Viaje al epicentro de la P¨²nica
Torrej¨®n de Velasco simboliza mejor que ning¨²n otro municipio la trama de corrupci¨®n que tejieron Granados y Marjaliza
El deporte oficial de Torrej¨®n de Velasco es el p¨¢del. Y no porque se practique, que no se practica, sino porque el antiguo alcalde del PP, Gonzalo Cubas, imputado en ocho delitos, prolong¨® 15 a?os un contrato de servicio l¨²dico con una empresa vinculada a la trama P¨²nica que ha desaparecido igual que est¨¢n desapareciendo las rayas de las pistas.
No han llegado a inaugurarse. Las custodia un candado que har¨ªa sudar el ingenio del Gran Houdini y que neutraliza el acceso al templo de la raqueta recortada. Las redes cuelgan como telas de ara?a y algunas cristaleras se han resquebrajado, m¨¢s o menos como si esta aberraci¨®n perif¨¦rica de cemento y hierba artificial simbolizara el dispendio de la trama P¨²nica en el pueblo m¨¢s p¨²nico de la comunidad madrile?a.
Ya se ocup¨® Francisco Granados, entonces consejero de Justicia e Interior, de otorgarle los honores inaugurando el centro de mayores en 2010. Una placa recordaba el momento, igual que en la c¨¢rcel de Estremera, donde ahora amanece y anochece el delf¨ªn favorito de Esperanza Aguirre, pero ha sido retirada por aseo institucional, dejando el rastro de los tornillos como expresi¨®n de un municipio en bancarrota.
Recuerda Silvia Bonilla, concejal del PSOE, que Torrej¨®n debe 12 millones. Y que a cada uno de los 4.177 vecinos le corresponden 2.800 euros de la deuda, sin derecho a jugar al p¨¢del ni a a?orar los a?os de gloria, cuando Melendi, Bert¨ªn Osborne o Marta S¨¢nchez amenizaban las fiestas patronales en la plaza Mayor.
El Ayuntamiento los contrataba a trav¨¦s de Waiter Music, una empresa del entramado p¨²nico que abastec¨ªa el hedonismo de los municipios del PP, bien inflando los presupuestos, bien predisponiendo el traj¨ªn de las comisiones o bien amortiguando en las arcas p¨²blicas los acontecimientos l¨²dicos que los populares organizaban para s¨ª mismos.
Ha ocurrido en Aranjuez, en Alcorc¨®n, en San Sebasti¨¢n de los Reyes, pero Torrej¨®n de Velasco representa el aleph de la P¨²nica porque Gonzalo Cubas es cu?ado de David Marjaliza, cerebro inductor de la trama, y porque el pueblo en cuesti¨®n fue pionero en contratar los servicios de Cofely, sobrenombre de una empresa ya mitol¨®gica en el imaginario popular que lograba adjudicarse siempre los grandes contratos de infraestructura y alumbrado. Y no por cualificaci¨®n, sino porque los pliegos se redactaban a su medida. Y a la medida de las correspondientes gratificaciones pol¨ªticas.
No iba a ser la excepci¨®n Torrej¨®n de Velasco. Ni por la cantidad desembolsada, 4,5 millones. Ni por la duraci¨®n del contrato, 15 a?os. Ni por la promesa de la eficiencia energ¨¦tica. "Tanta eficiencia", sostiene Silvia Bonilla, "que no se ve tres en un burro de noche. Aqu¨ª se ha cambiado el alumbrado para que veamos menos", apostilla la concejal socialista.
Est¨¢ en minor¨ªa la autora involuntaria de la met¨¢fora. La imputaci¨®n enciclop¨¦dica de Gonzalo Cubas en 2014 ¡ªorganizaci¨®n criminal, prevaricaci¨®n, malversaci¨®n, cohecho, fraude, falsificaci¨®n...¡ª no ha impedido al PP ganar por mayor¨ªa absoluta el pasado mes de mayo.
Las razones las explica en la calle ?ngel, un jubilado envalentonado que no teme la omert¨¤ de sus vecinos. "Aqu¨ª lo que ha pasado es que ha trascendido fuera del pueblo lo que todos sab¨ªamos que pasaba dentro. Se hac¨ªan las cosas de manera caciquil. Siempre se han hecho as¨ª. Se vota al alcalde por v¨ªnculos familiares y por estar a bien con quien reparte el dinero. Me da verg¨¹enza todo esto, pero ten¨ªa que saberse".
Agonizante anacronismo
Se preocup¨® de demostrarlo la C¨¢mara de Cuentas en un informe que retrata el pueblo como un se?or¨ªo feudal. Y no por el maltrecho castillo medieval que agoniza como un anacronismo en el centro de la villa, sino por la arbitrariedad de la gesti¨®n en presupuestos, personal, tesorer¨ªa, subvenciones, tributaci¨®n, contrataci¨®n y regulaci¨®n del suelo p¨²blico.
Eran las condiciones id¨®neas en que pod¨ªan prosperar nueve de las empresas vinculadas a la trama P¨²nica. Una de ellas construy¨® el teatro Pl¨¢cido Domingo. Y otra, o sea, Cofely, se ocup¨® de arreglar los desmanes de la obra. Empezando por las goteras que deslucen la fachada.
Y quien dice obra dice Obrum, denominaci¨®n latina de la empresa de Marjaliza que materializ¨® el colegi¨® Cat¨®n. Reun¨ªa todos los requisitos. Es decir, la mediaci¨®n pol¨ªtica de Granados para levantar un centro privado subvencionado con dinero p¨²blico y la complicidad de su cu?ado, el alcalde, para construirlo, as¨ª es que la coreograf¨ªa de la corrupci¨®n evocaba la l¨ªrica de un partido de p¨¢del ama?ado en una pista que nunca lleg¨® a inaugurarse.
Y el esc¨¢ndalo contin¨²a
La imputaci¨®n del exalcalde de Torrej¨®n, Gonzalo Cubas, no ha detenido el rastro del esc¨¢ndalo, sobre todo porque la Guardia Civil y el juez Velasco investigan ahora la implicaci¨®n de su sucesor en el cargo, Esteban Bravo. Y no por fechor¨ªas actuales, sino por las que pudo haber cometido cuando era concejal y concedi¨® un trato de favor a la empresa de servicios Cofely.
Tal como informaba la cadena SER, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil dispone de documentaci¨®n suficiente para demostrar que el s¨²per contrato de Cofely en infraestructura el¨¦ctrica, cercano a los 5 millones de euros, pudo haberse adjudicado de manera fraudulenta.
La empresa francesa, seg¨²n las investigaciones, estableci¨® las condiciones, y no al rev¨¦s, insistiendo en un modelo repetido en muchos otros municipios del PP. La guardia civil investiga a Bravo por delitos de fraude, infidelidad en la custodia de documentos, prevaricaci¨®n y malversaci¨®n de caudales p¨²blicos.
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