Referendos democr¨¢ticos o fascistas
Los catalanes votaron bajo el s¨ªndrome del refer¨¦ndum brit¨¢nico
Los catalanes votaron bajo el s¨ªndrome del refer¨¦ndum brit¨¢nico. Unos, los m¨¢s europe¨ªstas, acongojados por sus trampas, el triunfo de la ultraderecha y los aplausos de Trump, Le Pen y c¨ªa. Otros, los m¨¢s indepes,gozosos por el ejercicio de apariencia democr¨¢tica, y salivando ya la pr¨®xima consulta en Escocia y la independencia ¡ªahora, argumentable¡ª... por pa¨ªs interpuesto.
Pero los referendos, como t¨¦cnica electoral, no pertenecen al para¨ªso ni al infierno. Depende. A diferencia de las elecciones libres, constituyen tecnolog¨ªa de doble uso.
Los frecuentan las dictaduras m¨¢s sanguinarias. Como la de los ocupantes nazis de Austria, que hicieron ratificar el anchluss (anexi¨®n) del pa¨ªs al Tercer Reich de Hitler por esa v¨ªa, el 10 de abril de 1938. Entre otras lindezas, la casilla del s¨ª duplicaba el tama?o de la del no. Resultado: 99,73% a favor. ?Heroico 0,27% restante!
Como el franquismo, que rubric¨® de igual forma su dictatorial Ley Org¨¢nica del Estado el 13 de diciembre de 1966, sin libertad para discrepar: 95% de votos favorables. ?Valeroso 5% resistente!
Recurren tambi¨¦n a ellos cada mes peque?as democracias consolidadas (Suiza) y otras, con menos frecuencia, aunque los neopopulismos nacionalistas los adoran.
Los hay serios: Quebec, Escocia. Y est¨²pidos: los que versan sobre Europa, que deber¨ªan celebrarse conjuntamente en todos los Estados miembros, o al menos de forma simult¨¢nea en todos ellos, ya ver¨ªan si hay demos europeo o no.
La pobreza representativa intr¨ªnseca del refer¨¦ndum es su primitiva simpleza binaria: a cuestiones complejas se responde con un s¨ª o un no, sin matices.
Y facilita que la respuesta replique a otras cuestiones ajenas al asunto, sobre todo en coyunturas de gran malestar social: la simpat¨ªa/antipat¨ªa al convocante, por ejemplo. Lo que arroja menos calidad democr¨¢tica que unas elecciones: habiendo m¨²ltiples partidos, hay opciones y matices m¨²ltiples donde escoger.
De modo que ese modo de democracia directa resulta m¨¢s ¨²til cuando acompa?a a la democracia representativa, parlamentaria, y menos cuando la sustituye. Adem¨¢s, una decisi¨®n referendaria suele admitir escasa enmienda; mientras que un resultado electoral es reversible: enseguida, a la pr¨®xima convocatoria.
Un refer¨¦ndum democr¨¢tico frecuentemente es fiable cuando culmina un proceso y no cuando lo inicia, abriendo un mel¨®n sin alternativas definidas, como ha ocurrido el del 23 de junio en Reino Unido.
Lo es m¨¢s bien para validar una decisi¨®n o una propuesta madura (ratificaci¨®n de una Constituci¨®n o de un Estatuto) que para dirimir una inc¨®gnita irresuelta, o mal encauzada por el poder.
Hay referendos que son una sandez, como los de autodeterminaci¨®n en las democracias, pues el Derecho Internacional los reserva para los territorios coloniales y los sometidos a dictadura. Y otros, convenientes o inevitables: para ratificar un pacto de autogobierno, para balizar salidas si ese es imposible. Tambi¨¦n en Espa?a.
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