La crisis de Madrid destapa divisiones en la c¨²pula de Podemos

La crisis que estall¨® el lunes en la direcci¨®n de Podemos en la Comunidad de Madrid destap¨® divisi¨®n en la c¨²pula del partido. La dimisi¨®n de Emilio Delgado como secretario de Organizaci¨®n auton¨®mico refleja un choque por el control entre las distintas familias del partido, la de su secretario general, Pablo Iglesias, y su n¨²mero dos, ??igo Errej¨®n. La decisi¨®n de Delgado, vinculado a Errej¨®n, inicia una voladura controlada de la direcci¨®n madrile?a encabezada por Luis Alegre, hombre de confianza de Iglesias. Tras la pugna de poder hay tambi¨¦n una disputa ideol¨®gica sobre c¨®mo relacionarse con el PSOE.

En las filas del partido que lidera Pablo Iglesias, inmerso en el debate sobre la estrategia de las negociaciones para pactar una investidura, se interpreta lo que est¨¢ sucediendo en Madrid como un pulso entre los partidarios de las tesis de Iglesias y las de Errej¨®n. Delgado dimiti¨® con duras cr¨ªticas a Alegre, secretario general auton¨®mico, cofundador de Podemos y dirigente muy pr¨®ximo a Iglesias. Fue uno de los cargos que le ayud¨® a poner en marcha el partido, hace poco m¨¢s de dos a?os, y fue su primer jefe de gabinete.

El ex secretario de Organizaci¨®n de Madrid est¨¢, en cambio, vinculado a Errej¨®n. Al dimitir hil¨® una enmienda a la totalidad de la gesti¨®n de Alegre, a quien imputa ¡°ausencia¡± en la direcci¨®n pol¨ªtica y hasta haber ¡°desaparecido¡± del partido. Con su renuncia abri¨® una sangr¨ªa en la direcci¨®n regional, que puede seguir en los pr¨®ximos d¨ªas.

Mensajes contradictorios

Este episodio desat¨® el pasado lunes en la direcci¨®n nacional de Podemos reacciones contradictorias. Fuentes oficiales de la formaci¨®n aseguraron a EL PA?S que el partido planeaba pedirle a Delgado el acta de diputado auton¨®mico en la Asamblea de Madrid por la traici¨®n. Otras fuentes, del entorno de Errej¨®n, afirmaron lo contrario. Esto es, que Delgado no estaba cuestionado como parlamentario regional y que, en cualquier caso, es la direcci¨®n de la Comunidad de Madrid la que tiene que gestionar esta crisis.

Ayer Errej¨®n sali¨® p¨²blicamente en defensa del exdirigente regional. El n¨²mero dos de Podemos admiti¨® ¡°diferencias¡± en el seno del equipo de Alegre y, aunque la minimiz¨® como fruto del debate interno, respald¨® el trabajo de Delgado como diputado. En su defensa sali¨® tambi¨¦n Jorge Moruno, responsable de discurso en Podemos y otro hombre de Errej¨®n. ¡°Todo mi apoyo a Emilio Delgado, un grande, un imprescindible¡±, escribi¨® en su cuenta de Twitter.

En la disputa entre los diferentes sectores de Podemos hay una pugna de poder, pero tambi¨¦n una discusi¨®n ideol¨®gica. Es el debate fundamental que afronta el partido tras su llegada al Parlamento y ante la posible nueva investidura de Pedro S¨¢nchez: sobre de qu¨¦ forma Podemos tiene que relacionarse con la ¡°vieja pol¨ªtica¡±, y sobre todo y en concreto con el PSOE. Unos son muy conscientes de que los partidos que pactaron antes con el PSOE fueron ¡°engullidos¡± y ¡°desactivados¡± por la formaci¨®n que lidera hoy Pedro S¨¢nchez ¡ªcomo le sucedi¨® a la Izquierda Unida de Gaspar Llamazares, por ejemplo¡ª y por eso consideran que hay que llevar el no a S¨¢nchez hasta el final. Al fin y al cabo, creen, solo les han separado 300.000 votos y eso les demuestra que se ha acabado aquella teor¨ªa de Alfonso Guerra de que a la izquierda del PSOE solo hay el abismo. En esa discusi¨®n, ¡°unos quieren entrar pronto en la gesti¨®n aunque las circunstancias no sean ¨®ptimas, mientras otros querr¨¢n seguir consolidando posiciones capaces de representar el cambio y no tendr¨¢n tanta urgencia por subordinarse a pol¨ªticas que no son las propias¡±, explica el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero.

El otro debate por el que se divide Podemos es sobre c¨®mo reconstruir un partido que no puede repetir los problemas de la vieja pol¨ªtica desoyendo a las bases. En esta discusi¨®n, una corriente prefiere un partido m¨¢s ¡°disciplinado¡± o controlado con el argumento de que as¨ª es m¨¢s eficiente y la otra pretende que la participaci¨®n tenga m¨¢s peso, revitalizando los c¨ªrculos originarios de la formaci¨®n. Las direcciones de Pa¨ªs Vasco, Galicia y Cantabria se han enfrentado a la c¨²pula nacional precisamente por su injerencia en los asuntos territoriales.