Investidura fallida
La autora asegura que la und¨¦cima semana tras las elecciones comienza con la certeza de que socialistas y riveristas consumar¨¢n la primera investidura fallida de la democracia
Esta ma?ana habr¨¢n transcurrido exactamente 71 d¨ªas desde que los espa?oles se pronunciaron en las urnas el pasado 20 de diciembre. Los resultados son de sobra conocidos y su lectura tampoco ha ofrecido ninguna duda desde el primer momento. El mismo 21 de diciembre, en su discurso ante el comit¨¦ ejecutivo del Partido Popular, Mariano Rajoy ya expuso de forma clara que la gobernabilidad del pa¨ªs pasa inexorablemente por una gran coalici¨®n entre el PP, el PSOE y Ciudadanos que ¨¦l mismo presidir¨ªa como candidato m¨¢s votado o por un acuerdo entre los socialistas y Podemos con el apoyo de los independentistas.
Tras las vicisitudes de todos sabidas, Pedro S¨¢nchez se cre¨® su propia realidad llev¨¢ndole la contraria a la testaruda l¨®gica de los n¨²meros y la semana pasada puso en escena junto a Albert Rivera un pacto fallido que tan solo alcanza 130 votos, lejos de los 176 que suponen la mayor¨ªa absoluta del Congreso. As¨ª las cosas, la und¨¦cima semana tras las elecciones comienza con la certeza de que socialistas y riveristas consumar¨¢n la primera investidura fallida de la democracia. Esto es, que este lunes, 11 semanas despu¨¦s, volveremos al punto de partida, al 21 de diciembre.
No puedo negar que en todo este tiempo han sucedido muchas cosas que nunca hubi¨¦ramos imaginado. Innumerables peripecias con el Congreso como escenario de una nueva etapa pol¨ªtica marcada tanto por la sobreactuaci¨®n como por la sequ¨ªa de resultados. Pocas veces tantas reuniones seguidas de otras tantas ruedas de prensa fueron tan est¨¦riles.
Esta sucesi¨®n de dimes y diretes m¨¢s propios de una comedia de enredo podr¨ªan interpretarse de una forma jocosa si no fuese porque lo que est¨¢ en juego es el futuro de los espa?oles, la estabilidad pol¨ªtica, la continuidad de la recuperaci¨®n econ¨®mica, es decir, la creaci¨®n de cientos de miles de puestos de trabajo.
A pesar del sonoro fracaso que significar¨¢ el rechazo a su investidura, las ¨²ltimas manifestaciones de Pedro S¨¢nchez me llevan a pensar que sus c¨¢lculos de futuro pasan por una extra?a suerte de combinaciones entre las cuales no encaja en ning¨²n caso la gran coalici¨®n de los dos partidos m¨¢s votados que rige hasta en 13 pa¨ªses europeos.
Y, sin embargo, como millones de espa?oles, sigo creyendo que existen varias razones que hacen pensar que ese gran acuerdo de pa¨ªs todav¨ªa es posible. Lo es, en primer lugar, porque somos una amplia mayor¨ªa los que sabemos que Espa?a no puede internarse en el ignoto sendero de un multipartito inspirado por la fallida revoluci¨®n bolivariana. Es posible porque millones de ciudadanos no nos perdonar¨ªan un solo paso atr¨¢s en la senda de la recuperaci¨®n del empleo que tanto esfuerzo y sacrificios ha costado emprender. El pacto en el bloque constitucionalista sigue siendo deseable porque nadie entender¨ªa que el mandato de di¨¢logo y consenso se diluyera en un ego¨ªsta juego de las sillas en torno a la mesa del Consejo de Ministros. La gran coalici¨®n sigue siendo el objetivo deseable porque demostrar¨ªa que los l¨ªderes pol¨ªticos de nuestro pa¨ªs son capaces de elevarse muy por encima de sus intereses partidarios para tejer en torno a los objetivos compartidos por la mayor¨ªa las pol¨ªticas m¨¢s consensuadas que se han realizado en Espa?a desde los Pactos de la Moncloa.
A pesar de todo lo que los populares hemos tenido que escuchar en las ¨²ltimas semanas de quienes entienden la pol¨ªtica como una cacer¨ªa medi¨¢tica y hacen del revanchismo ideol¨®gico su principal objetivo, el presidente Rajoy y el PP siguen dispuestos al di¨¢logo, al pacto, a buscar el inter¨¦s general de los espa?oles, a sumar propuestas y obtener consensos, a lograr el gran acuerdo com¨²n por el futuro de Espa?a. Lejos de ser el atolladero que muchos han querido ver en el resultado de estos comicios, el 20-D representa una ocasi¨®n ¨²nica para forjar un verdadero pacto hist¨®rico en nuestro pa¨ªs. Aprovech¨¦moslo.
Ana Pastor es ministra de Fomento del Gobierno en funciones.
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