Presi¨®n redoblada al PSOE

Dos movimientos pol¨ªticos han cambiado las coordenadas de las negociaciones. El primero es la oferta de Pablo Iglesias de integrarse en un Gobierno de coalici¨®n, junto con IU-Unidad Popular, presidido por el PSOE. Esto ha roto los c¨¢lculos iniciales, ya que Podemos declar¨® que jam¨¢s entrar¨ªa en un Ejecutivo que no presidiera. La expectativa era que, de haberlo, esta legislatura tendr¨ªa un Gobierno en minor¨ªa monocolor. Un Gobierno con la mayor¨ªa parlamentaria m¨¢s minoritaria que jam¨¢s ha habido en el Congreso.

La oferta de Iglesias, que sorprende por concreta y por no haberse hablado con sus posibles socios, cambia el plano de la discusi¨®n. Si la oferta es sincera, introduce la discusi¨®n sobre carteras, sobre cargos, y no lo restringe al plano de las concesiones program¨¢ticas. Esta f¨®rmula ensanchar¨ªa la base de apoyo parlamentario del Gobierno, si bien las coaliciones que no alcanzan la mayor¨ªa absoluta suelen ser la forma de Gobierno menos duradera.

Si, por el contrario, esta propuesta solo busca r¨¦dito pol¨ªtico, es exitosa al incrementar los costes de la negociaci¨®n. La alternancia s¨®lo ser¨ªa posible con esta f¨®rmula de coalici¨®n, algo que, tanto si accede como si no, causar¨¢ m¨¢s fricciones internas dentro del PSOE. Adem¨¢s, de no haber acuerdo, habr¨ªa dado la excusa perfecta para culpar a los socialistas de no haber querido un tripartito de izquierdas, algo clave de cara a unas nuevas elecciones.

El segundo gran movimiento pol¨ªtico ha sido la decisi¨®n de Mariano Rajoy de declinar el encargo del Rey para presentarse a la investidura. Esta decisi¨®n ha sido inesperada al cambiar su toma de posici¨®n en apenas 24 horas y quebrar con su principio de ¡°que se presente el candidato de la fuerza m¨¢s votada¡±. Tras su aparente pasividad para buscar apoyos parlamentarios, la decisi¨®n de declinar por parte de Rajoy es una retirada t¨¢ctica.

Al no presentarse a la investidura, el hasta ahora candidato popular se ahorra el mal trago de que se visibilice su soledad en el Congreso y se cohesione la oposici¨®n. Ahora la presi¨®n la tiene Pedro S¨¢nchez, que anunci¨® que tomar¨ªa el testigo tan pronto fracasara Rajoy, precipitando todos los acontecimientos. De sumar los apoyos necesarios, le corresponder¨¢ recoger el testigo para intentar ser presidente. De no ser as¨ª, el Rey podr¨ªa dar de nuevo el mandato a Mariano Rajoy para activar el reloj de dos meses hacia las nuevas elecciones.