Ya lo dijo Maquiavelo: el mal menor
Nadie est¨¢ en condiciones de gobernar solo. Hacen falta pasarelas y perspectivas de largo plazo

Y ahora, vuelta a los forcejeos para encontrar la f¨®rmula de Gobierno. De ah¨ª el dilema del PSOE. Cualquier determinaci¨®n de pactar con otras fuerzas implica serios riesgos para este partido. Si deja gobernar al PP, la decisi¨®n ser¨¢ contestada por una parte de los socialistas. La idea de ponerse de acuerdo con Unidos Podemos para intentar otra opci¨®n ha quedado pr¨¢cticamente en el ba¨²l de los recuerdos, vistos los resultados del 26-J. Y no apoyar a nadie, para rehacerse como partido desde la oposici¨®n, acarrear¨ªa otro bloqueo.
Visto lo dificultoso del escenario, habr¨¢ que buscar la salida a trav¨¦s de un principio pol¨ªtico formulado hace cinco siglos por Nicol¨¢s Maquiavelo: el del mal menor. ¡°Es conforme al ordinario curso de las cosas¡±, advirti¨® en El Pr¨ªncipe, ¡°que no trate uno de evitar nunca un inconveniente sin caer en otro¡±. El polit¨®logo de la ¨¦poca renacentista aconsejaba ¡°tomar por bueno el partido menos malo¡±, consciente de que hay circunstancias en que solo se puede optar entre lo peor y el mal menor.
Para que pueda iniciarse la legislatura, no queda otra soluci¨®n que decidir cu¨¢l es el mal menor entre las f¨®rmulas posibles de Gobierno compartido. Como ninguno de los competidores del 26-J tiene la mayor¨ªa, ni se acerca a ella, no hay escapatoria: el PSOE se encuentra en medio de la mel¨¦.
Era absurdo tomarse el 26-J como una segunda vuelta del 20-D, porque no hab¨ªa que elegir entre los programas o los aspirantes m¨¢s votados en la primera, que es la caracter¨ªstica de las segundas vueltas en los pa¨ªses donde existen: una primera convocatoria, abierta a todos los competidores, se usa como filtro para la definitiva, a la que solo pueden concurrir los m¨¢s votados en la primera. Nada de ello se ha dado en el 26-J en relaci¨®n con el 20-D, y por lo tanto no cab¨ªa esperar resultados mucho m¨¢s concluyentes, salvo el rendimiento de la apuesta de los dirigentes de Unidos Podemos para intentar un mejor resultado de lo que hab¨ªan logrado por separado, que ha fracasado.
Las votaciones de ayer simplemente confirmaron la sacudida que ya se hab¨ªa operado en la vida pol¨ªtica de Espa?a. Hay un cambio silencioso en marcha, que se aprecia mal a causa de la terrible banalidad de las formas de comunicaci¨®n elegidas por algunos partidos, con las que disfrazan sus corazones militantes. En todo caso, ninguna minor¨ªa est¨¢ en condiciones de gobernar con sus solas fuerzas. Hacen falta pasarelas, compromisos y perspectivas de largo plazo.
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