El fin del partidismo como soluci¨®n

Una vez que las elecciones del 26-J han demostrado que el bipartidismo es un muerto que goza de buena salud, se inicia una etapa en la que los pol¨ªticos tienen que demostrar su responsabilidad. Llevamos seis meses sin Gobierno y un a?o sin aprobar una sola ley. Y como los resultados del domingo no son muy diferentes a los de diciembre, los partidos tienen que sentarse a negociar cuanto antes para buscar un acuerdo de investidura que evite unas terceras elecciones.

En abril el acuerdo fue imposible por el bloqueo impuesto por las fuerzas de los extremos (PP y Podemos), que pusieron por delante sus intereses partidistas de los del pa¨ªs. Mariano Rajoy y Pablo Iglesias pensaron que unas nuevas elecciones bien polarizadas les ser¨ªan beneficiosas y boicotearon cualquier acuerdo.

Al final el PP ha ganado, mientras que Podemos ha fracasado con su estrategia de sumar los votos de IU (ayer mismo se vieron grietas internas en la coalici¨®n). Y es a Rajoy a quien corresponde dar un paso al frente e intentar obtener los apoyos suficientes para la investidura. Ayer ya dijo que estaba dispuesto a gobernar, incluso en minor¨ªa, pero que intentar¨ªa lograr alg¨²n acuerdo de Gobierno.

No hay tiempo que perder. Las conversaciones deber¨ªan empezar cuanto antes, de forma que cuando el 19 de julio se forme el nuevo Parlamento ya se haya avanzado en las posibilidades de acuerdo. Adem¨¢s, cuanto m¨¢s tiempo pase, mayor riesgo existe de que nuestros pol¨ªticos, muy dados a hablar m¨¢s de la cuenta, cierren unas puertas que luego costar¨¢ mucho abrir. Ayer mismo los responsables (por decir algo) del PSOE y de Ciudadanos ya empezaron a anunciar vetos que har¨ªan imposible cualquier acuerdo.

La urnas han hablado. Y aunque sea dif¨ªcil entender que el PP haya ganado posiciones en las provincias con m¨¢s esc¨¢ndalos, como Madrid, Valencia, Alicante, Granada o Almer¨ªa (?es la corrupci¨®n algo aspiracional en Espa?a?), son los populares los ¨²nicos que est¨¢n en condiciones de intentar formar Gobierno. Aunque para ello tendr¨¢n que ofrecer alg¨²n cambio atractivo a sus posibles socios.

La llave la tienen Pedro S¨¢nchez y Albert Rivera, que a estas alturas deber¨ªan saber que con 85 y 32 diputados respectivamente (117 en total frente a los 137 del PP), no pueden aspirar a otra cosa que a sumarse a una coalici¨®n o irse a la oposici¨®n. Y lo que vayan a hacer, que lo decidan cuanto antes.

Los socialistas han convocado su comit¨¦ federal el s¨¢bado 9 de julio (?por qu¨¦ no el 2?) y all¨ª tendr¨¢n que replantearse una estrategia que les ha llevado a perder m¨¢s de cuatro millones de votos desde 2011 y a correr el riesgo de perder la hegemon¨ªa de la izquierda en Espa?a. El PSOE se hizo grande pensando en el pa¨ªs y a lo mejor tienen que volver a hacerlo para crecer desde la oposici¨®n. El bipartidismo ha hecho mucho da?o a la pol¨ªtica espa?ola, pero los efectos de un partidismo fan¨¢tico pueden ser todav¨ªa peores.