Mensaje de Navidad del rey Felipe VI
"Lo que nos debe importar a todos, ante todo, es Espa?a y el inter¨¦s general de los espa?oles"
Buenas noches,
En esta nochebuena, quiero especialmente desearos junto a la Reina y nuestras hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sof¨ªa, unas muy felices fiestas y todo lo mejor para el a?o nuevo.
La pluralidad pol¨ªtica, expresada en las urnas, aporta sin duda sensibilidades, visiones y perspectivas diferentes
Desear¨ªa tambi¨¦n que la voluntad de entendimiento y el esp¨ªritu fraternal, tan propios de estos d¨ªas, est¨¦n siempre muy presentes entre nosotros, en nuestra convivencia.
Esta noche me dirijo a vosotros desde el Palacio Real, donde la Corona celebra actos de Estado en los que queremos expresar, con la mayor dignidad y solemnidad, la grandeza de Espa?a.
Este Palacio es de todos los espa?oles y es un s¨ªmbolo de nuestra historia que est¨¢ abierto a todos los ciudadanos que desean conocer y comprender mejor nuestro pasado. En sus techos, en sus paredes, cuadros y tapices, en definitiva, en todo su patrimonio, se recogen siglos y siglos de nuestra historia com¨²n.
Y esa historia, sin duda, debemos conocerla y recordarla, porque nos ayuda a entender nuestro presente y orientar nuestro futuro y nos permite tambi¨¦n apreciar mejor nuestros aciertos y nuestros errores; porque la historia, adem¨¢s, define y explica nuestra identidad a lo largo del tiempo.
Creo sinceramente que hoy vivimos tiempos en los que es m¨¢s necesario que nunca reconocernos en todo lo que nos une. Es necesario poner en valor lo que hemos construido juntos a lo largo de los a?os con muchos y grandes sacrificios, tambi¨¦n con generosidad y enorme entrega. Es necesario ensalzar todo lo que somos, lo que nos hace ser y sentirnos espa?oles. En mi discurso de proclamaci¨®n manifest¨¦ que en la Espa?a constitucional caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse espa?ol; de ser y de sentirse parte de una misma comunidad pol¨ªtica y social, de una misma realidad hist¨®rica, actual y de futuro, como la que representa nuestra naci¨®n.
Una gran naci¨®n definida por una cultura que ha traspasado tiempos y fronteras, por las artes y por una literatura universal; enriquecida por nuestra lengua com¨²n, junto a las dem¨¢s lenguas de Espa?a, que tambi¨¦n explican nuestra identidad.
Un pa¨ªs que a lo largo de los siglos han tejido pensadores, cient¨ªficos, creadores, y tantos y tantos hombres y mujeres; y por el que muchos de los cuales han dado su vida por Espa?a.
Y es tambi¨¦n un gran Estado, cuya solidez se basa hoy en unos mismos valores constitucionales que compartimos y en unas reglas comunes de convivencia que nos hemos dado y que nos unen; un Estado que reconoce nuestra diversidad en el autogobierno de nuestras nacionalidades y regiones; y que tiene en el respeto a la voluntad democr¨¢tica de todos los espa?oles, expresada a trav¨¦s de la Ley, el fundamento de nuestra vida en libertad.
Por todo ello, tenemos ¡ªtengo¡ª muchas razones para poder afirmar esta noche que ser y sentirse espa?ol, querer, admirar y respetar a Espa?a, es un sentimiento profundo, una emoci¨®n sincera, y es un orgullo muy leg¨ªtimo.
Con estas razones, y compartiendo estos sentimientos, haremos honor a nuestra historia, de la que hoy somos protagonistas y cuyo gran legado tenemos la responsabilidad de administrar; y fortaleceremos nuestra cohesi¨®n nacional, que es imprescindible para impulsar nuestro progreso pol¨ªtico, c¨ªvico y moral; para impulsar nuestro proyecto com¨²n de convivencia. Porque ahora, lo que nos debe importar a todos, ante todo, es Espa?a y el inter¨¦s general de los espa?oles.
Tras las elecciones generales celebradas el pasado d¨ªa 20, y como siempre despu¨¦s de cada renovaci¨®n del Congreso de los Diputados y el Senado, se inicia el procedimiento establecido en nuestra Constituci¨®n para la gobernaci¨®n de nuestro pa¨ªs.
Espa?a inicia una nueva legislatura que requiere todos los esfuerzos, todas las energ¨ªas, todas las voluntades de nuestras instituciones democr¨¢ticas
En un r¨¦gimen constitucional y democr¨¢tico de Monarqu¨ªa Parlamentaria como el nuestro, las Cortes Generales, como depositarias de la soberan¨ªa nacional, son las titulares del poder de decisi¨®n sobre las cuestiones que conciernen y afectan al conjunto de los espa?oles: son la sede donde, tras el debate y el di¨¢logo entre las fuerzas pol¨ªticas, se deben abordar y decidir los asuntos esenciales de la vida nacional.
La pluralidad pol¨ªtica, expresada en las urnas, aporta sin duda sensibilidades, visiones y perspectivas diferentes; y conlleva una forma de ejercer la pol¨ªtica basada en el di¨¢logo, la concertaci¨®n y el compromiso, con la finalidad de tomar las mejores decisiones que resuelvan los problemas de los ciudadanos.
Espa?a inicia una nueva legislatura que requiere todos los esfuerzos, todas las energ¨ªas, todas las voluntades de nuestras instituciones democr¨¢ticas, para asegurar y consolidar lo conseguido a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas y adecuar nuestro progreso pol¨ªtico a la realidad de la sociedad espa?ola de hoy. Unas instituciones din¨¢micas que caminen siempre al mismo paso del pueblo espa?ol al que sirven y representan; y que sean sensibles con las demandas de rigor, rectitud e integridad que exigen los ciudadanos para la vida p¨²blica.
La Espa?a actual es muy distinta de la Espa?a de los siglos que nos preceden gracias a una aut¨¦ntica y generosa voluntad de entendimiento de todos los espa?oles, a un sincero esp¨ªritu de reconciliaci¨®n y superaci¨®n de nuestras diferencias hist¨®ricas y a un compromiso de las fuerzas pol¨ªticas y sociales con el servicio a todo un pueblo, a los intereses generales de la Naci¨®n, que deben estar siempre por encima de todo. Esta es la gran lecci¨®n de nuestra historia m¨¢s reciente que nunca debemos olvidar.
Como tampoco debemos olvidar que la ruptura de la Ley, la imposici¨®n de una idea o de un proyecto de unos sobre la voluntad de los dem¨¢s espa?oles, solo nos ha conducido en nuestra historia a la decadencia, al empobrecimiento y al aislamiento. Ese es un error de nuestro pasado que no debemos volver a cometer.
Nuestro camino es ya, de manera irrenunciable, el del entendimiento, la convivencia y la concordia en democracia y libertad. Por ello, respetar nuestro orden constitucional es defender la convivencia democr¨¢tica aprobada por todo el pueblo espa?ol; es defender los derechos y libertades de todos los ciudadanos y es tambi¨¦n defender nuestra diversidad cultural y territorial.
Por eso, esta noche quiero reiterar un mensaje de serenidad, de tranquilidad y confianza en la unidad y continuidad de Espa?a; un mensaje de seguridad en la primac¨ªa y defensa de nuestra Constituci¨®n.
Y me gustar¨ªa tambi¨¦n transmitir un mensaje de esperanza en que la reflexi¨®n serena, el contraste sincero y leal de las opiniones, y el respeto tanto a la realidad de nuestra historia, como a la ¨ªntima comunidad de afectos e intereses entre todos los espa?oles, alimenten la vigencia de nuestro mejor esp¨ªritu constitucional.
Ser y sentirse espa?ol, querer, admirar y respetar a Espa?a, es un sentimiento profundo, una emoci¨®n sincera, y es un orgullo muy leg¨ªtimo
Por otro lado, la mejora de la econom¨ªa es una prioridad para todos. Creo que todas las instituciones tenemos un deber con los ciudadanos, las familias y especialmente los m¨¢s j¨®venes, para que puedan recuperar lo que nunca se debe perder: la tranquilidad y la estabilidad con las que afrontar el futuro y la ilusi¨®n por un proyecto de vida hacia el ma?ana. Todos deseamos un crecimiento econ¨®mico sostenido. Un crecimiento que permita seguir creando empleo ¡ªy empleo digno¡ª, que fortalezca los servicios p¨²blicos esenciales, como la sanidad y la educaci¨®n, y que permita reducir las desigualdades, acentuadas por la dureza de la crisis econ¨®mica.
Europa es, sin duda, otra de nuestras grandes realidades, pero tambi¨¦n con grandes desaf¨ªos en su seno. Todos hemos sentido la indignaci¨®n y el horror ante los atentados que han costado la vida a compatriotas nuestros, ante los terribles cr¨ªmenes de Par¨ªs y de otros lugares del mundo, que son aut¨¦nticos ataques a nuestro modelo de convivencia y a los m¨¢s elementales valores humanos. Y todos nos hemos conmovido ante el drama de los refugiados que llegan a nuestras fronteras huyendo de la guerra, o el de los migrantes angustiados y acosados por la pobreza.
Ante estos desaf¨ªos, y otros muchos como el de la lucha contra el cambio clim¨¢tico, es necesario que la voz de Espa?a se haga o¨ªr en la Uni¨®n Europea y en las instituciones internacionales en todo aquello que afecta a nuestras convicciones y a nuestros intereses vitales. Porque el mundo de hoy exige naciones fuertes, responsables, unidas, solidarias y leales a sus compromisos con sus socios y aliados y con el conjunto de la comunidad internacional.
Finalmente, no quiero despedirme esta noche sin deciros, con total convicci¨®n, que a los espa?oles de hoy nos corresponde seguir escribiendo la historia de nuestro tiempo y que vamos a hacerlo como ya hemos demostrado que sabemos: Contando con todos: hombres y mujeres, j¨®venes y mayores, nacidos aqu¨ª o venidos de fuera; empujando todos a la vez, sin que nadie se quede en el camino.
Debemos mirar hacia adelante, porque en el mundo de hoy nadie espera a quien solo mira hacia atr¨¢s. Debemos desterrar los enfrentamientos y los rencores; y sustituir el ego¨ªsmo por la generosidad, el pesimismo por la esperanza, el desamparo por la solidaridad.
Tenemos que seguir caminando con la voluntad de entendimiento y con el esp¨ªritu de uni¨®n
Tengamos fe y creamos en nuestro pa¨ªs. Espa?a tiene una resistencia a la adversidad, una capacidad de superaci¨®n y una fuerza interior mucho mayor de lo que a veces pensamos. La fortaleza de Espa?a est¨¢ en nosotros mismos; est¨¢ en nuestro coraje, en nuestro car¨¢cter y en nuestro talento. Est¨¢ tambi¨¦n, por qu¨¦ no decirlo, en nuestra forma de vivir y de entender la vida.
Los espa?oles nunca nos hemos rendido ante las dificultades, que han sido grandes, y siempre las hemos vencido.
Y sabemos, adem¨¢s, que tenemos que seguir caminando con la voluntad de entendimiento y con el esp¨ªritu de uni¨®n a los que me refer¨ªa al principio. Con di¨¢logo y con compromiso, con sentido del deber y con responsabilidad; sintiendo y viviendo, cada d¨ªa, cada uno de nosotros, ese compromiso ¨¦tico que hace grande a un pueblo; uniendo nuestros corazones, porque hace d¨¦cadas el pueblo espa?ol decidi¨®, de una vez por todas, darse la mano y no la espalda. Hag¨¢moslo con toda la fuerza y la confianza de quienes estamos orgullosos ¡ªcon raz¨®n¡ª de lo que hemos conseguido juntos y, sobre todo, de lo que juntos vamos a conseguir.
Con esa emoci¨®n, con esa confianza en nuestro futuro ¡ª en ese futuro de Espa?a en el que creo¡ª os deseo a todos una muy Feliz Navidad, Eguberri on, Bon Nadal, Boas Festas y un pr¨®spero a?o 2016.
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