Solo los n¨¢ufragos eligen puerto
Pocas mujeres en Espa?a dimiten m¨¢s y mejor que Esperanza Aguirre
Pocas mujeres en Espa?a dimiten m¨¢s y mejor que Esperanza Aguirre. Nadie consigue lo que ella en cuanto a puesta en escena: convocatoria rel¨¢mpago, secretismo absoluto y a la hora del cocido. As¨ª se hacen las cosas en la pol¨ªtica pop. Uno de sus colaboradores m¨¢s cercanos la recuerda dictando decisiones descomunales en sus d¨ªas libres, sentada al borde de una piscina y con los pies chapoteando en el agua. Ordenando cambios de Gobierno sujetando una lista de nombres colocados en orden seg¨²n su grado de discreci¨®n para evitar filtraciones. Deambulando por el despacho de la Comunidad con aire grave mientras pronuncia expresiones que se cre¨ªan desterradas del castellano ante lo que consideraba la traici¨®n de un amigo o algo peor: el amor de un enemigo.
En ese contexto se entiende la rueda de prensa de este domingo, elaborada a su imagen y semejanza: una despedida con zarpazo que ni siquiera es tal, ni la despedida ni el zarpazo. Contin¨²a siendo la jefa de la oposici¨®n a Carmena, y recogi¨® las u?as cuando tuvo a tiro el cuello de Rajoy, al que prefiri¨® dejarle la marca antes que desangrarlo en su propia casa. Salvo sus razones, el resto de su intervenci¨®n no la escribi¨® para ella sino para el presidente. Que la leyese Esperanza Aguirre antes se debi¨® a que conf¨ªa m¨¢s en su discreci¨®n que en la de Rajoy, por eso se puso ella delante en la lista.
Todo, todo ese discurso que por ratos abr¨ªa teatralmente las carnes (¡°la corrupci¨®n nos est¨¢ matando¡±) parec¨ªa estar pronunci¨¢ndolo mientras impostaba la voz del presidente del Gobierno. Solo hay que fijarse en c¨®mo abr¨ªa de vez en cuando los ojos en se?al de estupor y las ganas que ten¨ªa, en el fondo, de fumar un puro y pedir el Marca cuando pronunci¨® una frase estrat¨¦gicamente llena de eses: ¡°Este no es el tiempo de los personalismos, sino de los sacrificios y las cesiones¡±. Un asesor la detuvo en medio del pasillo cuando se dirig¨ªa a la sala de prensa con una barba postiza. Todo un aviso para navegantes si hubiese agua debajo de Rajoy. Un remedo, en realidad, de aquello de Jacinto Benavente: ¡°Solo los n¨¢ufragos eligen puerto¡±. Si no se ahogan antes.
No se va, porque mujeres as¨ª no se van nunca, pero hay que reconocerle pasi¨®n en sus dimisiones. Ha terminado tan rodeada de corrupci¨®n que la ¨²nica salida que empezaba a quedarle era decir que a s¨ª misma no se conoc¨ªa de nada y que si hab¨ªa ido a su propia boda fue porque no le quedaba m¨¢s remedio. Su anuncio es m¨¢s ruidoso que efectivo (le quedaba poco tiempo) , pero la coloca de nuevo en el pret a porter de la dimisi¨®n preventiva. Con la c¨²pula financiera de G¨¦nova acusada de organizaci¨®n criminal, y las costuras del PP de Madrid a punto de reventar en mil pedazos (hay que reconocerle resistencia), Aguirre ha encontrado el momento adecuado para marcharse y concentrarse en una misi¨®n m¨¢s peliaguda: la desarticulaci¨®n municipal de titiriteros y Reyes Magos.
Lo hizo con una raz¨®n humana, la corrupci¨®n, que podr¨ªa resumirse as¨ª: ¡°Empiezo a recordar de qu¨¦ me suena Francisco Granados¡±.
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