El ¡®barco narco¡¯ convertido en buque oceanogr¨¢fico
El campus Cei.mar remodela una embarcaci¨®n decomisada con coca¨ªna en un laboratorio
Crust¨¢ceos, coca¨ªna y microscopios. Son los tres elementos que simbolizan el devenir de un barco camaronero utilizado para el tr¨¢fico de drogas y que acaba de convertirse en un equipado buque oceanogr¨¢fico destinado a la investigaci¨®n. S¨¢banas a estrenar sobre colchones nuevos ocupan ahora las bodegas de la embarcaci¨®n, donde se lleg¨® a esconder un alijo de cinco toneladas de coca¨ªna distribuidas en 150 fardos. Todo ese material fue decomisado en una operaci¨®n coordinada por Vigilancia Aduanera en 2004. El barco fue adquirido por la Universidad de C¨¢diz tres a?os despu¨¦s en una subasta y reformado para ser un laboratorio sobre el mar.
Con el viento en calma, el capit¨¢n del barco, Gonzalo de la Cruz, zarpa para adentrarse en el estrecho de Gibraltar desde el puerto de C¨¢diz y probar las reci¨¦n inauguradas instalaciones del buque oceanogr¨¢fico Ucadiz, el primero dependiente de universidades en Espa?a y el ¨²nico de estas caracter¨ªsticas en Andaluc¨ªa.
Tras seis meses de remodelaci¨®n en los astilleros de Barbate (C¨¢diz), el barco dispone del equipamiento necesario para estudiar el litoral, conocer datos de primera mano sobre el cambio clim¨¢tico y descubrir patrimonio subacu¨¢tico en una de las zonas m¨¢s rica en pecios.
No queda apenas rastro de los letreros escritos en griego por los fabricantes de aquel barco, que inicialmente se llam¨®??frica I, ni de los ocho narcotraficantes que fueron detenidos en la estudiada operaci¨®n contra la droga, cuyo valor ascend¨ªa los 200 millones de euros.
La qu¨ªmica solo se utilizar¨¢ ahora para la investigaci¨®n con el nuevo equipamiento, valorado en 1,5 millones. Organizado en los 25 metros de eslora y 7,5 de manga, el barco tiene una decena de ordenadores, varios sonar, radares, dos laboratorios flotantes, uno seco y otro h¨²medo, una gr¨²a, un compresor para cargar botellas de buceo, maquinaria para extraer pruebas de flora y fauna, y un veh¨ªculo operado por control remoto que permitir¨¢ estudiar los objetos reposados en los fondos marinos desde hace siglos.
Una especie de bolsa gigante llamada red Neuston se lanza desde la borda para recoger en un bote el zooplancton parduzco de la capa superficial del Atl¨¢ntico. ¡°De la pel¨ªcula sacamos muestras que nos da informaci¨®n muy variada. Por ejemplo, durante la Expedici¨®n Malaespina que hicimos alrededor del mundo en el Hesp¨¦rides detectamos cinco focos de pl¨¢sticos con esta red¡±, cuenta desde la popa Fidel Echevarr¨ªa, catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa Marina y coordinador del Campus de Excelencia Internacional de Ciencias del Mar (Cei.mar), que, entre otras instituciones, unifica a cinco universidades costeras andaluzas, una portuguesa y una marroqu¨ª. Es la entidad gestora del Ucadiz.
¡°Los primeros proyectos aprobados para el Ucadiz ser¨¢n el estudio de la hidrodin¨¢mica en Trafalgar y de los metales de la cuenca pir¨ªtica de Huelva disueltos en el agua. Tambi¨¦n se utilizar¨¢ para controlar la calidad ambiental seg¨²n las directivas de la Uni¨®n Europea y aqu¨ª se har¨¢n las pr¨¢cticas de los alumnos del primer m¨¢ster de Arqueolog¨ªa N¨¢utica y Subacu¨¢tica de Espa?a, que se imparte en C¨¢diz¡±, anticipa Echevarr¨ªa, que coordina las campa?as del buque, con autonom¨ªa para un mes y que puede llevar con 12 investigadores a bordo.
Sobre la extensa proa, un instrumento con 12 tubos negros enumerados dispuestos en redondo dentro una estructura blanca conforman otro aparato de estudio llamado Roseta.Todav¨ªa con las complicaciones primerizas de una m¨¢quina a estrenar, se sumerge en el agua mediante una suerte de montacargas llamado p¨®rtico y una vez dentro puede tomar pruebas de agua a distintas profundidades. ¡°Esto nos permite hacer estudios muy exhaustivos. Cada uno de los tubos es gestionado por control remoto desde el barco y se puede abrir para que entre el agua cuando veamos las condiciones ¨®ptimas. Es una m¨¢quina muy compleja pero muy ¨²til.Tiene sensores que miden la salinidad, la temperatura, la concentraci¨®n de clorofila, el PH, el ox¨ªgeno disuelto o los sedimentos en suspensi¨®n¡±, resalta Miguel Bruno, responsable cient¨ªfico del proyecto de remodelaci¨®n del barco.
En una de las pantallas de los ordenadores del laboratorio seco, donde se sit¨²a el centro de c¨¢lculo y la torre de procesadores, aparece una imagen con decenas de colores formando un plano con vol¨²menes. Es la recreaci¨®n proyectada de un lector de batimetr¨ªas, es decir, de topograf¨ªas de fondo oce¨¢nico. ¡°Tenemos una sonda multihaz que nos da los datos, que se ajustan con un gps y planos satelitales. La herramienta nos permite estudiarlo con detalle. Por ejemplo, para la arqueolog¨ªa subacu¨¢tica es fundamental, con la batimetr¨ªa se pueden ver las ¨¢nforas, las anclas, formas de objetos¡¡±, detalla Bruno, que justifica tambi¨¦n la apuesta por esta embarcaci¨®n en l¨ªnea con la inversi¨®n en la econom¨ªa azul, derivada de la riqueza que pueden aportar las aguas al desarrollo de los territorios.
¡°Al Ceimar no puede llegar un investigador que presente un proyecto que no aporte innovaci¨®n en relaci¨®n estrecha con la sociedad¡±, apunta desde la sala de mandos el rector de la Universidad de C¨¢diz, Eduardo Mazo, que avanza que el pr¨®ximo patrono de Cei.mar ser¨¢ la Confederaci¨®n de Empresarios de Andaluc¨ªa. ¡°Es la mejor manera de poner nuestras herramientas a disposici¨®n de las Pymes, que no tienen siempre apartado de I+D. As¨ª les involucramos en la transferencia de conocimientos¡±, a?ade Mazo.
Andaluc¨ªa se redimensiona as¨ª en la ciencia, el medio ambiente y el patrimonio. En C¨¢diz, por su ubicaci¨®n, los estudios sobre cambio clim¨¢tico son clave, as¨ª como en la investigaci¨®n del patrimonio subacu¨¢tico por el trasiego hist¨®rico de nav¨ªos en sus costas. ¡°La importancia del Estrecho es descomunal para estudiar el clima en el ¨¢mbito planetario, incide de forma directa. Tambi¨¦n es una punto neur¨¢lgico de pecios¡±, asegura Echevarr¨ªa sobre el Atl¨¢ntico
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