Guardia civil, mujer y v¨ªctima
La agente que tramitaba las denuncias por violencia de g¨¦nero fue sometida a terror sexual por su jefe durante a?os
La guardia civil C. M. era la responsable de la Oficina de Violencia de G¨¦nero en el puesto de Molina de Segura (Murcia) , pero, en vez de amparar a las v¨ªctimas, trataba de convencerlas para que no denunciaran a sus agresores. No es extra?o. Cuando un compa?ero suyo inform¨® del acoso que ella misma sufr¨ªa por parte de su jefe, el sargento O. M., la agente neg¨® los malos tratos y rehus¨® denunciarle.
Seg¨²n el auto de procesamiento dictado el pasado 24 de junio por el Juzgado Togado Militar Territorial n? 14, la agente y el sargento mantuvieron una relaci¨®n sentimental entre septiembre de 2010 y febrero de 2011, hasta que el segundo, que hab¨ªa dicho que estaba divorciado, le confes¨® que iba a volver con su esposa porque estaba embarazada.
Durante unos meses su relaci¨®n fue exclusivamente profesional pero, tras el verano de 2011, el sargento ¡°comenz¨® a acosar de forma insistente [a su subordinada] para que mantuviera relaciones sexuales con ¨¦l, neg¨¢ndose esta de manera expl¨ªcita y clara¡±. Ante su negativa, ¡°comenz¨® a enviarle correos electr¨®nicos insultantes, groseros y humillantes¡±, y la acos¨® con m¨¢s de 50 llamadas telef¨®nicas diarias.
El sargento viol¨® repetidamente a su subordinada y la presion¨® para que abortase, seg¨²n el auto judicial
A principios de 2012, el sargento entr¨® en su despacho y, ¡°coloc¨¢ndose detr¨¢s de ella, le toc¨® los pechos, zaf¨¢ndose la agente y dici¨¦ndole que no la tocara, si bien este, haciendo caso omiso, le sujet¨® la cabeza y comenz¨® a besarle el cuello¡±.
A finales de enero, la sigui¨® hasta su casa, donde viv¨ªa sola con su hijo menor, y la abord¨® al bajarse del coche. Ella le inst¨® a marcharse, pero ¨¦l le replic¨®, ¡°en tono amenazante, que abriera la puerta y no montase un n¨²mero¡±. Tras lograrlo, el sargento ¡°entr¨® como un loco y, pese a la resistencia de la guardia, tuvo acceso carnal con ella¡±; es decir, la viol¨®. Luego, ¡°se subi¨® los pantalones y le dijo: ¡®?Ves?, no pasa nada¡¯ y se march¨®¡±.
A partir de entonces, ¡°los actos de acoso laboral y sexual, tocamientos, amenazas y accesos carnales fueron continuos¡±. Si ella cambiaba de ruta para evitar que la siguiera, ¨¦l le gritaba que se fuera derecha a casa ¡°sin jueguecitos¡±. A cualquier hora y en cualquier momento le ordenaba subir al vestuario para tener relaciones sexuales con ¨¦l y, si se negaba, se lo repet¨ªa amenazante. Ella se plegaba, explica la juez, ¡°por temor a que le impusiera su voluntad con violencia, la castigase [con m¨¢s trabajo y cambios de horarios] o cumpliera su amenaza de hacerle perder su empleo. ¡°?Voy a sacar tu culo de ah¨ª!¡±, vociferaba enfadado.
La agente sufri¨® un ¡°importante deterioro f¨ªsico, con p¨¦rdida de peso y trastornos de degluci¨®n¡±, por los que fue atendida de urgencias en diciembre de 2011. Una agente, que comparti¨® el vestuario con ella, la encontr¨® varias veces llorando sentada en el suelo y repitiendo: ¡°Este cabr¨®n me va a hundir¡±.
En julio de 2012, la agente comunic¨® al sargento que estaba embarazada y este la presion¨® para que abortase. ¡°D¨¦jate de llantos y saca eso de ah¨ª, t¨² no me vas a joder la vida, ent¨¦rate bien...¡±, le espet¨®, llegando a darle un golpe en la barriga.
En abril de 2013, el sargento la llev¨® en un veh¨ªculo oficial a un descampado, donde ¡°se desabroch¨® el pantal¨®n, sujetando su cabeza para obligarla a hacerle una felaci¨®n¡±. Ante su resistencia, ¡°le golpe¨® la cabeza con el volante y le mordi¨® en el cuello¡±.
¡°Las vivencias de terror y reiteraci¨®n de ofensas¡± provocaron en la agente un ¡°trastorno psicol¨®gico complejo y grave¡±, concluye la juez, quien explica que su negativa inicial a denunciar a su jefe es ¡°un comportamiento frecuente de las v¨ªctimas de abuso¡±, por ¡°miedo a no ser cre¨ªda y en evitaci¨®n de esc¨¢ndalos¡±.
Finalmente, la Guardia Civil suspendi¨® ayer de funciones y ces¨® en su destino al sargento, quien se enfrenta a una pena de hasta 15 a?os de c¨¢rcel por los delitos de abuso de autoridad, contra la libertad sexual, lesiones ps¨ªquicas graves y maltrato. Poco antes, la Asociaci¨®n Unificada de Guardias Civiles (AUGC) hab¨ªa denunciado p¨²blicamente el caso.
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