Despedida por coger cuatro lonchas de queso y dos panes para sus hijas
La mujer trabajaba de auxiliar de camarera en un albergue para personas sin hogar en Tenerife
Yurena, de 34 a?os, fue durante seis a?os auxiliar de camarera del centro municipal de acogida para personas sin hogar de Santa Cruz de Tenerife. Hasta que este mi¨¦rcoles, 30 de marzo, la citaron para entregarle una carta de despido disciplinario por "falta muy grave, p¨¦rdida absoluta de confianza, fraude y deslealtad". Veinte d¨ªas antes, la mujer se hab¨ªa llevado del albergue cuatro lonchas de queso y dos panes para dar de cenar a sus dos hijas, de 8 y 11 a?os.
La carta de despido de Serunion, la empresa concesionaria del servicio de comidas del albergue desde hace un mes y medio, relata los hechos que justifican la implacable medida con el pormenor argumental de una sentencia judicial: "Ud., el pasado 11 de marzo a las 21 horas, cogi¨® 150 gramos de queso gouda de la c¨¢mara de refrigeraci¨®n y tres panes de 60 gramos del almac¨¦n". Sigue: "Lo meti¨® en una bolsa de pl¨¢stico que llevaba en su poder, introduciendo la misma en su bolso, saliendo a continuaci¨®n del centro de trabajo con los productos que acababa de coger".
Tambi¨¦n aporta los detalles de c¨®mo se dieron cuenta de todo: "Estos hechos fueron presenciados por una compa?era suya", quien luego se lo cont¨® al superior de ambas.
Yurena, que prefiere ocultar su apellido, manifiesta que solo uno o dos d¨ªas despu¨¦s de haberse llevado la comida ("fueron dos panes y no tres como dice la empresa", matiza) reconoci¨® los hechos ante el encargado del centro y recuerda que este le dijo que el asunto iba a quedar "entre ellos". El hombre le pidi¨® que, si en alguna otra ocasi¨®n volv¨ªa a faltarle comida para las ni?as, que se lo dijera para prepararles all¨ª mismo un par de bocadillos "sin que nadie se enterase". Pero dos semanas despu¨¦s la echaron. "Lo hab¨ªan premeditado todo. ?Por qu¨¦ no me sancionaron en vez de despedirme?", se pregunta.
La situaci¨®n econ¨®mica y personal de esta mujer no es muy diferente de las de los propios usuarios del albergue en el que trabajaba. Estaba contratada a tiempo parcial con un sueldo de 400 euros mensuales, que deb¨ªa completar con la comida que le daban algunas ONG y familiares. Separada y v¨ªctima en el pasado de violencia de g¨¦nero, hace unas semanas se vio obligada a okupar una vivienda en el barrio de Garc¨ªa Esc¨¢mez de Santa Cruz a ra¨ªz de la decisi¨®n del Ayuntamiento de desmontar el asentamiento de chabolas en el que viv¨ªa con sus hijas. Lleva siete a?os a la espera de que se le conceda una vivienda p¨²blica.
En un comunicado hecho p¨²blico el jueves, la empresa ahonda en las razones que la llevaron a tomar su decisi¨®n. La compa?¨ªa explica que la trabajadora hab¨ªa realizado "acciones similares" con anterioridad y que hab¨ªa sido sancionada por "hurtos" por la empresa que gestionaba el centro previamente. La mujer niega esas acusaciones y se?ala que nunca, durante los seis a?os que llevaba desempe?ando su puesto, se le sancion¨® "ni por hurto ni por ning¨²n otro motivo".
El Ayuntamiento de Santa Cruz la ha citado para este viernes con la finalidad de tramitarle las ayudas sociales que le puedan corresponder, que ella reconoce no haber pedido antes por verg¨¹enza. El caso ha provocado tambi¨¦n la reacci¨®n del alcalde, Jos¨¦ Manuel Berm¨²dez, quien ha solicitado la readmisi¨®n de la empleada si la ¨²nica causa por la que se la ha despedido es la de haberse llevado el queso y los panes. Aunque ella asegura que no volver¨¢ a un sitio en el que la han llamado "ladrona" y ha decidido demandar a la empresa por despido improcedente y por falso testimonio.
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