Hay vida tras el bipartidismo
Podemos y Ciudadanos se han convertido en potentes minor¨ªas parlamentarias desde cero
Espa?a dio este domingo un vuelco a su sistema de partidos pol¨ªticos como no se ha producido otro desde 1982, el a?o en que vivimos el hundimiento total del partido gobernante (UCD) y la primera mayor¨ªa absoluta del PSOE. La dimensi¨®n del cambio actual no es tan grande como la de aquel, pero s¨ª suficiente como para que se compruebe que hay vida m¨¢s all¨¢ del anterior sistema del bipartidismo imperfecto. Por inmutable que haya parecido en la vida p¨²blica espa?ola, ahora hay dos partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, convertidos en potentes minor¨ªas parlamentarias partiendo de cero.
Hay que echar la vista atr¨¢s para entender el porqu¨¦ de tan importante cambio. En las elecciones generales de 2008, celebradas justo al inicio de la gran crisis econ¨®mica, los dos principales partidos, PSOE y PP, concentraron el 84% de los sufragios y el 92% de los esca?os del Congreso. Tama?a acumulaci¨®n de fuerzas no sirvi¨® para proteger a los espa?oles de las brutales consecuencias de la crisis econ¨®mica que se desencaden¨® inmediatamente despu¨¦s. Al contrario, el entonces presidente del Gobierno y l¨ªder socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, desminti¨¦ndose a s¨ª mismo, dio un volantazo a su pol¨ªtica en 2010, iniciando una cura de austeridad en la econom¨ªa espa?ola bajo la presi¨®n de las autoridades europeas. El pacto PSOE-PP de 2011 para reformar un punto de la Constituci¨®n termin¨® de plasmar la idea del bipartidismo como si fuera una coalici¨®n vergonzante, en vez de verse como lo que realmente es: un sistema en el que siempre hay un partido preparado para relevar al que resulta despedido por los electores.
En medio de esas decepciones se desarrollaron tanto el movimiento de los indignados del 15-M como un ¨²ltimo intento pendular del electorado, que todav¨ªa hizo otro ejercicio voluntarista al conceder mucho poder a un solo partido, el PP, en los comicios generales de 2011. Esto es lo que se ha acabado. Se ha pinchado la burbuja de un partido muy fuerte del que se espera que lo arregle todo, dando origen as¨ª al multipartidismo.
El viraje de Podemos hacia la socialdemocracia era la ¨²nica forma de contar entre los principales operadores del sistema constitucional, y las urnas le han sido propicias. Podemos aport¨® un revulsivo, al que se sum¨® Ciudadanos, que no procede de aquellas movilizaciones, pero que conecta con las exigencias de renovaci¨®n. Lo que no consigue Albert Rivera es que los independentistas pierdan toda relevancia en el Congreso.
Pedro S¨¢nchez ha contenido el asalto de los emergentes, si bien las divisiones internas del PSOE y las dudas respecto a pelear claramente o no en el terreno de la izquierda han contribuido a abrir un bulevar a Iglesias. El PSOE se encuentra ahora zaf¨¢ndose del codo a codo intentado por un partido que va a por sus votantes y que en parte los ha conseguido. Le ha faltado consolidar mejor un proyecto aut¨®nomo frente a un duro competidor.
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