Las ¨²ltimas 48 horas de Samba Martine
Un informe de Cruz Roja enviado al juzgado detalla la desatenci¨®n sufrida por la congole?a que muri¨® en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Madrid
Samba Martine apenas pod¨ªa tenerse en pie. Ten¨ªa muchos y fuertes dolores. Pero el doctor no hab¨ªa llegado a¨²n a la consulta y la enfermera decidi¨® suministrarle un ansiol¨ªtico. No la vio ning¨²n m¨¦dico. Unas compa?eras, las mismas que la hab¨ªan sostenido para subirla a la enfermer¨ªa, la ayudaron a bajar las escaleras y la llevaron a la sala de estar. Ella no ten¨ªa fuerzas ni para estar sentada, as¨ª que se tumb¨® en el suelo.
?Por la tarde segu¨ªa all¨ª, tapada con mantas, y se quejaba de que el humo le imped¨ªa respirar. Muchos fumaban a su alrededor, una sala repleta y cerrada del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid en el que la congole?a estaba recluida por haber entrado de forma irregular en Espa?a. El ambiente era irrespirable y nocivo. Viendo el p¨¦simo estado de la mujer, una mediadora de Cruz Roja subi¨® a avisar a la enfermera, que respondi¨® que no pod¨ªa hacer nada por ella. Horas despu¨¦s, al verla peor, insisti¨®. Sin ¨¦xito. La sanitaria no baj¨® a ver c¨®mo estaba la enferma ni llam¨® a un m¨¦dico.
Las compa?eras de Martine se quejaron de la escasa atenci¨®n sanitaria que estaba recibiendo la mujer y pidieron a Cruz Roja papel y sobres para cont¨¢rselo al juez. Aseguraron a la mediadora que la congole?a nunca hab¨ªa sido derivada a un hospital a pesar de que su estado de salud no hac¨ªa m¨¢s que empeorar. Y no exageraban. La mujer estaba tan mal que al d¨ªa siguiente, seis antes de la Navidad de 2011, muri¨®. Hoy se cumplen tres a?os.
Estos hechos forman parte del relato de las ¨²ltimas horas de vida de Samba Martine que consta en un informe de Cruz Roja, firmado por la coordinadora de su programa para inmigrantes y refugiados de la Comunidad de Madrid, al que ha tenido acceso este diario y que fue remitido al Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 38 de Madrid, que investiga su muerte.
El informe detalla tambi¨¦n lo que ocurri¨® el mismo d¨ªa en el que muri¨® la congole?a. Esa ma?ana subi¨® a la consulta a primera hora, pero el personal sanitario solo le ense?¨® ejercicios de respiraci¨®n para que no hiperventilara. Despu¨¦s, dado que no se calmaba, le inyectaron diazepam. Ella sigui¨® hiperventilando, solo que dormida. Horas despu¨¦s, finalmente, decidieron llevarla a un hospital, aunque el equipo sanitario consider¨® que pod¨ªa ir en coche patrulla y que no era necesaria una ambulancia a pesar de que Martine ¡°se encontraba desorientada, sin apenas poder hablar y descalza¡±, seg¨²n el informe de Cruz Roja.
Cuando la polic¨ªa lleg¨®, la mediadora de la ONG pidi¨® unas zapatillas para ella. Una de las agentes le ¡°espet¨® que por qu¨¦ no iba descalza, que daba igual¡±. Despu¨¦s, siempre seg¨²n el relato de la organizaci¨®n humanitaria, ante las dificultades para calzar a una mujer que apenas pod¨ªa moverse, la polic¨ªa insisti¨® en que se diera prisa, dijo que no hac¨ªa falta que le pusieran bien las zapatillas y luego se neg¨® a ayudarla a bajar las escaleras alegando que no era su funci¨®n.
Otro polic¨ªa que pasaba por all¨ª s¨ª la auxili¨® y varios agentes comentaron que no entend¨ªan por qu¨¦ no se hab¨ªa llamado a una ambulancia. El terrible estado de salud de la mujer resultaba evidente para todos salvo para la enfermera que la hab¨ªa atendido, que asegur¨® a los polic¨ªas que ¡°no se preocuparan, que no le pasar¨ªa nada, que hab¨ªa subido a la consulta andando¡±. ¡°Efectivamente, Samba pudo subir las escaleras a primera hora de la ma?ana, pero su estado f¨ªsico hab¨ªa empeorado y adem¨¢s hab¨ªa recibido una medicaci¨®n que provoca, entre otros efectos, mareos, visi¨®n borrosa o somnolencia¡±, se?ala el informe de Cruz Roja. De hecho, la mujer estaba tan mal que tuvieron problemas incluso para sentarla en el coche de polic¨ªa y acabaron usando el cintur¨®n de seguridad para que no se cayera hacia un lado. Cuando lleg¨® al hospital 12 de Octubre, los m¨¦dicos no pudieron hacer ya nada para salvar su vida.
Martine ten¨ªa 34 a?os y una hija peque?a. Llevaba 38 d¨ªas en el CIE y hab¨ªa dicho que se encontraba mal desde el principio. Que le dol¨ªa la cabeza y la nuca, que casi no pod¨ªa mover el cuello ni los brazos. Acudi¨® al menos 10 veces al servicio m¨¦dico. Pero lo ¨²nico que le dieron durante m¨¢s de un mes fue paracetamol y tranquilizantes. La autopsia determin¨® m¨¢s tarde que ten¨ªa sida, algo que nunca le diagnosticaron en el centro de internamiento, y que muri¨® por una infecci¨®n derivada llamada criptocosis, para la que existe tratamiento.
Cuatro a?os despu¨¦s, seis responsables sanitarios, m¨¦dicos y enfermeros, est¨¢n imputados. Se trata de personal contratado por Servicios M¨¦dicos Especializados, SL (Sermedes), la empresa encargada de prestar el servicio al CIE. El magistrado del juzgado n¨²mero 38 de Madrid, encargado del caso, a la espera de los escritos del fiscal, las acusaciones y las defensas, est¨¢ a punto de acabar la instrucci¨®n y tendr¨¢ que decidir ahora si se abre juicio oral contra alg¨²n imputado.
El juez tuvo que reabrir el procedimiento en enero de 2014, tras haberlo archivado, despu¨¦s de que le obligara la Audiencia Provincial de Madrid. El tribunal, que critic¨® la cadena de fallos e irregularidades cometidos por parte del equipo m¨¦dico, fue tajante: si la congole?a hubiera recibido tratamiento para la causa de su muerte, ¡°se podr¨ªa haber evitado el fatal desenlace¡±. Los magistrados entendieron que los s¨ªntomas de Martine obligaban a sospechar de la existencia de una enfermedad grave y que, dado que los internos en un CIE no pueden acceder a m¨¦dicos distintos de los del centro, es especialmente relevante ¡°la posici¨®n de garante¡± del personal de la instalaci¨®n.
¡°La administraci¨®n de tratamiento antirretroviral adecuado habr¨ªa podido cambiar la evoluci¨®n cl¨ªnica al poder impedirse la aparici¨®n de infecciones oportunistas asociadas a la infecci¨®n por VIH como es el caso de la criptocosis¡±, opina el doctor Santiago Moreno Guill¨¦n, jefe del servicio de Inmunodeficiencia del hospital Ram¨®n y Cajal, en un dictamen aportado al procedimiento. ¡°No puede descartarse que la evoluci¨®n hubiera podido ser la misma, pero es m¨¢s probable la hip¨®tesis contraria, es decir, puede afirmarse que el tratamiento de la infecci¨®n por VIH hubiera disminuido de forma relevante el riesgo de desenlace letal¡±.
Cruz Roja acaba el informe recomendando que se garantice a todos los extranjeros internos en un CIE un reconocimiento m¨¦dico completo y que los traslados al hospital ¡°se lleven a cabo siempre a trav¨¦s de ambulancia y no de coche patrulla¡±. Consejos para que no vuelva a repetirse una situaci¨®n como la de Samba Martine, que agoniz¨® en el suelo rodeada de humo mientras suplicaba, sin ¨¦xito, ayuda m¨¦dica.
Seis m¨¦dicos y enfermeras imputados por la muerte
El magistrado del juzgado n¨²mero 38 de Madrid debe decidir ahora si abre juicio oral contra alguno de los cinco m¨¦dicos y enfermeras que han declarado como imputados y contra la persona que organizaba el servicio m¨¦dico del Centro de Internamiento de Extranjeros de Madrid (CIE).
La cuesti¨®n central es si los sanitarios que trataron a Martine pudieron o no evitar su muerte y si, en virtud de sus s¨ªntomas, estaban obligados a prestar una asistencia m¨¦dica que no se prest¨®.
Seg¨²n reconoci¨® uno de los m¨¦dicos ante el juzgado, muchos sanitarios del CIE no saben que en los centros de inmigrantes de Ceuta y Melilla se hacen anal¨ªticas a todas las personas que ingresan para detectar enfermedades infectocontagiosas. De hecho, en Melilla, por donde entr¨® la congole?a, s¨ª hab¨ªan detectado el sida que padec¨ªa, pero desde el CIE nunca requirieron el informe en el que constaba a pesar de que la mujer acudi¨® al menos en 10 ocasiones al servicio m¨¦dico del centro.
Las defensas han alegado que sus s¨ªntomas eran muy generales y que muchas veces los internos de los CIE piden ir a la consulta solo para salir de los espacios en los que est¨¢n recluidos.
Al margen del proceso penal hay tambi¨¦n iniciado un procedimiento administrativo por una posible responsabilidad patrimonial del Estado: por no socorrer correctamente a una mujer que se encontraba bajo su custodia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.