Incomodidad socialista ante un Podemos rupturista

No hab¨ªa semblantes alegres ni gestos de distensi¨®n en la bancada socialista. Sobre todo durante la ¨²ltima media hora de la larga sesi¨®n de constituci¨®n del Congreso. Los 69 diputados que componen el grupo de Podemos, con sus afines de Catalu?a, Galicia y Valencia, desgranaban sus distintas f¨®rmulas para adquirir la condici¨®n de parlamentarios con una variedad verbal y gestual que sum¨ªa, poco a poco, a los electos socialistas en una situaci¨®n de ostensible incomodidad.

No es que algo de lo que dijeran o expresaran los parlamentarios de Podemos escandalizara a los pol¨ªticos socialistas pero s¨ª se antoja dif¨ªcil que otros cojan las banderas que ellos agitan ¡°desde siempre¡±, como se?alaba un veterano diputado. ¡°Parec¨ªa que ayer muri¨® Franco y este pa¨ªs sale de una dictadura y est¨¢ todo por hacer porque nadie ha hecho nada hasta que ellos han llegado¡±. Este comentario de una parlamentaria de nuevo cu?o pero con experiencia municipal, expresado en un corrillo de socialistas, conect¨® con el sentir de sus compa?eros.

Lo acontecido antes de empezar la sesi¨®n no indujo al optimismo. No era una jornada para la palabra, salvo en la f¨®rmula de promesa o juramento, sino de gestos y las declaraciones de intenciones quedaron en la puerta de acceso al hemiciclo. Sobre todas sobresali¨® la cr¨ªtica acerva de Pablo Iglesias hacia Pedro S¨¢nchez.

Le acus¨® de ¡°traicionar y mentir¡± a los electores socialistas por haber pactado ¡°con el PP y Ciudadanos¡±, la presidencia del Congreso en favor del socialista Patxi L¨®pez. Esta es la reacci¨®n de Podemos por la negativa del PSOE a apoyarles en su pretensi¨®n de constituirse en cuatro grupos parlamentarios. ¡°Si alguien ha puesto tierra de por medio para lograr el cambio, ha sido Pedro S¨¢nchez¡±, sentenciaba Iglesias. Tanto se le requiri¨® al pol¨ªtico socialista para que opinara sobre el ¨ªmpetu descalificador del l¨ªder de Podemos que, al final, respondi¨®: ¡°Que diga Pablo Iglesias a sus electores si consentir¨¢ que gobierne Rajoy o apoyar¨¢ el cambio que representa el PSOE¡±.

No hubo respuesta este mi¨¦rcoles de Podemos, que se mostr¨® como el grupo m¨¢s bullicioso de la C¨¢mara, frente al bloque del PP en el que prim¨® el gesto de desaprobaci¨®n ante las heterodoxas f¨®rmulas de acatamiento de la formaci¨®n de Iglesias. Tampoco agradaron al PSOE. ¡°La bancada triste¡±, fue la definici¨®n de un observador al mirar a los socialistas. Su discurso rupturista no les ayuda al acercamiento.