Urrusolo Sistiaga: ¡°Soy consciente de todo el da?o que hemos generado¡±
Joseba Urrusolo Sistiaga (San Sebasti¨¢n, 1957) entr¨® en ETA en su juventud. Particip¨® en los comandos Madrid y Barcelona y fue uno de los terroristas m¨¢s buscados en los a?os 80 e inicios del 90. Abandon¨® ETA por discrepancias con su direcci¨®n en 1994 y fue detenido en Francia en 1997. Fue condenado por 16 asesinatos y dos secuestros a 449 a?os. Pionero en la reflexi¨®n autocr¨ªtica de los presos de ETA, la v¨ªa Nanclares, sali¨® de prisi¨®n el 28 de febrero. Lamenta el dolor causado a las v¨ªctimas: ¡°Les dir¨ªa que soy consciente de todo el da?o que hemos generado y que siento de verdad el da?o que hemos creado". Cree que ¡°mucha gente ha vivido c¨®modamente alrededor de la violencia¡±
Pregunta. Entr¨® en ETA en 1977. ?C¨®mo se explica si ya hab¨ªa muerto Franco?
Respuesta. Estaba el poso de la Guerra Civil y del franquismo. Estaba muy reciente el fusilamiento de Txiki y Otaegui. La represi¨®n continuaba. Hab¨ªa muertos en las manifestaciones. Ante unas instituciones que sent¨ªamos lejanas, estaba la referencia de ETA, que gozaba de una especie de legitimidad para buena parte de la sociedad vasca.
P. ?Pas¨® pronto a la clandestinidad?
R. En 1981, tras pasar unos meses en la c¨¢rcel de Soria con unos 120 presos de ETA al ser detenido por integrar un comando legal [no fichado]. Sal¨ª convencido de que deb¨ªa seguir luchando por ellos.
P. ?No le dio qu¨¦ pensar el asesinato de Yoyes en 1986?
R. Claro que me afect¨®. No estuve de acuerdo. Pensaba que ten¨ªa derecho a volver a su casa.
P. En 1989, ETA rompe las negociaciones con el Gobierno. Hubo atentados como el de Hipercor ?No se abri¨® un debate?
R. Fuimos pocos los que cuestionamos la falta de debate, de informaci¨®n, el tipo de atentados y la ruptura de aquel proceso. En ese momento ya pensaba que hab¨ªa que reconducir la situaci¨®n, que la reforma pol¨ªtica y el Estatuto se asentaban en Euskadi, que perd¨ªamos apoyo, que se nos cerraban puertas y que la represi¨®n era m¨¢s selectiva. Empec¨¦ a chocar con la mentalidad de los aparateros que se genera al utilizar la violencia.
P. En 1992, la c¨²pula de ETA es detenida en Bidart. ?No le pareci¨® ETA muy vulnerable?
R. Algunos vimos que pod¨ªa pasar. Txomin Iturbe dec¨ªa: ¡°Si no negociamos ahora, lo que vendr¨¢ luego ser¨¢ una derrota¡±. Fue una desgracia que muriera porque ten¨ªa la personalidad y legitimidad para afrontar un final ordenado de ETA. Quienes le sucedieron optaron por huir hacia adelante.
P. ?C¨®mo reaccion¨® usted?
R. Critiqu¨¦ el intento de aparentar fuerza utilizando gente que era r¨¢pidamente detenida; utilizar cuarteles de la Guardia Civil como objetivo por el riesgo para sus familias o contra el turismo y la kale borroka. Discut¨ª mucho y dej¨¦ ETA en 1994 por la imposibilidad de cambiarla.
P. Estuvo dos a?os, hasta su detenci¨®n en 1997, viviendo en Francia, al margen de ETA. ?Su disidencia se limit¨® al funcionamiento?
R. No solo. Ya pensaba que ETA ten¨ªa que terminar.
P. ?C¨®mo vivi¨® desde la c¨¢rcel el asesinato de Miguel ?ngel Blanco y el masivo rechazo a ETA?
R. Todas las contradicciones que viv¨ªa con ETA se me desbocaron. El largo secuestro de Ortega Lara, el fr¨ªvolo titular de Egin ¡ª¡®Ortega Lara vuelve a la c¨¢rcel¡¯¡ª. Las detenciones y el secuestro de un concejal joven como represalia hizo que estallara todo lo que cuestionaba desde hac¨ªa tiempo. Al poco, un grupo de presos escribimos una carta pidiendo un debate, tomando como referencia el proceso irland¨¦s. En la c¨¢rcel en Par¨ªs hab¨ªa hablado con muchos presos de ETA y con un militante del IRA, cuya organizaci¨®n ten¨ªa muy adelantada la reflexi¨®n sobre final de la violencia y al que le sorprend¨ªa c¨®mo and¨¢bamos. Tambi¨¦n me impactaron las reflexiones de Mandela.
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. Cuando dec¨ªa que tratar de funcionar como colectivo es inviable en la c¨¢rcel y que hab¨ªa que hablar con la administraci¨®n penitenciaria. Mandela sab¨ªa que si lo planteaba a sus compa?eros lo rechazar¨ªan. ?l asumi¨® la responsabilidad e incluso acept¨® un r¨¦gimen de vida diferente. Solo uno tuvo reticencias. Es la realidad, porque el mundo de los presos no es monol¨ªtico. Segu¨ª ese camino.
P. ?Cu¨¢ndo salta de la cr¨ªtica a la estrategia de ETA a la cr¨ªtica ¨¦tica de la violencia?
R. Militando en ETA ya distingu¨ªa lo que se pod¨ªa y no se pod¨ªa hacer y me creaba problemas. Discrepaba de atacar cuarteles para no da?ar a las familias. El siguiente paso fue plantearme lo que nunca te planteabas. ?Se puede da?ar al otro? Ese cuestionamiento lo inici¨¦ en ETA y, cuando el Gobierno nos traslad¨® a Nanclares en 2009, hubo un marco favorable para formalizarlo.
P. ?C¨®mo fue Nanclares?
R. El Gobierno socialista, tras la ruptura del proceso de 2006, dio por agotada la v¨ªa negociadora y nos propuso a los cr¨ªticos v¨ªas legales ¡ªcambios de grado¡ª si nos desmarc¨¢bamos de la violencia y reconoc¨ªamos el da?o causado. Abrimos la reflexi¨®n cr¨ªtica del pasado de los presos y propusimos encuentros con v¨ªctimas y talleres de convivencia
P. ?C¨®mo abordaron su responsabilidad ante las v¨ªctimas?
R. Hay que abordarla globalmente. Muchos hemos sido part¨ªcipes de los atentados. No solo los autores materiales. Tambi¨¦n los que hemos tenido responsabilidad en ETA y en la izquierda abertzale. Hay que recordar que las v¨ªctimas de ETA adem¨¢s de perder a su familiar sufrieron un vac¨ªo social. Hay que reconocerlo para recuperar una convivencia normal.
P. Sali¨® hace dos meses de la c¨¢rcel. ?Qu¨¦ cambios percibe?
R. Antes todo giraba en torno a ETA. Hoy, las referencias a ETA han quedado ancladas en el pasado a una velocidad dif¨ªcil de imaginar.
P. ?C¨®mo ha sido acogido a su salida de prisi¨®n?
R. La gente me dice que se alegra de que ETA haya terminado y de que yo vuelva al pueblo.
P. ?C¨®mo ve a la izquierda abertzale?
R. Tiene que decir que ETA desaparezca y hacer una declaraci¨®n sobre la historia de ETA que sirva como reflexi¨®n para el futuro y posibilite que los presos se sit¨²en en sus coordenadas.
P. ?Qu¨¦ le ha parecido el pacto del l¨ªder de Sortu, Arraiz, con la fiscal¨ªa, en el que reconoce el da?o causado y la reparaci¨®n a las v¨ªctimas?
R. La izquierda abertzale da pasos como los nuestros cuando comparece ante los tribunales. Mejor que lo hubiera hecho antes. Echo en falta una reflexi¨®n a fondo sobre el pasado para recomponer la convivencia y que los presos avancen.
P. ?Qu¨¦ dir¨ªa a las v¨ªctimas de ETA?
R. Siento el dolor que les hemos causado, que fue una barbaridad haber utilizado la violencia sin considerar que lo primero es la vida de las personas y sus derechos. Entiendo que sea dif¨ªcil para ellas creer que nuestro planteamiento es sincero. Pero lo es.
P. ?Cree que ha cambiado la mentalidad del uso de la violencia con objetivos pol¨ªticos?
R. Para los j¨®venes es incomprensible que se mate en nombre de unas ideas.
P. ?C¨®mo es posible que ETA haya durando tanto?
R. Es chocante en una sociedad que vive bien. Ha habido una inercia y mucha gente que ha vivido c¨®modamente alrededor de la violencia. En la izquierda abertzale han tardado mucho en decir lo que pensaban, dando cobertura al empe?o desastroso de ETA. Ha habido una radicalidad artificial.
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