Gestantes de tres meses abortan solas en el hospital de A Coru?a

"Abort¨¦ sola en el cuarto de ba?o de una habitaci¨®n del hospital p¨²blico de A Coru?a hace dos a?os. Estaba de cinco meses, tras someterme a un tratamiento de fertilidad, y mi beb¨¦ ten¨ªa malformaciones¡±. Mar¨ªa (nombre ficticio de una coru?esa de 40 a?os), rompe a llorar al otro lado del tel¨¦fono al recordar el calvario que pas¨® para expulsar, sin asistencia sanitaria y sin epidural, el feto que tanto trabajo le hab¨ªa costado concebir. Dos a?os despu¨¦s, la plataforma por el derecho al aborto convoca una concentraci¨®n para este jueves en el hospital coru?¨¦s para denunciar el mismo trato, ¡°que incumple todos los protocolos internacionales¡±, a las mujeres que acuden a someterse a una interrupci¨®n del embarazo a partir del segundo trimestre de gestaci¨®n.

Mar¨ªa, ahora embarazada de nuevo, ingres¨® en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coru?a un lunes sobre las 10 de la ma?ana con todo el papeleo cubierto. "Hasta despu¨¦s de las 11 de la noche, una vez que consegu¨ª expulsar el feto, no me visit¨® la ginec¨®loga¡±, asegura. Abort¨® sola en el v¨¢ter, tras introducirse ella misma en la vagina, cada dos horas, los comprimidos para la inducci¨®n del parto.

Cuando lleg¨® a la habitaci¨®n, la visitaron la enfermera de planta y una auxiliar que le dieron los comprimidos con las explicaciones pertinentes. Le informaron de que ten¨ªa que humedecerlos antes, pero seg¨²n cuenta Mar¨ªa, no lo comprendi¨® del todo bien. "Durante casi 12 horas no consegu¨ª romper aguas. Pasado el tiempo, y con el dolor en aumento, llam¨¦ al timbre para preguntarles por qu¨¦ estaba tardando tanto y me dijeron que lo estaba haciendo mal; que ten¨ªa que humedecerlos hasta pr¨¢cticamente deshacerlos. Me sent¨ª una in¨²til¡±, recuerda.

Dos a?os despu¨¦s, las embarazadas de m¨¢s de 14 semanas de gestaci¨®n que acuden a abortar al Complejo Hospitalario Universitario de A Coru?a en los supuestos recogidos en la ley, siguen pasando por lo mismo que ella, seg¨²n denuncia la Plataforma gallega en defensa del aborto.

Tanto este colectivo como el Centro de Planificaci¨®n Familiar de A Coru?a aseguran que el hospital aboca a las mujeres a abortar solas en su cama o en el v¨¢ter de la habitaci¨®n y sin anestesia. ¡°Es un horror, una situaci¨®n de violencia intolerable¡±, sostiene la diputada auton¨®mica del PSOE y t¨¦cnico del Centro Municipal de Planificaci¨®n Familiar de A Coru?a Mari¨¢n Ferreiro. Asegura que algunas deben afrontar el trago de recoger ellas mismas los fetos muertos de entre sus piernas.

La Conseller¨ªa de Sanidade de la Xunta ha eludido hasta el momento dar su versi¨®n, pero fuentes hospitalarias han afirmado a EL PA?S que las mujeres son ingresadas en la planta de ginecolog¨ªa "en una habitaci¨®n individual para garantizar su intimidad" y aseguran que tienen a su servicio las 24 horas del d¨ªa al personal sanitario. "Cumplimos el procedimiento normal", zanja la direcci¨®n del hospital.

En el caso de Mar¨ªa no fue as¨ª. La ginec¨®loga la atendi¨® por primera una vez cuando consigui¨®, por fin, expulsar al feto. La enfermera y la auxiliar acudieron entonces a limpiarla ¡°y se fueron las tres¡±.

Mar¨ªa iba advertida de que pasar¨ªa un trago amargo, pero sostiene que jam¨¢s pens¨® que lo fuera de tal calibre. "Me sent¨ª vejada". Cuando sali¨® del hospital intent¨® denunciar lo ocurrido, aunque, tal y como explica, le faltaron fuerzas: acab¨® asistiendo a terapia psicol¨®gica en el centro municipal de planificaci¨®n. Por eso cuenta su caso ahora. ¡°Quiero sacarme esta espina porque no pude en su momento¡±, explica.

Las mujeres que acuden ahora al hospital de A Coru?a con una gestaci¨®n superior a las 14 semanas se encuentran con dos opciones para interrumpir el embarazo; y que se incluye en los supuestos contemplados por la ley en vigor (malformaciones fetales incompatibles con la vida o problemas de salud para la madre). Pueden elegir entre someterse al aborto sin apoyo sanitario en el hospital p¨²blico o acudir a una cl¨ªnica privada-concertada en Madrid ¡ªopci¨®n que no tuvo Mar¨ªa¡ª. ¡°No todas est¨¢n en disposici¨®n de realizar ese traslado solas¡±, sostiene Ferreiro. ¡°No son muchas las que abortan aqu¨ª, pero ser¨ªa igualmente un esc¨¢ndalo aunque fuese una sola la que lo hiciese en estas condiciones¡±, puntualiza la profesional.

La situaci¨®n se mantiene pese a las denuncias reiteradas de asociaciones feministas y de la Plataforma en defensa del derecho al aborto que sostiene que, el pasado julio, remiti¨® un escrito a la Gerencia y a las directoras m¨¦dica y de enfermer¨ªa del centro hospitalario describiendo el incumplimiento de los protocolos internacionales sobre derechos sexuales y reproductivos ¡ªen los que se especifica que la mujer que aborta debe ser atendida en todo momento por profesionales de ginecolog¨ªa, m¨¦dico o matrona, y que deben tener un aborto asistido en un paritorio y no en la habitaci¨®n de ingreso¡ª.

Por su parte, las trabajadoras del centro de planificaci¨®n familiar aseguran que llevan ya bastante tiempo denunci¨¢ndolo y celebrando reuniones con la direcci¨®n del hospital. ¡°Siempre nos dicen que va a cambiar todo, pero nunca cambia¡±, lamentan.