Espejito, espejito

A los sondeos de opini¨®n se les juzga no por lo que son, sino por lo que ¡ªtan generalizada como alegremente¡ª se entiende que deber¨ªan ser. Son solamente instrumentos para captar y medir estados de ¨¢nimo colectivos, pero lo que se les pide es que predigan en qu¨¦ comportamientos concretos pueden acabar cristalizando esos estados de ¨¢nimo: un imposible.

Un espejo refleja la imagen circunstancial y pasajera de quien pasa ante ¨¦l; el fragmento de una narraci¨®n (por ejemplo, el minuto 20 de un partido de f¨²tbol) describe c¨®mo andan las cosas en ese concreto punto de algo que est¨¢ a¨²n en proceso. Ni el espejo predice como terminar¨¢ siendo el rostro que refleja ni el resultado moment¨¢neo del minuto 20 prefigura infaliblemente el resultado final del encuentro.

Y los sondeos son solo eso: espejos en el camino, fragmentos de un relato sin concluir. ¡°Los sondeos se equivocan siempre¡±: no es verdad. Su expediente hist¨®rico de descripciones acertadas del pulso ciudadano es abrumadoramente positivo. ¡°Los sondeos est¨¢n manipulados y se hacen para condicionar el comportamiento ciudadano¡±: una memez doblemente ofensiva pues presupone tanto una torticera intenci¨®n en quien los realiza como una borreguil incapacidad cr¨ªtica en quien los lee. ¡°Los sondeos son instrumentos obsoletos, tienen los d¨ªas contados¡±: vaticinio recurrente ¡ª?desde 1948!¡ª al que se aferran quienes queriendo parecer ya de vuelta de todo resultan m¨¢s bien, en este punto al menos, estar de ida (y no por el buen camino).

Llevo personalmente casi 40 a?os en esto del estudio de la opini¨®n p¨²blica y puedo asegurar que las he visto ¡ªy o¨ªdo¡ª de todos los colores, en un cansino y rara vez imaginativo ritornello. Pero me permito un consejo a quien pueda estar ley¨¦ndome: cuando oiga a alguien (por lo general, persona en modo alguno experta en la cuesti¨®n) descalificar sin matices un sondeo preelectoral entienda que lo que, en la inmensa mayor¨ªa de los casos, est¨¢ verdaderamente tratando de cuestionar es la realidad que el mismo refleja.

Las cosas son como son y no siempre como nos gustar¨ªa que fuesen, y reaccionar como la madrastra de Blancanieves no parece lo m¨¢s inteligente. Quevedo nos dej¨®, al respecto, un consejo de oro: Arrojar la cara importa / que el espejo no hay por qu¨¦.

Jos¨¦ Juan Toharia es presidente de Metroscopia.