Din¨¢sticos y ¡®outsiders¡¯

Desde el 20-D, como era previsible, se han sucedido las apelaciones a un acuerdo entre PP, PSOE y Ciudadanos, calificados como ¡°los tres partidos inequ¨ªvocamente democr¨¢ticos¡±. S¨®lo desde una concepci¨®n estrecha de la democracia puede decirse algo as¨ª. ?Tan cerrado es el r¨¦gimen que solo caben tres? Mucha gente vot¨® contra la involuci¨®n de las instituciones surgidas de la Transici¨®n.

Hay en Espa?a dos tipos de partidos: los din¨¢sticos y los outsiders. Los din¨¢sticos son los que vienen articulando el r¨¦gimen desde que en 1982 culmin¨® la Transici¨®n: el PP y el PSOE, pero tambi¨¦n CDC y el PNV en el Pa¨ªs Vasco. Los dos primeros acaban de recibir un severo castigo electoral, CDC est¨¢ en proceso de metamorfosis en una nueva fuerza pol¨ªtica que le aleje de su turbio pasado, y el PNV es el que mejor resiste. Los partidos outsiders son variados: algunos de larga trayectoria como IU o ERC, otros de irrupci¨®n s¨²bita y de consolidaci¨®n incierta, como es el caso de Podemos, que tuvo la osad¨ªa de romper los esquemas dando voz pol¨ªtica a los movimientos del 15-M, o de Ciudadanos, hurgando en el vac¨ªo dejado por PP y PSOE en el debate catal¨¢n. Decir que s¨®lo tres partidos pueden exhibir un expediente democr¨¢tico es falso y tramposo.

El varapalo al bipartidismo ha sido por la p¨¦rdida constante de calidad democr¨¢tica en el ejercicio del poder. Por supuesto, se ha dado un voto de rechazo a la pol¨ªtica de austeridad del PP, pero muchos han votado contra el deterioro del r¨¦gimen: contra la corrupci¨®n, que en el PP y en algunos sectores vinculados al PSOE ha adquirido car¨¢cter estructural; contra la opacidad de la pol¨ªtica y de los partidos; contra el autoritarismo de las mayor¨ªas absolutas; contra la colonizaci¨®n de las dem¨¢s instituciones y poderes del Estado por el Ejecutivo; contra el desd¨¦n como forma de trato a los ciudadanos. ?Los gobernantes que lucen este expediente merecen estar en la lista de los ¨²nicos partidos genuinamente democr¨¢ticos? D¨®nde dice genuinamente democr¨¢ticos deber¨ªa decir genuinamente defensores de intereses intocables.

Sin duda, hay que buscar acuerdos para formar un Gobierno, pero sin exclusiones previas. Ser¨ªa catastr¨®fico que cundiera la sensaci¨®n de pasteleo entre los partidos din¨¢sticos m¨¢s un outsider inofensivo (Ciudadanos) para conservar el poder y repartirse cargos. Si hay coalici¨®n de Gobierno ha de ser sobre un programa, con un listado de reformas y con calendario de ejecuci¨®n.