Esperando a Rajoy

Un camino en el campo. Un ¨¢rbol. De tarde. He aqu¨ª las ¨²nicas instrucciones esc¨¦nicas que Samuel Beckett dispuso para el estreno de Esperando a Godot y que podr¨ªan ubicar a Mariano Rajoy en su inmovilismo, pasividad y ensimismamiento.

Mariano Rajoy espera, igual que hacen Vladimir, Pozzo y Estrag¨®n en la tragicomedia existencial de Beckett. Espera que los hechos se manifiesten por s¨ª solos. Espera que se desfiguren sus rivales. Espera que se vayan sofocando las hormonas de la nueva guardia pepera. Espera que se amortig¨¹en los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. Y adopta como dogma propio, terap¨¦utico, sistem¨¢tico. la doctrina budista de la creatividad pasiva. No hacer como manera de hacer. Y emular el desenlace de Godot, cuyos protagonistas deciden moverse in extremis a condici¨®n de no hacerlo.

No se ha movido en 100 d¨ªas. No va a moverse en los 100 siguientes.

Es la conclusi¨®n que se desprende de la entrevista que concedi¨® a Carlos Alsina este martes. Un acto preliminar de campa?a cuyo titular tiene un valor informativo y conceptual en el marianismo: "Vamos a esperar". Porque no ha llamado a Pedro S¨¢nchez. Ni ha llamado a Albert Rivera. Ni los va a llamar de momento (??), aferrado como est¨¢ en su papel de candidato autoproclamado del PP a los comicios del 26-J.

Es la raz¨®n por la que ha eludido cualquier actitud de persuasi¨®n. Rajoy no quiere intervenir en el rechazo del PSOE ni aspira a cuestionarlo. Se resiste a abrir cualquier expectativa de negociaci¨®n. Es verdad que se recrea en el prosa¨ªsmo y en la pedagog¨ªa de un Gobierno de unidad nacional y que se jacta de mencionar las costumbres europeas al respecto, pero se abstiene de fomentarlo. Se aferra a la l¨ªnea roja del PSOE ¡ª"no a Rajoy, no al PP"¡ª como si fuera la defensa propia. Incluso demora y demora un encuentro con Rivera, acaso porque la expectativa de un gran pacto requerir¨ªa el sacrificio de s¨ª mismo. Y ser¨ªa un caso de ingratitud. Rajoy no cree merecerse el ostracismo despu¨¦s de habernos salvado y redimido.

La naturaleza pol¨ªtica de Rajoy consiste en ara?ar semanas y semanas al calendario en actitud contemplativa

Quiere despecharse el 26-J. Y ha conseguido la sumisi¨®n de su partido, incluso prolongado la autocracia hasta los ¨²ltimos estertores. Rajoy es el sucesor de Rajoy. Rajoy antepone su conveniencia particular al inter¨¦s del PP y a las responsabilidades del estadista. Es una temeridad prolongar el Gobierno en funciones hasta septiembre, como es pintoresco abstraerse de la propia decadencia, pero la naturaleza pol¨ªtica de Rajoy consiste precisamente en ara?ar semanas y semanas al calendario en actitud contemplativa. Un camino en el campo. Un ¨¢rbol. De tarde. Ya lo dice Estrag¨®n: "Mientras se espera, nada ocurre".