Y los emergentes
Si los hasta hoy partidos de gobierno lo tendr¨¢n dif¨ªcil para liderar una coalici¨®n con posibilidad de alcanzar la investidura, tampoco resultar¨¢ f¨¢cil para los emergentes
Si los hasta hoy partidos de gobierno lo tendr¨¢n dif¨ªcil ma?ana para liderar una coalici¨®n con posibilidad de alcanzar la investidura, tampoco resultar¨¢ f¨¢cil para los emergentes. Ciudadanos parece haber llegado al l¨ªmite de un crecimiento notable, con un claro programa de reformas, que lo sit¨²a en la mejor posici¨®n como fuerza de apoyo decisiva tanto a derecha como a izquierda, pero no suficiente para aspirar a la investidura; a no ser, claro est¨¢, que el PP y el PSOE accedieran a verse presididos en una gran coalici¨®n por un miembro de este partido. Puf, qu¨¦ disparate, se dir¨¢. Y, bueno, no ser¨ªa la primera vez que un partido minoritario presidiera una coalici¨®n con dos grandes para desarrollar un programa definido y por un tiempo determinado. En la Rep¨²blica, sin ir m¨¢s lejos.
Bajando a la realidad, el otro emergente, Podemos, ha demostrado una gran maestr¨ªa en el arte del transformismo discursivo ¡ªoportunismo demag¨®gico se llamaba antes la figura¡ª fundiendo en una sola propuesta comunismo, populismo, nacionalismos varios, patriotismo espa?ol, socialdemocracia, peronismo y coraz¨®n m¨¢s sonrisa de reci¨¦n casados atiborr¨¢ndose de bombones en un paseo por Ikea. Nadie se sorprender¨¢ de que semejante capacidad transformista, que convierte al lobo, listo para merendarse a la vieja dama socialista, en pr¨ªncipe azul cortejando a una ingenua Caperucita perdida en el bosque, no suscite ni un gramo de confianza entre los que podr¨ªan considerarse sus aliados naturales para formar una coalici¨®n de gobierno.
Porque, tras todas esas pantallas, lo que define a los dirigentes de este singular partido que todo lo atrapa es que todo vale con tal de alcanzar el poder. La ambig¨¹edad por la que tantas cr¨ªticas hab¨ªan recibido durar¨¢, prometi¨® su l¨ªder hace un a?o, ¡°hasta que obtengamos el poder del Estado y de las instituciones¡±, hasta el d¨ªa de la ¡°victoria definitivamente decisiva¡±. En ese punto terminar¨¢ la guerra de posiciones y el ¡°momento estrategia¡± se convertir¨¢ en ¡°momento Estado¡±, la parcialidad en totalidad. ?C¨®mo? Abriendo un proceso constituyente que desemboque en una rep¨²blica presidencialista. Este es su programa; es l¨®gico que IU, en plena crisis, se haya subido al carro, pero ?habr¨¢ alguien m¨¢s por ah¨ª?
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