Jocelyne Leal, pionera en la lucha contra las ondas nocivas
Realiz¨® investigaciones de gran impacto sobre los efectos de la contaminaci¨®n radioel¨¦ctrica
Hoy es dif¨ªcil encontrar en Europa o en Estados Unidos un colegio o un campo de juegos infantiles cerca de instalaciones de alta tensi¨®n o de antenas que emitan ondas electromagn¨¦ticas, de baja intensidad o frecuencia. Lo que poca gente sabe es que ello se debe a las investigaciones promovidas por una cient¨ªfica que se llam¨® Jocelyne Leal y que fue la jefa del servicio de bioelectromagn¨¦tica del Hospital Ram¨®n y Cajal. La doctora Leal falleci¨® hace pocos meses y esta misma semana un grupo de cient¨ªficos, m¨¦dicos e investigadores espa?oles le rindi¨® homenaje en las aulas del centro sanitario. Se trata de no dejar que se pierda la memoria de una mujer que hizo avanzar la ciencia, que mejor¨® la seguridad de los ni?os y que tuvo una fuerza admirable, quiz¨¢s poco compatible con su f¨ªsico fr¨¢gil, pero patente en toda su vida.
La doctora Leal, que de soltera se apellid¨® Beckouche Halimi y que vivi¨® su infancia en T¨²nez, en una familia jud¨ªa, pudo haberse dedicado a la m¨²sica, porque era una consumada violinista, o al canto: lleg¨® a tener en las manos un contrato profesional. Pero su gran curiosidad, energ¨ªa y esfuerzo se dirigieron a la ciencia y termin¨® presentando en la universidad francesa donde estudi¨® la carrera una tesis de Estado sobre biolog¨ªa celular, que le dio paso, muy joven, al puesto de charge¨¦ de recherche en el CNRS.
Jocelyne termin¨® adoptando el apellido de su marido, Jos¨¦ Luis Leal, un joven economista granadino, antifranquista, que conoci¨® en Par¨ªs y al que acompa?¨® a Espa?a al morir el dictador, para que se dedicase a la universidad y a la pol¨ªtica (fue ministro de Econom¨ªa y Hacienda en un Gobierno Su¨¢rez). Los comienzos de la doctora Leal debieron de ser duros: el mundo cient¨ªfico espa?ol era un mundo cerrado en el que dif¨ªcilmente pod¨ªa abrirse paso una mujer extranjera y brillante.
Pero para ella resultaba inconcebible abandonar la investigaci¨®n y finalmente encontr¨® la manera de segur adelante: el Hospital Ram¨®n y Cajal quer¨ªa desarrollar su ¨¢rea de investigaci¨®n y la doctora Leal, junto con otros dos j¨®venes cient¨ªficos espa?oles, Alejandro ?beda y ?ngeles Trillo, impuls¨® r¨¢pidamente los trabajos sobre las ondas electromagn¨¦ticas de baja intensidad o frecuencia. Sus primeros trabajos se publicaron en 1982 y provocaron revuelo mundial, hasta el punto de ser contactada por la Agencia norteamericana de Medio Ambiente y la Oficina de Investigaci¨®n cient¨ªfica de la Armada de EE UU, para poner en marcha un proyecto internacional denominado Hen House (Proyecto Gallina, puesto que se centr¨® en determinar los efectos del electromagnetismo en embriones de pollo). Los resultados de estos trabajos son los que hacen que hoy no exista en todo el mundo, por ejemplo, un tobog¨¢n infantil cerca de una fuente de ese tipo de ondas.
El homenaje resalt¨® el ¨¦xito de estas investigaciones y su repercusi¨®n internacional, pero sobre todo el car¨¢cter de la doctora Leal, cuyo recuerdo volvi¨® a provocar l¨¢grimas entre m¨¦dicos y cient¨ªficos. ¡°Fue crucial en los proyectos de investigaci¨®n del Ram¨®n y Cajal¡±, record¨® el doctor ?beda, que hizo suyo el lema de su antigua jefa: ¡°No existen las ciencias aplicadas; solo la aplicaci¨®n de las ciencias¡±. ?beda record¨® que sus trabajos cambiaron mecanismos de las mantas el¨¦ctricas, de los ordenadores, de los microondas, de la electroterapia¡ Otros colegas de la doctora Leal, Antonio S¨¢nchez, Miguel ?ngel Lasunci¨®n, Emilio Herrera o Antonio Maudes, pusieron de relieve que siempre defendi¨® de forma incansable los derechos de los j¨®venes investigadores.
La desaparici¨®n de una persona que fue importante para la mejora de la vida, que ha aportado todo su esfuerzo para ayudarnos a comprender mejor la naturaleza o la ciencia, no deber¨ªa pasar nunca desapercibida, porque su memoria, la memoria de la doctora Leal, puede alentar nuevas vocaciones y avances. El agradecimiento no debe ser solo cuesti¨®n de cortes¨ªa o de palabras; deber¨ªa exigir compromiso con aquello que ella, Jocelyne, represent¨®.
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