EL PA?S canta su cumplea?os feliz

Al fin del almuerzo que congreg¨® ayer a la plantilla de EL PA?S junto a la exposici¨®n dedicada a los 40 a?os de historia del peri¨®dico en el madrile?o Palacio de Cibeles, los cinco directores que ha tenido el rotativo soplaron el logo en forma de gran vela que celebraba estas d¨¦cadas. Los directores (Juan Luis Cebri¨¢n, el primero, ahora presidente del peri¨®dico y del grupo PRISA, que lo edita; Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, Jes¨²s Ceberio, Javier Moreno y el actual, Antonio Ca?o) soplaron con fuerza, como si fuesen a echar a volar el logo y, con ¨¦l, la historia misma del peri¨®dico, a rumbos que tienen que ver, como recalcaron Cebri¨¢n y Ca?o, con un futuro que, en cierto modo, se abri¨® ayer. Cuando se apag¨® la vela simb¨®lica que coronaba ese logo rojo, ellos y los dem¨¢s presentes ¡ª549 personas, entre ellas buena parte de los 332 miembros de la plantilla period¨ªstica¡ª cantaron el Happy birthday.

En ese espacio y ante tanta gente, parec¨ªa normal que a Ca?o, que lleva dos a?os al frente del diario, se le quebrase la voz, pero aguant¨® para decir que ¡°este de hoy es un d¨ªa grande¡±, consecuencia de ¡°una maravillosa aventura de libertad¡±. Reafirm¨® los valores que han hecho siempre contempor¨¢neo a EL PA?S, un peri¨®dico comprometido con la democracia desde que lo alentaron Jos¨¦ Ortega Spottorno, Jes¨²s Polanco y el propio Cebri¨¢n. Y ese proyecto seguir¨¢ andando. Le escuchaban sus compa?eros, algunos llegados de Washington ¡ªdonde ¨¦l mismo fue corresponsal¡ª, Mosc¨², Ciudad de M¨¦xico, Roma, Buenos Aires, Bogot¨¢, S?o Paulo, Par¨ªs, Lisboa, Dub¨¢i, Rabat o Beirut, representantes del tan variado territorio que constituye ahora la Redacci¨®n m¨¢s internacional de cualquier medio en espa?ol.

Seguir¨¢ siendo EL PA?S ¡°icono contempor¨¢neo de la modernizaci¨®n de Espa?a, el intelectual colectivo del que habl¨® [Jos¨¦ Luis L¨®pez] Aranguren, una herramienta para hacernos m¨¢s europeos, m¨¢s cr¨ªticos, m¨¢s libres¡±, frente a los ataques ¡°oportunistas, demagogos¡±, as¨ª como ¡°la hostilidad de quienes quieren destruirlo mintiendo si es necesario¡±. Ha habido un pecado de arrogancia, concedi¨® Ca?¨®: ¡°Nos cre¨ªamos est¨²pidamente ese cuento del papel desmesurado que nos atribu¨ªan, sin reparar en que un peri¨®dico no tiene m¨¢s poder que el que revalida con la solidez de sus informaciones y comentarios¡±.

Ahora, ¡°EL PA?S es un peri¨®dico digital, un gran peri¨®dico digital, y es tambi¨¦n un peri¨®dico en papel, un gran peri¨®dico en papel. No es m¨¢s ni menos que un peri¨®dico a secas, que tiene como primer objetivo su distribuci¨®n en el entorno digital¡±, enfatiz¨®.

Ante el miedo de algunos ante ese porvenir, replic¨®: ¡°No vamos a detenernos ante ninguna innovaci¨®n que nos ayude a llegar a m¨¢s gente, a mejorar nuestra oferta y a seguir siendo una marca de referencia por su calidad y su rigor¡±. ¡°Orgullosos de nuestro pasado, hemos irrumpido de forma irreversible en el futuro. Jam¨¢s olvidaremos nuestras se?as de identidad, pero sabemos que tenemos que a?adir otras que nos sit¨²en en este tiempo nuevo¡±, apostill¨®.

Cebri¨¢n habl¨® ¡°desde el coraz¨®n y las tripas¡±. ?l fue perseguido en el peor momento de la Transici¨®n: lo situaron de esp¨ªa del KGB; registraron su casa buscando a Antonio Mar¨ªa Oriol Urquijo, secuestrado por los GRAPO en 1976; lo acusaron (junto a Polanco) de robar el dinero de las fianzas de Canal +; el Gobierno de Aznar mont¨® una trama para encarcelarlo con Polanco y otros directivos de Sogecable... Ahora surge ¡°una revolucioncita¡±, que ni le preocupa ni entrar¨¢ en ella; ¡°es un tema marginal¡±. Ante esa ¡°revolucioncita¡± ¡ªen alusi¨®n a las falsas acusaciones por las que se ha querellado contra los medios que le vinculan con los papeles de Panam¨¢, en los que ni siquiera figura¡ª, opuso este momento ¡°muy importante de Espa?a¡±, en que EL PA?S vuelve a jugar un papel de referencia ¡°en una sociedad cada vez m¨¢s confusa¡±.

Una tarea de equipo

EL PA?S es una tarea de equipo. ¡°Lo hemos hecho miles de personas, que se han dirigido a millones de lectores¡±, a los que el peri¨®dico obedece de forma prioritaria, pues la libertad de informaci¨®n es de los lectores y no de los periodistas ni de los due?os de los medios. Le hab¨ªa emocionado la larga lista de trabajadores del rotativo fallecidos en estas cuatro d¨¦cadas, cuyos nombres se proyectaron en una gran pantalla. Y se fij¨® en Andr¨¦s Fraguas, un empleado asesinado el 30 de octubre de 1978, cuando la ultraderecha atent¨® contra la Redacci¨®n. Otros dos trabajadores resultaron heridos. Ese brutal ataque y la muerte de Fraguas le han acompa?ado a lo largo de este tiempo, al igual que la muerte en Panam¨¢ del fot¨®grafo y colaborador del rotativo Juantxu Rodr¨ªguez, tiroteado el 22 de diciembre de 1989 por tropas norteamericanas cuando cubr¨ªa la invasi¨®n de Panam¨¢.

Siempre ha prevalecido la decisi¨®n de hacer ¡°un peri¨®dico en el que predominan el rigor y la calidad, el compromiso con la democracia¡±. El editor Joseph Pulitzer (1847-1911) advirti¨® de que si los medios eran c¨ªnicos, mercenarios y demag¨®gicos, la poblaci¨®n ser¨ªa c¨ªnica, mercenaria y demagoga. Esas actitudes las est¨¢ sufriendo EL PA?S. Polanco le alert¨® una vez de los enemigos del diario. ¡°Pero tenemos m¨¢s amigos¡±, dice ahora Cebri¨¢n. En estos 40 a?os, EL PA?S ha vendido 5.200 millones de ejemplares, suma 60 millones de usuarios digitales al mes, cuenta con 12 millones de seguidores en las redes sociales,...

Contra esa realidad arremeten medios ¡°marginales, mercenarios y demag¨®gicos¡±. Esa salud se ha logrado gracias a una plantilla a la que Cebri¨¢n pidi¨® perd¨®n por los errores o injusticias que ha podido haber en tantos a?os de trabajo. ¡°Esos errores como los aciertos se han hecho siempre con la mira puesta en la perdurabilidad de EL PA?S, que es y ser¨¢ independiente¡±, recalc¨® rotundo.

Entonces, con una copa de cava, el presidente y primer director de EL PA?S brind¨® gritando ¡°Happy Birthday¡± Momentos despu¨¦s tuvo que repetirlo cuando entonaron la canci¨®n de cumplea?os, antes de soplar la vela con quienes le siguieron al frente del que ahora es el principal peri¨®dico en espa?ol del mundo.