, al pasar delante de un penal, me cuenta: ¡°?Sab¨ªas que los presos no se llevan nada de lo que ten¨ªan en la c¨¢rcel? Nada, ni el neceser. Son objetos que traen mala suerte. Pues los corruptos se llevan todo. No dejan ni la raspa. Entran con televisor y marchan con ¨¦l¡±. Jos¨¦ Luis, en Madrid, me explica que ten¨ªa decidido un voto pero que ahora rumia otro. Para un pron¨®stico no me remite a las encuestas sino a los comerciantes chinos: ¡°Interpretan este pa¨ªs muy bien. Se adelantan a las tendencias. Solo los chinos saben quien va a ganar¡±.
Aplazo la consulta china, y me dirijo al Or¨¢culo de Chamber¨ª. No hay empresa demos-c¨®pica que tenga hoy la autoridad de El voto con botas. Es decir, de Ferm¨ªn Bouza, catedr¨¢tico de Opini¨®n en la Complutense. Desde que comenz¨® la Transici¨®n, nunca ha fallado en sus predicciones. Cada noche, como una luci¨¦rnaga, anota resplandores en su bit¨¢cora. El lugar de or¨¢culo es una c¨¢mara oscura, en su propia casa, donde parpadea un port¨¢til tan veterano que ha tenido que renovar el teclado con letras pegadas.
El Or¨¢culo me dice que esta campa?a se asemeja a lo que los cient¨ªficos llaman Movimiento Browniano: estado aleatorio de las part¨ªculas en un medio fluido. Las part¨ªculas somos nosotros. Y la gran pugna que se libra en el interior de cada elector es entre la pulsi¨®n Bandwagon, adherirse al previsible ganador, y la pulsi¨®n Underdog, sumarse a un perdedor en alza.
Hay otro concepto interesante: el priming negativo. Ser el centro de atenci¨®n por una pifia. El Or¨¢culo me se?ala la fuga de Rajoy en los debates a cuatro como un caso hist¨®rico de priming negativo: ¡°Un mal consejo, porque ¨¦l sabe guardar la ropa¡±. La otra gran pifia, que descoloca a Ciudadanos, fue la declaraci¨®n de Marta Rivera sobre el tratamiento jur¨ªdico al terrorismo machista. ¡°El priming negativo tiene mucho efecto, en doce horas puedes quedar tocado¡±.
Lo er¨®tico de esta campa?a es que gran parte de los votos disfrutan con la infidelidad. La demoscopia se vuelve loca. Las encuestas se hacen viejas de un d¨ªa para otro. No s¨¦ si emerger¨¢ una nueva pol¨ªtica, pero s¨ª asistimos al declive del viejo y costoso marketing pol¨ªtico.
Esta es la campa?a de los m¨®viles, pero no como simples terminales de engorde informativo, sino que cientos de miles de ellos son hoy talleres de tuneado. Entre los j¨®venes, por el m¨®vil, triunfan los memes, el activismo de la iron¨ªa y la caricatura, la rebeli¨®n de la risa. Fueron ellos los que convirtieron en bumer¨¢n la estrat¨¦gica Operaci¨®n Ausencia de Rajoy con memes geniales que sembraron de risas Espa?a entera en una especie de impeachment c¨®mico. Y es probable que sean ellos los que hagan posible la sorpresa del Underdog, el triunfo del perdedor.
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