El Parlamento fija a Rajoy las l¨ªneas rojas del pacto sobre refugiados

La crisis de los refugiados obr¨® el milagro de poner de acuerdo a todos los grupos parlamentarios. No hab¨ªa otro remedio, ya que el reglamento no permit¨ªa someter la propuesta a votaci¨®n y solo pod¨ªa salir adelante por unanimidad, como as¨ª ocurri¨®.

El Gobierno era consciente de que, al estar en funciones, carece de legitimidad para firmar el acuerdo entre la UE y Turqu¨ªa para el retorno de los refugiados, por lo que buscaba la ¡°aquiescencia¡± verbal de los grupos de cara a la cumbre que se celebra este jueves y viernes en Bruselas. Estos exig¨ªan, sin embargo, que se fijaran por escrito las l¨ªneas rojas que Rajoy no podr¨¢ sobrepasar.

Los ¨²ltimos retoques al texto se dieron minutos antes de que se iniciara la comparecencia del secretario de Estado para la UE, Fernando Eguidazu, en la misma sala del Congreso donde compareci¨®, bajo la mirada curiosa y sorprendida de los periodistas. ¡°No dir¨¦is que esto no es transparencia¡±, bromeaba un diputado.

El acuerdo se logr¨® porque el Gobierno hizo suyas la principales cr¨ªticas que las organizaciones defensoras de los derechos humanos hicieron al preacuerdo que los mandatarios europeos alcanzaron el pasado d¨ªa 7 en Bruselas con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. O, al menos, a la interpretaci¨®n que se hizo del mismo, dada su ambig¨¹edad.

As¨ª, el primero de los 11 puntos de la declaraci¨®n parlamentaria expresa su rechazo ¡°a la adopci¨®n de cualquier acuerdo con Turqu¨ªa que establezca, expresa o indirectamente, la posibilidad de proceder a expulsiones colectivas a territorio turco o a cualquier Estado no miembro de la UE¡±.

Adem¨¢s, considera ¡°imprescindible¡± garantizar que nadie sea expulsado hasta ¡°la conclusi¨®n definitiva del correspondiente expediente de asilo individualizado¡±; y que el acuerdo con Ankara ¡°contenga garant¨ªas de cumplimiento de la legalidad internacional y del respeto de los derechos humanos¡±, de forma que quienes sean expulsados a Turqu¨ªa no puedan ser devuletos a su pa¨ªs de origen y reciban protecci¨®n ¡°equivalente¡± a la prevista en la Convenci¨®n de Ginebra, incluidos los derechos econ¨®micos y sociales. Con esta f¨®rmula se trata de sortear el hecho de que Turqu¨ªa, que no ha suscrito el protocolo de la Convenci¨®n de Ginebra, solo reconozca como refugiados a ciudadanos europeos, pero no a sirios o afganos.

Las l¨ªneas rojas fijadas por el Parlamento espa?ol ya han sido asumidas por el Consejo Europeo, que se ha comprometido a introducirlas en el texto final que ser¨¢ sometido a los jefes de Estado y Gobierno. No podr¨ªa ser de otra forma, ya que le obliga a ello la legalidad europea e internacional, de la que parec¨ªa olvidarse el preacuerdo con Turqu¨ªa.

Entre otras medidas, la declaraci¨®n del Parlamento exige, igualmente, ¡°reforzar los mecanismos de control sobre el efectivo destino¡± de los 3.000 millones de euros, ampliables a 6.000, que la UE ha prometido para atender a los refugiados en Turqu¨ªa; aplicar ¡°de manera solidaria¡± el acuerdo de reubicaci¨®n de 160.000 refugiados, del que hasta ahora solo se han beneficiado 937 (18 a Espa?a); establecer v¨ªas seguras de llegada de los refugiados, para que no tengan que arriesgar su vida poni¨¦ndose en manos de las mafias; o promover una pol¨ªtica com¨²n de asilo.

El texto final es el resultado de una ardua negociaci¨®n que inici¨® el PSOE con el env¨ªo a los dem¨¢s grupos de un borrador de resoluci¨®n el pasado lunes, que fue contestado por el Gobierno el martes por la noche.

Del borrador inicial han desaparecido las cr¨ªticas al anticipo de la exenci¨®n de visados para los turcos y la apertura de nuevos cap¨ªtulos en las negociaciones de adhesi¨®n de Ankara a la UE. Aunque el Gobierno tambi¨¦n considera un error mezclar ambos temas con la crisis de refugiados, es consciente de que ¡°algo hay que ofrecerle a Turqu¨ªa¡±.