Elegir cu¨¢ndo tragarse el sapo
S¨¢nchez no quiere asumir en solitario la decisi¨®n de dar luz verde a Rajoy y busca una salida consensuada con los dirigentes territoriales que reparta la culpa
La pol¨ªtica es el arte de retrasar una decisi¨®n hasta que deja de ser relevante. Podr¨ªa darse la vuelta a la famosa cita del radical socialista franc¨¦s Henri Queuille y decir que la pol¨ªtica es el arte de retrasar una decisi¨®n hasta que sea percibida por todos como la ¨²nica posible y responsable.
El PSOE ha asumido tras el 26-J dos cosas: le corresponde estar en la oposici¨®n, y unas terceras elecciones son inconcebibles.
Hay una alta posibilidad de que, llegado el momento, solo una abstenci¨®n de los socialistas permita que eche a andar un Gobierno de Rajoy. ?No ser¨ªa toda una demostraci¨®n de seriedad pol¨ªtica dejarse de rodeos y anunciar cuanto antes la voluntad de poner fin a un bloqueo que dura ya m¨¢s de medio a?o?
Pues no, responden en el PSOE. No por diferentes motivos, algunos m¨¢s confesables que otros.
En primer lugar, porque a nadie se le puede pedir que, de la noche a la ma?ana, haga lo contrario de lo que lleva meses prometiendo. En este caso, que los socialistas no ayudar¨ªan ni por activa ni por pasiva a que el PP llegara de nuevo al poder.
En segundo lugar, muy leg¨ªtimamente, porque el que tiene ahora que ponerse manos a la obra, hacer propuestas, buscar apoyos y echar las horas que haga falta es Rajoy.
En tercer lugar, porque no tendr¨ªa sentido que el principal partido de centro izquierda saliera enseguida en auxilio de su rival hist¨®rico. Hay otras voces, otros ¨¢mbitos en el centro derecha ¡ªCiudadanos o el PNV, por ejemplo¡ª donde el PP debe sondear primero, dicen los socialistas. Y, si es posible, que sean ellos los primeros en dar el paso.
En cuarto lugar, las miradas se dirigen hacia fuera y tambi¨¦n hacia dentro. Se avecina tras el verano un congreso del partido que ser¨¢ encarnizado. S¨¢nchez no quiere asumir en solitario la decisi¨®n de dar luz verde a Rajoy. Busca una salida consensuada con los dirigentes territoriales, que reparta la culpa y sit¨²e a todos en la misma casilla de salida.
Y en quinto lugar, si llega el momento, habr¨¢ que decidir cu¨¢l es el precio a exigir para tomar una decisi¨®n que tensionar¨¢ las bases del partido y ser¨¢ dif¨ªcil de explicar a un electorado socialista al que se prometi¨® hasta el ¨²ltimo minuto que ellos eran la ¨²nica alternativa para sacar de La Moncloa al Partido Popular.
?Reforma constitucional? ?Medidas de emergencia social? Lo que sea suficiente para pasar el mal trago.
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