Cualquier acuerdo requiere que se superen las l¨ªneas rojas
Todas las combinaciones y los pactos sit¨²an a cada partido en un dilema con contraindicaciones pol¨ªticas
![Unos carteles de campa?a del PP, en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/M2M4BJAWFM7NC357OXGXKOXX7M.jpg?auth=3ad8f0e411cc8ca6b90b98f87d72c0730fd63ce81efa61131aa6031df764df34&width=414)
El guion que queda escrito con los resultados electorales del 20-D marca un escenario pol¨ªtico en el que solo es posible llegar a acuerdos para gobernar si alguno de los partidos acepta modificar sus l¨ªneas rojas y si alguno admite que, en todo caso, debe asumir riesgos e inconvenientes. Casi todas las combinaciones tienen inconvenientes y todos los partidos est¨¢n atrapados en distinto grado en sus propios dilemas. Si nadie accede a cambiar alguna posici¨®n o arriesgar tendr¨¢ que haber elecciones en mayo.
Puede gobernarse en minor¨ªa, con geometr¨ªa variable y pactando cada ley, pero con un nivel de representaci¨®n tan bajo que un Parlamento adverso puede cambiar todas las normas en tr¨¢mite. En todo caso, la dificultad es, en primer t¨¦rmino, la de superar la investidura, aunque sea en segunda vuelta y mayor¨ªa simple con varias abstenciones.
Partido Popular
Solo puede sumar con Ciudadanos y con al menos una tercera fuerza. Primero tendr¨ªa que convencer a Albert Rivera para que renuncie a su l¨ªnea roja y apoye su investidura. Para sumar a un tercero tiene el inconveniente de haber roto pr¨¢cticamente todos los puentes de di¨¢logo con todos los dem¨¢s partidos. Por ejemplo, a los nacionalistas les ha dado la espalda y el desaf¨ªo en Catalu?a hace imposible un acuerdo con ellos y solo si el PP aceptara concesiones a los independentistas podr¨ªa pensarse en esa opci¨®n.
Adem¨¢s, Ciudadanos dice ser "incompatible" con los nacionalistas.
El dilema del PP se completa con el del propio Mariano Rajoy y la respuesta a la pregunta ?aceptar¨ªa el actual presidente del Gobierno dar un paso atr¨¢s y dejar paso a otro candidato de su partido para facilitar la investidura?
El PP puede avanzar hacia la opci¨®n de un Gobierno en minor¨ªa con abstenciones de Ciudadanos y del PSOE, si fuera capaz de convencer a ambos partidos para hacerlo. La duda, en este caso, es si es posible gobernar con 123 esca?os y con un Parlamento adverso. Tiene como margen el hecho de que los Presupuestos para 2016 est¨¦n ya aprobados y no es necesario abordar otros hasta final de ese a?o.
Puede esperar a que haya un bloque de izquierdas y pasar a la oposici¨®n, con posibilidad de bloquear iniciativas como la reforma de la Constituci¨®n. Pero, en todo caso, supondr¨ªa cambios en la direcci¨®n del PP y, posiblemente, la renuncia de Mariano Rajoy para abordar su renovaci¨®n.
El dilema del PP se completa con el c¨¢lculo de qu¨¦ ocurrir¨ªa si se ve obligado a convocar elecciones por la imposibilidad de elegir un nuevo presidente. Es decir, si le beneficia, si debe presentar otra cabeza de lista a esos comicios, si pagar¨ªa la falta de di¨¢logo y acuerdo¡O si por el contrario recuperar¨ªa voto ¨²til en favor de la estabilidad.
PSOE
El dilema de Pedro S¨¢nchez se resume en elegir entre permitir que gobierne el PP o pactar con Podemos y otros partidos, aceptando posiciones que superan sus l¨ªneas rojas y que, en todo caso, le pueden suponer contraindicaciones pol¨ªticas.
Si cede a las presiones que recibir¨¢ para que con su abstenci¨®n permita que gobierne el PP deber¨¢ asumir las consecuencias del titular: "El PSOE permite que gobierne el PP". Es decir, si la pugna pol¨ªtica es entre bipartidismo y vieja pol¨ªtica contra nueva pol¨ªtica y pluralismo ¨¦l tomar¨ªa partido y, adem¨¢s, permitir¨ªa la investidura de quien no considera una persona decente, si es que Rajoy persiste en ser candidato. El precio puede ser muy alto para el PSOE, aunque se ampare en la raz¨®n de Estado y la estabilidad.
El PSOE habr¨ªa hecho con Rajoy lo que el PP no quiso hacer con Susana D¨ªaz en Andaluc¨ªa.
Si no lo hace y el PP no puede formar gobierno, S¨¢nchez puede buscar una mayor¨ªa alternativa. Necesitar¨ªa a Podemos y a otros partidos. Para ello, tendr¨ªa que asumir l¨ªneas rojas program¨¢ticas como el refer¨¦ndum en Catalu?a o la reforma de la Constituci¨®n para, entre otras cosas, cambiar el sistema electoral. En este punto, la gran coartada de S¨¢nchez que, a su vez le ata para pactar, es que el PP tiene mayor¨ªa de bloqueo de esas reformas y, por tanto, puede parar una reforma constitucional que pactara con Podemos. Hay que tener en cuenta que la reforma electoral es reforma de la Constituci¨®n porque es donde se establece la provincia como circunscripci¨®n y el reparto de esca?os, salvo que Ciudadanos y Podemos renunciaran a sus posiciones y aceptaran solo un leve retoque de la ley.
No puede pactarse ninguna reforma de la Constituci¨®n sin el PP, porque el Senado, la C¨¢mara "que no vale para nada" ahora es fundamental.
Si aceptara el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n en Catalu?a, tendr¨ªa un coste en otras comunidades y con barones regionales del partido. Y, adem¨¢s, debe valorar qu¨¦ le supondr¨ªa estar en manos de un partido que como Podemos aspira a quedarse con su electorado y su espectro pol¨ªtico. Se jugar¨ªa la supervivencia futura. Su dilema se completa con el c¨¢lculo sobre unas nuevas elecciones por falta de acuerdo.
Es el que mayor dilema tiene porque si la salida fueran nuevas elecciones corre el riesgo de ser engullido por Podemos.
Podemos
El partido de Pablo Iglesias ya ha expuesto sus l¨ªneas rojas que tienen que ver con la reforma de la Constituci¨®n, el sistema electoral y el refer¨¦ndum en Catalu?a, entre otras. Su dilema es decidir qu¨¦ pide y a qu¨¦ renuncia en una hipot¨¦tica negociaci¨®n con el PSOE.
Esas l¨ªneas rojas no las puede cumplir el PSOE porque no est¨¢ en su mano garantizar la reforma constitucional sin el PP.
Tiene que elegir si se mantiene en la oposici¨®n a la espera de unas nuevas elecciones que le permitan crecer o si aprovecha para intentar poner en marcha algunas de las reformas que propone apoy¨¢ndose en el PSOE. Debe decidir si le beneficia un acuerdo con el PSOE, su gran adversario en ese espectro pol¨ªtico.
Podemos tiene un primer escollo que superar en el Congreso: la creaci¨®n de los cuatro grupos parlamentarios con las candidaturas de Galicia, Catalu?a y Valencia. La Presidencia y Mesa del Congreso que se elijan el 13 de enero en una negociaci¨®n que ser¨¢ muy dif¨ªcil deben decidir si acceden a la creaci¨®n de esos grupos con aplicaci¨®n flexible o r¨ªgida del ambiguo reglamento.
Pactar con el PSOE, adem¨¢s, va necesariamente unido a hacerlo con otros partidos que pueden desdibujar su posici¨®n pol¨ªtica. Por ejemplo, los nacionalistas conservadores.
Surge otra pregunta: si pactara y renunciara para ello a algo de su programa, ?c¨®mo se someter¨ªa al escrutinio revocatorio por incumplimiento de sus promesas que incluye en sus l¨ªneas rojas?
Al partido de Pablo Iglesias lo que mejor le ir¨ªa son unas nuevas elecciones y por eso asume el riesgo de mostrar que pone una condici¨®n que sabe de imposible cumplimiento por el PSOE: la reforma constitucional. Y el de dejar la idea de que su prioridad es el refe¨¦ndum catal¨¢n y no cualquier otro asunto social.
Ciudadanos
El dilema b¨¢sico de Ciudadanos es si rompe alguno de los compromisos que expres¨® en campa?a: no votar la investidura de Rajoy, no pactar con Podemos y no pactar con nacionalistas. Si decide no apoyar a Rajoy ni a otro candidato del PP debe asumir que habr¨¢ elecciones con toda probabilidad por su decisi¨®n.
Si no pacta con Podemos o los nacionalistas tampoco permitir¨ªa que gobernara el PSOE y tambi¨¦n habr¨ªa elecciones. Para cualquiera de esos pactos tendr¨ªa que renunciar a algunas de sus posiciones program¨¢ticas como la reforma constitucional en el sentido que pide.
Por el momento mantiene la abstenci¨®n y que sean otros los que se muevan.
Senado
Todo se complica porque, adem¨¢s, en el Senado el PP s¨ª tiene mayor¨ªa absoluta. El Congreso tiene la ¨²ltima palabra en el tr¨¢mite de las leyes, pero en el Senado pueden ralentizarse iniciativas y complicarle la vida al Gobierno.
Por ejemplo, seg¨²n la Constituci¨®n en el Senado se pueden crear comisiones de investigaci¨®n. Imag¨ªnese un Gobierno de izquierdas en el que el PP pueda crear una comisi¨®n sobre los ERE, por ejemplo, en el Senado. En la C¨¢mara Alta, adem¨¢s, se deciden nombramientos que pueden bloquearse por esas mayor¨ªas.
La mayor¨ªa absoluta en el Senado impide cualquier reforma constitucional.
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