¡®Carpe diem¡¯, se?or¨ªas
En un Parlamento quiz¨¢ provisional, el d¨ªa transcurri¨® como un momento ¨²nico que deb¨ªa aprovecharse y se llen¨® de todo tipo de escenificaciones
Un tr¨¢mite menor, el primero de la legislatura, fue este mi¨¦rcoles motivo de conflicto: buscar al diputado m¨¢s mayor para ponerle de presidente de la mesa de edad del Congreso y poder as¨ª arrancar la sesi¨®n. Result¨® ser una se?ora del PP, Mar¨ªa Teresa de Lara, pero no quer¨ªa pasar por la m¨¢s vieja. En la ficha de la anterior legislatura se hab¨ªa quitado dos a?os ¡ªo quiz¨¢ fue un lamentable error¡ª y el ministro de Exteriores en funciones, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, se ofreci¨® caballerosamente a simular ser el m¨¢s anciano, que daba el pego. Es sin duda el talante necesario para afrontar las negociaciones que se avecinan. Al final la mujer asumi¨® su edad en la mesa de edad mientras un beb¨¦, el hijo de Carolina Bescansa, se sentaba en un esca?o. Con este caos generacional empez¨® esto.
En d¨ªas as¨ª los periodistas estamos obligados a exagerar el anecdotario, o a inventarlo, de puro aburridos que son, o sol¨ªan ser, y por eso de humanizar a los parlamentarios un d¨ªa al a?o. Pero este mi¨¦rcoles no hizo falta. Hubo m¨¢s numeritos en una ma?ana que en toda la legislatura anterior y se llen¨® aquello de humanidad muy variopinta. En vez del habitual paisaje uniforme de corbatas se ve¨ªa mucho vaquero, camiseta y ropa informal, como si se hubiera colado gente de la calle, que a lo mejor es lo que ha pasado. Visualmente al menos, parec¨ªa factible un acuerdo PP-PSOE porque entre ellos no se percib¨ªan grandes diferencias de vestuario, y son matices m¨¢s importantes de lo que parece; si no te pasa como en Catalu?a, que no pegas aunque te empe?es.
Con lo provisional que puede ser este orden de cosas fue interesante, quiz¨¢ revelador, ver c¨®mo de todos modos hab¨ªa tortas por coger sitio. Ayer no hab¨ªa esca?os asignados y los partidos mandaron madrugar a los pringados a acaparar asientos y hacerse fuertes. Tambi¨¦n con abrigos, como en el cine, porque adem¨¢s bastantes emergentes no se enteraron de que hab¨ªa guardarropa en la C¨¢mara.
Los de Podemos, los m¨¢s atentos a la puesta en escena, consiguieron una buena localidad, visible, para Pablo Iglesias. Con el beb¨¦ al lado, la diputada negra detr¨¢s y la coreograf¨ªa de juramentos les sali¨® un cuadro logrado, aunque a veces tienen un punto cursi. ¡°Porque fueron somos; porque somos ser¨¢n¡±, proclam¨® ??igo Errej¨®n en su acatamiento sin sentir la necesidad de explicarlo, ni los dem¨¢s de que lo explicara. En algunos momentos surg¨ªa la sospecha de que ciertas frases hab¨ªan nacido de una apuesta en el bar con los colegas.
ERC, sin sitio
Al final hubo broncas por los asientos y los independentistas de ERC se quedaron sin sitio en el Parlamento, una de las grandes met¨¢foras de la jornada. La pregunta es si ahora muchos estar¨¢n dispuestos a soltar ese sill¨®n que tanto ha costado conseguir. Se les ve¨ªa a todos muy emocionados, sinceramente contentos. Iglesias incluso llor¨® al salir, abraz¨¢ndose de forma interminable con Juan Carlos Monedero, que hasta le bes¨® la mano, como dos enamorados en una estaci¨®n de tren, aunque era enfrente de una oficina del BBVA. ¡°Por favor, que estamos cortando la carretera¡±, advert¨ªan sus guardaespaldas sin ser conscientes de lo ir¨®nico de sus palabras y de la escena, porque estos mismos chicos rodeaban hace nada el Parlamento.
Los de Equo aparecieron en bici, en plan pandilla de Verano Azul, y los diputados de Comprom¨ªs, con una charanga. ¡°Berlanga vive, la lucha sigue¡±, clamaban. Lo que hubiera disfrutado Berlanga, pero ri¨¦ndose de ellos como de los dem¨¢s. El disfrute de la pasarela, estar sentado en esos sillones tan mullidos, ante el panel de mandos, con ese sueldo, con el bar ah¨ª abajo, puede afectar desde ayer a convicciones m¨¢s profundas, pero tal vez menos tangibles. Se encari?an con el esca?o y vete t¨² a decirles dentro de un mes que vuelta para casa.
Quiz¨¢ ahora hay m¨¢s posibilidades para pactos, por m¨ªnimas que sean, que el d¨ªa antes de que la nueva tropa entrara por la puerta del Parlamento, porque ?de verdad est¨¢n dispuestos a desmontar ahora el circo, y volver a las giras por provincias, con lo bien que lo han pasado el primer d¨ªa? Daba la sensaci¨®n de que el espect¨¢culo solo acaba de empezar, no de que est¨¦ terminando, pero es que a lo mejor ellos tampoco lo saben. Ante lo incierto del futuro y lo ef¨ªmero de la vida, carpe diem, se?or¨ªas, aprovechen el momento.
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