30 asesinos de mujeres bajo la lupa
Una tesis doctoral concluye que la probabilidad de un asesinato machista es 24 veces mayor si han aparecido noticias de violencia de g¨¦nero en los 10 d¨ªas anteriores
Cuando de violencia de g¨¦nero se trata, el asesino no tiene intenci¨®n de hacer da?o a la mujer. Tiene intenci¨®n de matarla. Ese es un elemento contrastado en los 30 casos de asesinatos de mujeres habidos en Catalu?a entre 2006 y 2011 que ha estudiado Isabel Marzabal para elaborar su tesis doctoral (Los feminicidios de pareja: An¨¢lisis de los 30 casos de asesinatos sentenciados por la Audiencia de Barcelona (2006-2011). No hay un com¨²n denominador entre los asesinos, ni en la preparaci¨®n de la muerte de su pareja, ni en el m¨¦todo empleado, si bien la autora del estudio atisba una influencia de las noticias que divulgan los medios de comunicaci¨®n. ¡°La probabilidad de un asesinato es 12 veces m¨¢s elevada si han aparecido noticias de feminicidios en un intervalo de cuatro d¨ªas y 24 veces m¨¢s alta si esas noticias han aparecido en los 10 d¨ªas anteriores¡±.
El estudio de los 30 asesinos (condenados en sentencia firme) revela que, en ninguno de los casos, hay un trastorno mental severo y solo en un 15% de los autores se diagnostic¨® con posterioridad al crimen un trastorno de la personalidad. El 57,1% ten¨ªa estudios primarios, el 38,1% estudios secundarios y el 4,8 % universitarios, as¨ª que la educaci¨®n tampoco es un elemento esencial para dibujar un perfil est¨¢ndar de un asesino de g¨¦nero. Es un hombre que vive con la obsesi¨®n de la mujer en la mente, en general casos que no se detectan antes. De hecho, tiene poco aprecio a su vida, la mayor¨ªa se entrega y alrededor de un 30% se suicida. Estos son los casos m¨¢s alarmistas, el de alguien que decide ¡°matar y matarme¡±, el que puede producir un da?o extremo.
Isabel Marz¨¢bal es licenciada en Derecho y ha trabajado durante a?os como secretaria judicial en Barcelona. Vio pasar casos de maltratos, homicidios y asesinatos por su juzgado, ha trabajado tambi¨¦n en juzgados de vigilancia penitenciaria, y decidi¨® hacer una investigaci¨®n que no se hab¨ªa hecho antes. ¡°Me llamaba la atenci¨®n si en la figura del asesino hab¨ªa elementos comunes, relativos a las personas o a los hechos¡±. Marzabal descart¨® para su estudio los casos que fueron sentenciados como homicidios y todos aquellos en los que el agresor termin¨® suicid¨¢ndose. Marzabal pudo estudiar las sentencias y los perfiles de los asesinos, adem¨¢s de su situaci¨®n penitenciaria. Pudo incluso acudir a alg¨²n juicio, pero no pudo entrevistarse con ninguno de ellos. Uno de los detalles que le llam¨® la atenci¨®n fue el hecho de que la familia del agresor no siempre rompe totalmente su vinculaci¨®n afectiva con ¨¦l.
Paralelamente, analiz¨® las informaciones que ofrecieron los medios de comunicaci¨®n sobre esos 30 casos, a trav¨¦s de los archivos de los diarios EL PA?S y La Vanguardia y del canal de televisi¨®n Tele 5. E hizo algo m¨¢s, analiz¨® todas las noticias de agresiones o muertes de mujeres que se divulgaron con anterioridad a cada uno de los casos analizados; estableci¨® dos baremos, las noticias de muertes de mujeres desde cuatro d¨ªas antes al asesinato y desde diez d¨ªas antes para determinar si hubo alg¨²n efecto imitaci¨®n. La conclusi¨®n a la que llega Marzabal es que s¨ª se aprecia una imitaci¨®n y un refuerzo de la idea de matar que ronda en la mente del asesino. Marzabal concluye que ¡°hay similitud en las conductas de los agresores¡± y que ¡°muchos asesinatos contiguos en el tiempo o en el lugar suelen tener similares caracter¨ªsticas en su desarrollo¡±. Su conclusi¨®n va m¨¢s lejos cuando a?ade: ¡°Hay elementos en el tratamiento period¨ªstico que pueden estar ayudando al asesino a considerar que el objetivo cumplido por un homicida anterior coincide con el suyo y, al mismo tiempo, pueden estar provocando que individuos con ¡°tensi¨®n conductual alta¡± realicen la misma conducta en cuanto tienen conocimiento que otros la han puesto en pr¨¢ctica¡±. ?Las informaciones producen un efecto imitaci¨®n o un refuerzo de la idea de matar? ¡°No son excluyentes¡±, responde la autora.
En el 92,1 % de las informaciones sobre asesinatos de g¨¦nero, nunca se cita las condenas que sufren los agresores
Marzabal descubre que, en el 92,1% de las informaciones sobre asesinatos de g¨¦nero, nunca se cita las condenas que sufren los agresores. Y ese es un dato que deber¨ªa considerarse. ¡°Por regla general, las informaciones abundan en datos de la v¨ªctima, incluso divulgan una foto suya, casi nunca del asesino. A veces se recrean en aspectos morbosos del crimen, aspectos todos ellos que terminan infundiendo miedo en las mujeres. Y, nunca o casi nunca¡±, concluye, ¡°se citan las consecuencias¡±. Marzabal recomienda ofrecer el tel¨¦fono de asistencia a maltratadas en este tipo de informaciones y anima a que se divulguen las sentencias. Respecto a las condenas, un reciente estudio del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se?ala que las penas han ido en aumento: la media ha subido a 18 a?os y tres meses cuando en el estudio anterior (de 2012), el promedio de las condenas estaba en los 17 a?os. Sobre este punto, se aprecia en diversos estudios c¨®mo los jueces son cada vez m¨¢s severos con la violencia de g¨¦nero.
C¨®mo progresa la idea de matar a la pareja en la mente del asesino en un asunto por estudiar, que har¨ªa necesario algo as¨ª como un estudio forense de los casos. ¡°Habr¨ªa que remontarse muy atr¨¢s, estudiar la conducta del asesino con mucha anterioridad, a veces se pueden tener algunas se?ales en las visitas que hace la pareja al m¨¦dico¡±, apunta Antonio Andr¨¦s Pueyo, crimin¨®logo, psic¨®logo forense y director de la tesis. Pueyo asegura que las estad¨ªsticas de Sanidad son m¨¢s fiables que las de Interior a la hora de calibrar los casos de maltrato de mujeres, e incluso los de asesinatos. ¡°La Guardia Civil ha hecho alg¨²n intento de hacer un an¨¢lisis forense, pero en realidad la investigaci¨®n se limita a la instrucci¨®n del caso, que acaba con la detenci¨®n y la condena del agresor¡±, se?ala Marzabal.
Suprimir la atenuante de la confesi¨®n
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) realiza peri¨®dicamente estudios sobre las sentencias de homicidio y asesinato en los casos de violencia de g¨¦nero. El primero data de 2008 y el m¨¢s reciente es del 2014 (el s¨¦ptimo) y analiza 50 sentencias del a?o 2011 en Espa?a, de las 44 se pueden calificar como de violencia de g¨¦nero y 6 de violencia dom¨¦stica. En esos 44 casos, el 93 % de las sentencias son condenatorias.
El estudio del CGPJ concluye que el 60 % de los agresores son espa?oles y que el 44,7 %, casi la mitad, tienen entre 46 y 65 a?os. En ninguno de los casos estudiados hay presencia de drogas y alcohol y los expertos del CGPJ concluyen que habr¨ªa que reconsiderar ¡°la circunstancia atenuante de la confesi¨®n, nacida con la finalidad de otorgar un tratamiento m¨¢s favorable¡±. Los expertos opinan que habr¨ªa que abordar ¡°el estudio de su supresi¨®n o reconsideraci¨®n en delitos con resultado de muerte¡±. Seg¨²n los datos de este estudio, el 34 % de los agresores se entregan voluntariamente, el 27 % intentan suicidarse y solo un 18 % niegan los hechos en un primer momento.
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