El Rey no propuso de nuevo a Rajoy para mantener la neutralidad

Felipe VI no ofreci¨® por segunda vez a Mariano Rajoy la posibilidad de ir a la investidura porque carec¨ªa de votos y hab¨ªa otro candidato dispuesto a intentarlo. En esa situaci¨®n, un nuevo ofrecimiento a Rajoy habr¨ªa mantenido el bloqueo institucional, que ¡°no era lo que el pa¨ªs necesita¡±, seg¨²n fuentes de La Zarzuela. Adem¨¢s, una nueva oportunidad a un candidato sin apoyos frente a otro con posibilidades, habr¨ªa alejado al Rey de la neutralidad marcada por la Constituci¨®n.

La tarde del martes, el Rey abri¨® una brecha en el encapotado panorama pol¨ªtico espa?ol, que permanec¨ªa atascado institucionalmente desde el 22 de enero. Mariano Rajoy declin¨® aquella tarde el ofrecimiento del jefe del Estado para que se sometiera a la investidura como candidato del partido m¨¢s votado. Como consecuencia, el proceso que marca el art¨ªculo 99 de la Constituci¨®n hacia el debate de investidura en el Congreso de los Diputados y la posterior formaci¨®n de Gobierno se bloque¨® a la espera de que el candidato del PP buscara apoyos para intentarlo.

La renuncia t¨¢ctica de Rajoy para ganar tiempo (no ¡°de momento¡±) y situar la presi¨®n sobre el PSOE devolvi¨® el proceso a la casilla de salida. El Rey tuvo que iniciar una segunda ronda de consultas en la que las posiciones apenas se movieron. En la primera ronda, Rajoy hab¨ªa manifestado su determinaci¨®n a presentarse a la investidura, y dado que no se hab¨ªa planteado ninguna alternativa, el Rey se lo hab¨ªa propuesto por ser el candidato del partido que m¨¢s esca?os hab¨ªa obtenido el 20 de diciembre. Era el ¡°orden natural¡± del que Felipe VI habl¨® a algunos de los representantes recibidos en La Zarzuela.

Durante la ¨²ltima semana de enero, en plena segunda ronda de contactos, el PP dibuj¨® un panorama sombr¨ªo respecto a sus posibilidades, descargando responsabilidades sobre el PSOE por negarse a cualquier colaboraci¨®n que mantuviera a Rajoy en La Moncloa. Incluso hubo mensajes m¨¢s o menos subliminales hacia el Rey para que se saltara el ¡°orden natural¡± y ofreciera la oportunidad directamente a Pedro S¨¢nchez porque Felipe VI sab¨ªa que Rajoy no reunir¨ªa los votos necesarios. Ni con los 123 parlamentarios propios ni con otros a?adidos, como las 40 abstenciones de Ciudadanos.

Todo como al principio

La postura del PP, a tenor de unos resultados electorales sin mayor¨ªas claras, era intentar un complejo pacto con el PSOE y Ciudadanos. La del PSOE, esperar a que Rajoy apurara su turno. En la recta final de la segunda ronda, el PP estaba como al principio: no ten¨ªa los apoyos que requer¨ªa. Sin embargo, hab¨ªa una novedad: el candidato del PSOE, Pedro S¨¢nchez, ya se mostraba abiertamente dispuesto a intentar formar gobierno si Rajoy renunciaba ¡°a su obligaci¨®n¡± y el Rey se lo propon¨ªa.

Frente a la falta de perspectivas que transmit¨ªan las declaraciones del PP, el Rey ten¨ªa la determinaci¨®n de S¨¢nchez. El l¨ªder socialista, sometido a todo tipo de presiones en su partido, se ofrec¨ªa a tratar de armar una mayor¨ªa parlamentaria plagada de dificultades con Ciudadanos, Podemos y el resto de fuerzas. La opci¨®n de S¨¢nchez tampoco era una garant¨ªa para que el proceso culminara con ¨¦xito. Pero pod¨ªa romper el bloqueo institucional al que hab¨ªa llevado la inhibici¨®n estrat¨¦gica de Rajoy.

Ante esa situaci¨®n, una de las probabilidades del jefe del Estado era no proponer a nadie y conceder m¨¢s tiempo a los partidos para que intentaran llegar a acuerdos. O volver a ofrecer un nuevo intento a Rajoy por el resultado de las urnas. Pero en ambos casos, seg¨²n fuentes de La Zarzuela, con un candidato que hab¨ªa manifestado su intenci¨®n de intentarlo si el otro no asum¨ªa el compromiso, el Rey hubiese traspasado la neutralidad que le marca el art¨ªculo 99 de la Constituci¨®n. Hubiese parecido que estaba optando por una estrategia determinada, concediendo a un PP sin posibilidades una segunda oportunidad pese a tener un ofrecimiento con perspectivas de viabilidad, aunque dudosas.

El Rey estaba ante un partido que hab¨ªa sido el m¨¢s votado, pero que no hab¨ªa podido establecer alianzas para poder formar gobierno, y otro, situado en la intersecci¨®n de cualquier pacto posible entre la derecha o la izquierda, dispuesto a asumir el reto. Esas mismas fuentes subrayan que proponiendo a S¨¢nchez el Rey se ajust¨® a su funci¨®n constitucional, ¡°desbloqueando un proceso que estaba atascado¡± para que siga su curso en el Congreso de los Diputados. ¡°Ha habido un cumplimiento estricto del art¨ªculo 99 de la Constituci¨®n. El Rey no decide, solo propone un candidato y facilita que el proceso contin¨²e¡±, destacan.