El norte arde en invierno

Asturias y Cantabria vivieron en diciembre una fuerte oleada de fuegos, con d¨ªas en los que hubo centenares de focos simult¨¢neos. "Ha sido una situaci¨®n completamente excepcional", afirma el consejero de Presidencia de Asturias, Guillermo Mart¨ªnez, cuyo departamento es responsable de los servicios de extinci¨®n en el Principado. "Solo en el incendio de El Franco resultaron afectadas 3.500 hect¨¢reas, de las que 2.000 se calcinaron", indica. El fuerte viento del sur y la ausencia de lluvias este a?o complicaron a¨²n m¨¢s la situaci¨®n en esta comunidad y en Cantabria.

Pero lo extraordinario ha sido el mes en el que ha ocurrido, no tanto que se produzcan oleadas de incendios durante el invierno. "Todos los a?os se producen entre uno y cuatro episodios intensos", indica Virginia Carracedo, una investigadora especializada en incendios forestales. "En Cantabria duran de media 17 d¨ªas y suponen el 55% de todos los incendios del a?o y acumulan el 70% de la superficie quemada".

Cantabria fue la segunda regi¨®n con m¨¢s hect¨¢reas afectadas por el fuego de Espa?a en 2014, seg¨²n los datos del Ministerio de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente. Asturias fue la primera comunidad en n¨²mero de conatos ¡ªfuegos de menos de una hect¨¢rea¡ª y de incendios en 2014, con 1.556 siniestros.

El noroeste es la zona de Espa?a en la que m¨¢s fuegos se registran cada a?o. Acumula el 42,7% de los siniestros, seg¨²n los datos del ministerio de la d¨¦cada 2001-2010. Adem¨¢s, la estad¨ªstica tambi¨¦n apunta a una concentraci¨®n de los incendios en invierno, principalmente entre febrero y marzo. Respecto a las causas, mientras que en todo el pa¨ªs el 54,7% de los fuegos son intencionados, en el noroeste ese porcentaje crece hasta el 70,2%.

"El problema de fondo es la tolerancia social hacia el fuego. Toda la vida se ha quemado el matorral para preparar el terreno", expone Manuel Fern¨¢ndez, presidente de la Asociaci¨®n de Guardas del Medio Natural del Principado de Asturias. "Pero en ning¨²n caso el fuego se puede considerar una herramienta de manejo", a?ade.

La Uni¨®n de Peque?os Agricultores y Ganaderos (UPA) lament¨® la semana pasada que se est¨¦ "criminalizando injustamente" a su colectivo tras la oleada de incendios, que ellos achacan a la meteorolog¨ªa. "No todos los ganaderos son incendiarios, pero el 90% de los incendios son para pasto para el ganado", apunta por su parte Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa, presidente de la asociaci¨®n de guardas forestales de Cantabria. Garc¨ªa es pesimista sobre la posibilidad de que se acabe atrapando a alg¨²n responsable de estos ¨²ltimos fuegos. "Ning¨²n vecino va a acusar a otro", vaticina.

Cultura del fuego

"Cada tres o cuatro a?os hay quemas. El problema este a?o es que estaba todo muy seco", dice Pablo Junquera, un vecino de Oviedo que ha sufrido las consecuencias: perdi¨® 80 colmenas en uno de estos siniestros, registrado en el pueblo asturiano de El Vall¨ªn. "Hay que cambiar la cultura del fuego y darnos cuenta del da?o que se hace", pide Junquera.

"Se debe impedir el pastoreo en las zonas que se quemen", solicita Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa. "Que se acote durante el tiempo suficiente hasta que se recupere el monte", a?ade este guarda forestal, que sostiene que la legislaci¨®n ya incluye esta cl¨¢usula, "pero se incumple". "Hay que incidir en la concienciaci¨®n", sostiene el consejero asturiano Guillermo Mart¨ªnez. "Nadie saca beneficios de un desastre ecol¨®gico", concluye.