As¨ª ¡®votar¨¢¡¯ la abstenci¨®n el 26-J
Una baja participaci¨®n favorece al PP y perjudica a Unidos Podemos
El descontento con la situaci¨®n pol¨ªtica actual desincentiva a la poblaci¨®n espa?ola para acudir a las urnas el pr¨®ximo 26 de junio. La abstenci¨®n electoral estimada por Metroscopia es del 32%, cinco puntos porcentuales m¨¢s de la que hubo en las elecciones generales de 2015 (27%). Sin embargo, la falta de motivaci¨®n para ir a votar no se reparte por igual entre el conjunto de votantes. Pese a que el resultado global estimado para cada partido no cambiar¨ªa en exceso respecto a diciembre, las variaciones que provocar¨ªa este des¨¢nimo electoral podr¨ªan marcar la diferencia a la hora de traducir votos en esca?os.
La consecuencia m¨¢s destacada de una abstenci¨®n del 32% ser¨ªa un mejor resultado para el PP (29.9%), permaneciendo por encima de la barrera de los siete millones de votos. En cambio, la coalici¨®n Unidos Podemos, con el 23.2%, y el PSOE, con el 20.3%, podr¨ªan perder en conjunto alrededor de 1.5 millones de votos. Esto los dejar¨ªa segundo y tercero en el tablero y a mayor distancia de los populares. Ciudadanos obtendr¨ªa el 15.5%, es decir, 1.6 puntos m¨¢s que el 20D (13.9%). Esto le permitir¨ªa ser el ¨²nico de los principales partidos que lograr¨ªa aumentar el n¨²mero de votos (en torno a 150 mil) a pesar del incremento de abstencionistas.
Las consecuencias para los partidos de disminuciones o aumentos de la participaci¨®n son, por tanto, distintas. Si se a?adieran dos escenarios m¨¢s, uno en el que la abstenci¨®n sea mucho mayor (37%) y otro en el que sea similar a la que fue el pasado diciembre (28%), las reacciones de cada formaci¨®n quedar¨ªan bien retratadas. Las m¨¢s llamativas ser¨ªan justamente las de PP y Ciudadanos. Los populares podr¨ªan llegar incluso hasta el 31.5% de los votos de materializarse la primera hip¨®tesis, pero se quedar¨ªan en el 28.4% en el caso de la segunda. Por su parte, la formaci¨®n naranja ser¨ªa la m¨¢s vulnerable ante un dr¨¢stico aumento de la abstenci¨®n, ya que podr¨ªa quedarse por debajo de su propio resultado el 20D. Eso s¨ª, con un nivel de participaci¨®n semejante al de 2015, podr¨ªa alcanzar el 16.4%.
?Qu¨¦ puede ayudar a explicar esta situaci¨®n? Las actitudes frente a la abstenci¨®n electoral pueden encontrar condicionantes sociales que estimulen un comportamiento u otro: el dinamismo urbano frente al est¨¢tico mundo rural, el perfil sociodemogr¨¢fico, el contexto econ¨®mico, etc. Adem¨¢s, no siempre la abstenci¨®n es sin¨®nimo de apat¨ªa, desinter¨¦s o frustraci¨®n, sino que puede sustentarse en posturas pol¨ªticamente activas pero de alto contenido cr¨ªtico o de protesta. En cualquier caso, los datos procedentes la encuesta publicada ayer en EL PA?S y del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, permiten detectar al menos dos factores importantes con una incidencia clara: el envejecimiento de la poblaci¨®n y la brecha generacional. Ambos fen¨®menos podr¨ªan simplificarse concentrando la mirada en dos segmentos de la poblaci¨®n: la gente joven (entre 18 y 34 a?os) y la gente mayor (de 55 a?os en adelante).
Los votantes j¨®venes son y votan menos. Es el colectivo tradicionalmente con mayor proclividad a la abstenci¨®n (actualmente dice que votar¨¢ seguro el 56%) y, al mismo tiempo, el principal sustento de los nuevos partidos (m¨¢s de Podemos que de Ciudadanos). Sin embargo, su peso en el censo electoral es cada vez menor, pues suponen solo el 21.5% del total de poblaci¨®n espa?ola con derecho a voto. As¨ª, la resistencia electoral de ambas formaciones cuando la participaci¨®n disminuye es m¨¢s dif¨ªcil. Tanto Unidos Podemos como Ciudadanos requieren de una alta movilizaci¨®n juvenil para alcanzar cotas m¨¢s altas de votos.
En cambio, los votantes mayores son y votan m¨¢s. No solo suponen casi el doble que los j¨®venes en el censo electoral (40.1%), sino que acuden de forma mayoritaria a votar (lo afirma con seguridad el 71%). Para el caso del PP este dato es determinante, ya que el 60% de sus votantes proviene precisamente de este tramo de edad. Esto le otorga a este partido una estabilidad en t¨¦rminos electorales que los partidos emergentes no son, por ahora, capaces de contrarrestar: b¨¢sicamente porque su presencia en el grupo de los mayores apenas rebasa el 5%.
La evoluci¨®n de los distintos grados de entusiasmo para acudir a las urnas puede ser, pues, una de las claves de cara en las pr¨®ximas elecciones. El ¨¦xito que cada partido obtenga durante la campa?a electoral -ya sea motivando a propios o desmotivando a ajenos-, decantar¨¢ una nada despreciable porci¨®n de votos que, sin duda, ser¨¢n decisivos.
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