Varios ni?os duermen en tiendas de campa?a frente al CETI de Melilla
Las ONG denuncian que los menores, de nacionalidad siria, tuvieron que abandonar el centro para extranjeros con sus madres porque estas son marroqu¨ªes
Varias mujeres y ni?os pernoctan desde hace semanas frente a las puertas del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Duermen en tiendas de campa?a apuntaladas por pedruscos. Pasan el d¨ªa entre pal¨¦s de madera. Y con vistas a ese campo de golf que qued¨® inmortalizado en una fotograf¨ªa en la que, al fondo, se observaba a una decena de inmigrantes encaramados a la valla que separa la ciudad de Marruecos. "A estos peque?os y sus madres los han expulsado del CETI", subrayan varias ONG, que documentan desde hace semanas c¨®mo estos menores, refugiados de nacionalidad siria, viven a la intemperie y sin la asistencia de las autoridades.
El problema empez¨® cuando las mujeres, casadas con sirios que no han logrado entrar en el enclave espa?ol, tuvieron que abandonar con sus hijos la instalaci¨®n melillense al ser de origen marroqu¨ª ¡ªel CETI no acoge a ciudadanos de este pa¨ªs¡ª, seg¨²n explican los colectivos sociales, que afirman que entre los expulsados se encuentra un ni?o que necesita atenci¨®n m¨¦dica.
"Me fui [de Marruecos] para trabajar y conoc¨ª a mi marido en 2003. ?l muri¨® en 2007. Me qued¨¦ en Alepo. Despu¨¦s estall¨® la guerra". As¨ª comienza la historia de F¨¢tima y su hijo Thaer, de 10 a?os. Ella relata frente a la c¨¢mara su d¨ªa a d¨ªa en el improvisado campamento. Muestra las ollas con las que cocinan, el interior de las tiendas donde pasan la noche y esas mantas con las que intentan combatir el fr¨ªo. "Ambos han solicitado asilo, pero el Gobierno espa?ol se lo ha negado por la nacionalidad de la madre", remacha Jos¨¦ Palaz¨®n, portavoz del colectivo Prodein, que lleva ya casi un mes recogiendo los testimonios de este grupo de personas.
"En los otros casos, los maridos no han accedido a la ciudad por no poder pagar a las mafias parapoliciales marroqu¨ªes la mordida que exigen para acceder a territorio espa?ol", denuncia Palaz¨®n. En septiembre, EL PA?S tambi¨¦n constat¨® c¨®mo se hab¨ªan asentado en la frontera de Melilla con Marruecos varias mafias que se dedicaban a introducir en Espa?a a ni?os sirios. Las familias pagan cerca de 700 euros por cada menor.
Melilla constituye la principal puerta de entrada de sirios en Espa?a. La Delegaci¨®n del Gobierno en la ciudad aut¨®noma calcula que, cada semana, acceden al municipio entre 150 y 200 asilados. Aunque, a su vez, se detect¨® en diciembre que peque?os grupos de refugiados hab¨ªan decidido volver a Marruecos ante la falta de expectativas vitales y laborales que encontraban en la localidad y en la Pen¨ªnsula. Un fen¨®meno nuevo que, seg¨²n el Consejo General de la Abogac¨ªa, evidencia las deficiencias del sistema de acogida espa?ol.
Las ONG han denunciado en reiteradas ocasiones c¨®mo los solicitantes de asilo se quedan durante meses bloqueados en Melilla, sin poder acceder a la Pen¨ªnsula; c¨®mo viven en un saturado CETI, con capacidad para 488 personas y que ha llegado a acoger a m¨¢s de 1.500; y c¨®mo se acumulan los retrasos en las Oficinas de Asilo y Refugio, donde las citas para pedir protecci¨®n internacional se han llegado a dar para dentro de cuatro meses.
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