Waterloo
El duelo entre Mariano Rajoy y su retador Pedro S¨¢nchez es importante. S¨ª, lo es ?pero cu¨¢n relevante sigue siendo en la marejada pol¨ªtica espa?ola?
Unos 9,2 millones de espectadores han seguido el pasado lunes, d¨ªa 7 de diciembre, el debate a cuatro (con Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa) en Atresmedia. En las elecciones de 2011, el duelo entre Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y Rajoy concit¨® la atenci¨®n de 12.005.000 de personas y una cuota de pantalla del 54,2%, cifras parecidas a las del segundo combate entre Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Rajoy en 2008.
En buena l¨®gica, habida cuenta de que asumimos la existencia del 41,6 por ciento de indecisos contabilizados por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) para su encuesta realizada entre el 27 de octubre y el 16 de noviembre, los electores deber¨ªan interesarse por el debate de esta noche con el mismo o quiz¨¢ mayor inter¨¦s que el de 2011.
En esta ocasi¨®n, adem¨¢s, una parte de estos votantes podr¨¢n conocer despu¨¦s de este debate estelar la opini¨®n de los otros dos candidatos, Albert Rivera y Pablo Iglesias, que han sido convocados a un programa televisivo posterior, Al Rojo Vivo, para dar sus opiniones. Ser¨¢ un debate sobre el debate.
Las encuestas se han movido mucho, es cierto. Pero no en un punto: el ganador, el primer partido en n¨²mero de votos y esca?os, sigue siendo el Partido Popular.
Sin embargo, Rajoy exhibe ansiedad.
?Por ejemplo?
Lo hemos visto ayer mismo. El viernes pasado, tras obtener informaci¨®n sobre el deseo de Rajoy de que Gustavo Ar¨ªstegui, embajador en la India, deb¨ªa presentar su dimisi¨®n a lo largo del fin de semana, lanc¨¦ varios tuits sobre el asunto. Tanto Aristegui como el diputado Pedro G¨®mez de la Serna son el blanco de una denuncia por el cobro de comisiones para empresas espa?olas en el exterior.
La posici¨®n de boquilla de Rajoy en el caso de Magdalena ?lvarez, que ocupaba una de las vicepresidencias del Banco Europeo de Inversiones (BEI), era la de considerar que "una imputaci¨®n no supone una declaraci¨®n de culpabilidad". Ni Ar¨ªstegui ni G¨®mez de la Serna est¨¢n formalmente imputados/investigados. Rajoy ha dicho que ve la actividad privada de G¨®mez de la Serna como normal. "Yo le creo a G¨®mez de la Serna", dijo.
Sin embargo, la otra cara de Rajoy la gestiona el ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, quien ha hecho realidad los deseos de su jefe: acudir al debate de esta noche con el asunto Aristegui resuelto. El embajador ha anunciado ayer su dimisi¨®n "para no perjudicar al PP". En rom¨¢n paladino: para no perjudicar a Rajoy, o lo que es lo mismo, quitarle un argumento a Pedro S¨¢nchez.
?Y G¨®mez de la Serna? Es el n¨²mero dos en la lista del PP por Segovia. Va en las papeletas. Ha sido apartado de la campa?a electoral, tras abr¨ªrsele a ¨¦l y a Aristegui un expediente. Es probable que tampoco hubiera conseguido los votos para repetir con la competencia de Ciudadanos y de Podemos. Pero quiz¨¢, en l¨ªnea con Aristegui, pueda anunciar que en caso de salir elegido no ocupar¨ªa el esca?o. Esto es objeto de an¨¢lisis en el PP.
Pero el giro copernicano de Rajoy ha sido evidente. Y cortarle la cabeza a Aristegui el fin de semana indica, como m¨ªnimo, que el candidato del PP no parece estar convencido de que las tiene todas consigo. Riesgos fuera.
Una conducta similar a la exhibida en relaci¨®n con el atentado contra el complejo de la embajada de Espa?a en Afganist¨¢n, donde se volvi¨® a adivinar el s¨ªndrome de la gesti¨®n del 11-M en el negacionismo de que Espa?a hab¨ªa sido el blanco de los terroristas talibanes, conducta que fue rectificada el s¨¢bado.
Pedro S¨¢nchez gan¨® el debate sobre el estado de la naci¨®n el pasado 24 de febrero. Por la m¨ªnima, pero venci¨®. Rajoy buscar¨¢ el empate. No cometer los mismos errores.
S¨¢nchez intentar¨¢ que la corrupci¨®n sea el Waterloo de Rajoy. Y Rajoy buscar¨¢ que la herencia recibida y los datos de la legislatura, sin rascar, lo sean para S¨¢nchez.
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